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El 5 de enero de cada año se celebra el Día el Periodismo Nacional, como homenaje a la publicación del primer número de Primicias de la cultura de Quito de 1792. El periódico fue fundado por Eugenio de Santa Cruz y Espejo el cuál exaltaba ideas liberales.

El Congreso Nacional proclamó por primera vez este día el 7 de agosto de 1992, en honor al ilustre periodista e intelectual Eugenio de Santa Cruz y Espejo, fundador del periódico quiteño Primicias de la Cultura, que fue fundada el 5 de enero de 1792.

Origen del periodismo en Ecuador

La primera imprenta llegó al país en el siglo XVIII, por influencia de los jesuitas, en 1750. De esta forma, la Iglesia y otras organizaciones poderosas han monopolizado históricamente el uso de la imprenta.

Una organización llamada Sociedad Patriótica de Amigos del País fue fundada en noviembre de 1791 con el objetivo de abordar temas relacionados con la política, los negocios, la agricultura, la ciencia y las artes.

Tras la publicación de la edición anterior del mencionado periódico, Espejo pudo materializar o concretar su proyecto con la ayuda de este grupo, y poco tiempo después se publicó su periódico. Sin embargo, debido a la presión de la corona española, el periódico solo tuvo 7 ediciones, siendo la última publicada el jueves 29 de marzo de 1792, y tuvo poca repercusión social.

De esta manera, en los diferentes periodos presidenciales que se fueron dando, se fueron fundando otros periódicos con el pasar del tiempo: El Telégrafo (1860), El Comercio (1906) y El Universo (1922).

Eugenio de Santa Cruz y Espejo

Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo (1747 – 1795) fue médico, estudió filosofía y periodismo. Se encargó de promover el primer periódico del Ecuador el 5 de enero de 1792. A pesar, de que se publicaron pocos números por presiones de la corona española, el diario llegaría a representar el periodismo en Ecuador.

De esta manera, el 5 de enero de 1792 entró en circulación su primera edición. Mediante sus páginas se realizaron importantes consideraciones morales y debates filosóficos, así como sugerencias e instrucciones para la buena salud, el aseo y las buenas costumbres.

El periódico salió cada quince días y se aceptaron suscripciones al precio de un real y medio de plata por cada edición completa. Sin embargo, los residentes de Quito no mostraron interés en el periódico y, en cambio, lo recibieron con indiferencia. Esto incluso llevó a una persecución absurda contra el autor del periódico.

Además

El primer número de «Primicias de la Cultura», que se encuentra en la Biblioteca del Ministerio de Cultura y Patrimonio de Quito, no se parece en nada a los diarios de la actualidad. Como los reportajes, las crónicas y las entrevistas aún se estaban desarrollando como géneros periodísticos, no se incluyeron. El periódico, sin embargo, publicó artículos que tenían un tono político más parecido a un panfleto. También contó con comentarios de los lectores y una sección particular con pautas de saneamiento.

Una posición independiente del poder económico la ostentaba un número muy reducido de medios de comunicación en ese momento, y no duró mucho tiempo. Sólo se imprimieron siete ediciones de «Primicias de la Cultura». Espejo usó un lenguaje complejo y elitista en este periódico que aún es difícil de leer y comprender. Los lectores de la época, que el mismo Espejo afirmaba ignorantes a partir de su «Discurso» de 1789, debieron de encontrarlo aún más complicado.

Espejo participó en una actividad revolucionaria que lo llevó a ser encarcelado dos veces, la segunda de las cuales fue su última, ya que falleció el 28 de diciembre de 1795 en su casa. Este pionero periodístico en el Ecuador es recordado por un monumento en la Plaza de Los Periodistas de la Avenida 24 de Mayo.