Depósito o fondo monetario

Depósito o fondo monetario? Lo mejor para que tu dinero no pierda valor

Las entidades bancarias tienen diferentes herramientas que permiten al pequeño ahorrador proteger su dinero de la inflación. Las dos opciones más comunes son los depósitos y los fondos de inversión y, pese a que seguro que ambos conceptos te suenan, es probable que tengas dudas a la hora de escoger cuál es la mejor opción para ti. Te contamos sus principales diferencias y cuándo debes decantarte por una u otra opción. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

 

La escalada que recorrió el IPC meses atrás provocó una cierta tensión en las economías domésticas, que vieron cómo el dinero que tenían ahorrado en el banco iba perdiendo valor mes tras mes. Un escenario que despertó el interés del pequeño ahorrador por conocer todas las herramientas e instrumentos financieros que ofrece la banca tradicional para evitar que nuestro dinero pierda valor.

 

La mayoría de las entidades bancarias ofrecen productos que están diseñados para ofrecer una cierta rentabilidad en el dinero que tenemos parado en nuestras cuentas bancarias. Esta rentabilidad varía en función del riesgo que queremos asumir: cuanto mayor sea el riesgo, mayor será el interés potencial que podremos alcanzar. De entre los diferentes productos que existen, son los fondos monetarios y los depósitos las dos opciones que concentran un mayor interés. Pero, ¿sabes en qué se diferencian y cuándo debes decantarte por uno u otro?

 

Qué es un fondo de inversión

Los fondos de inversión son conocidos como Instituciones de Inversión Colectivas y se trata de un producto financiero que permite al inversor disponer de una cartera diversificada y gestionada por un equipo de profesionales que se encargan de mover nuestro dinero en función de las tendencias del mercado. El fondo no se nutre únicamente de nuestro dinero para operar, sino que se conforma a partir de la suma de los diferentes inversores que confían en sus especialistas para obtener el máximo rendimiento sobre el total acumulado. A este total se le conoce como el patrimonio total colectivo.

 

La rentabilidad conseguida, en el caso de que se cumplan los objetivos, se reparte entre todos los inversores de forma proporcional a su aportación. La mayoría de los fondos cuentan con liquidez instantánea, puesto que se van renovando constantemente, por lo que podemos rescatar nuestras participaciones en cualquier momento. Aunque siempre es recomendable conocer cómo trabaja el fondo en el que estamos interesados para evitar sorpresas en el momento menos esperado.

 

En función de tu perfil de inversor y del riesgo que quieras asumir, podrás moverte entre diferentes fondos en base a la rentabilidad esperada y calculada por su equipo de expertos. No obstante, la rentabilidad no está garantizada.

 

Las principales características de un depósito

Los depósitos monetarios son otro tipo de producto financiero que tiene unas características muy distintas al anterior, pero que también despierta el interés de los ahorradores. En los depósitos, el inversor aporta una cantidad de dinero al banco durante un periodo de tiempo y unas condiciones que se establecen previamente.

 

En los depósitos se garantiza la devolución de la cantidad que hemos prestado al banco y, además, un interés que se ha acordado antes de firmar la operación. Dos características que lo diferencian por completo de la opción mencionada previamente. Los fondos nos ofrecen una mayor seguridad sobre la rentabilidad obtenida a cambio de no tener acceso a nuestro dinero durante el tiempo acordado.

 

En función de la entidad con la que contratemos el depósito, es posible que los intereses se cobren cada cierto periodo de tiempo o, en su defecto, se liquide la totalidad de los mismos cuando venza el plazo. En el caso de que el inversor tenga alguna urgencia durante el periodo firmado y quiera acceder a su dinero, probablemente se aplique una penalización que también debería quedar reflejada en el contrato firmado inicialmente.

 

Qué opción es mejor

Como en cualquier otro producto financiero, no existe un producto que sea mejor que otro. La decisión final dependerá de nuestras necesidades y las preferencias que tengamos cuando queremos obtener una cierta rentabilidad de nuestro dinero. Si quieres conocer la rentabilidad que vas a obtener con tu inversión de manera anticipada, tienes un perfil conservador y puedes permitirte estar una determinada cantidad de tiempo sin acceso a la cantidad aportada, un depósito puede ser una buena opción.

 

Los fondos de inversión cuentan con la ventaja de que son muy líquidos, por lo que vamos a acceder a nuestro dinero en el momento en el que lo necesitemos. Unos pocos días desde que demos la orden a la entidad de que queremos rescatar nuestra participación, total o parcialmente, veremos cómo el dinero se transfiere a nuestra cuenta bancaria. Sin embargo, también cuentan con el hándicap de que la rentabilidad no está garantizada y tendremos que estar siempre atentos a la evolución de los mercados.

 

Otro aspecto a tener en cuenta es que los depósitos bancarios están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta 100.000€ por titular y por entidad. Por lo que si la entidad con la que hemos contratado el mismo tiene algún problema de solvencia, el FGD siempre va a garantizar la devolución de nuestro dinero. Algo que no ocurriría en el caso de que optáramos por invertir nuestro dinero en un fondo monetario y que si no tenemos mucho conocimiento en este campo, puede ser un factor determinante.

 

Así puedes escoger la mejor opción para ti

Como hemos visto, los fondos de inversión y los depósitos son dos instrumentos que tienen sus propias características y que se dirigen a públicos diferentes. Para que te resulte más sencillo escoger entre una u otra opción, estos son los tres aspectos de mayor peso que debes valorar:

  • Riesgo: Si tienes un perfil más conservador, los depósitos te garantizan tanto la devolución del capital aportado como unos intereses que se pactan entre el cliente y la entidad. Además, en el caso de tener algún problema de solvencia, el Fondo de Garantía de Depósitos cubre hasta 100.000€ por cliente y entidad. El fondo de inversión, por su parte, ofrece una rentabilidad que se vinculará al comportamiento de los mercados y la recuperación de la inversión no está garantizada.
  • Liquidez: Los depósitos te permiten acceder a tu dinero en una fecha concreta que deberás firmar previamente. En caso de que necesites liquidez antes, tendrás que abonar una penalización o una comisión. Los fondos de inversión son más líquidos, puesto que su valor se calcula diariamente, por lo que puedes vender tus participaciones en cualquier momento. No obstante, nadie te asegura que el valor de venta será el mismo que el de compra.
  • Fiscalidad: La fiscalidad es otro aspecto interesante que conviene tener en cuenta. Los intereses que genere un fondo tributan cuando se perciben y están considerados rendimientos del capital mobiliario. Los fondos de inversión no tributan hasta que no se retira el fondo y, además, si hacemos un traspaso de fondo, aunque tengamos ganancias, no deberemos pagar impuestos, puesto que no se considera que se haya retirado del fondo. Cuando se reembolsa la participación es cuando deberemos tributar por la ganancia o la pérdida patrimonial en la base imponible del ahorro en la Declaración de la Renta del año correspondiente.

 

Como hemos podido comprobar, los fondos de inversión y los depósitos están pensados para públicos diferentes y cuentan con características muy diferentes entre ellos. Es importante estudiar bien cada producto antes de invertir allí el dinero que tengamos parado en el banco perdiendo valor día a día.