Dacia tiene en el Duster una fórmula que le ha funcionado como un reloj. Hasta no hace mucho era el SUV de referencia cuando se trataba de maximizar los presupuestos con una gama que ofrecía muchas caras. Desde su posición como uno de los coches más accesibles a un vehículo que es perfecto para el medio rural, rindiendo realmente bien fuera de la carretera. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

Ahora, Dacia tiene un reto. Los coches son cada vez más caros y, con MG apretando, no pueden venderse como el coche más barato del mercado. Para reposicionar la marca y su modelo estrella, con permiso del Sandero, la marca rumana ha optado por dar un giro de tuerca a su imagen, refinarla y modernizar su gama de motores con los pies en el suelo.

Ficha técnica del Dacia Duster

Un giro de 360º para ser una referencia

Sí, Dacia necesita dar un giro de 360º porque, realmente, está en una posición de privilegio con su Dacia Duster. Desde 2010, la marca asegura haber colocado en el mercado 2,4 millones de vehículos. Pero en estos 14 años el mercado ha cambiado por completo.

En primer lugar, Dacia ha dado el carpetazo definitivo al diésel, una motorización muy popular entre sus clientes pero que está en claro retroceso en Europa. Desde su lanzamiento, todas las motorizaciones contarán con pegatina ECO de la DGT, bien porque se oferten con versiones de gas, con hibridación ligera o como híbridos eléctricos.

Al mismo tiempo, la Unión Europea también se ha puesto las pilas en materia de seguridad. Desde 2022, todo coche nuevo tiene que ser homologado con una batería de ayudas a la conducción y de seguridad que también engordan el precio del coche. Una política que no ha gustado a la propia Dacia.

Como bien dicen desde la propia marca, la apuesta es diferente y ya no es el coche más barato. Ahora, tratan de ser la compañía que ofrece “más valor por su precio”. Sí, en este tiempo han tenido que dar toda una vuelta para cumplir con los nuevos requisitos del mercado y las decisiones políticas para, en la medida de lo posible, quedarse en la misma posición que hasta ahora.

Para ello han modernizado y refinado claramente su imagen. Se ha trabajado para ofrecer un tono más aventurero y adulto. El coche destila mayor robustez en su imagen aunque, en el fondo, los cambios no son tan profundos como parece por lo estético en un primer momento.

Por dentro también se moderniza. Pantalla configurable de siete pulgadas y a color para el cuadro de instrumentos y una central de 10 pulgadas (compatible con el uso de Android Auto y Apple CarPlay mediante Bluetooth), con una interfaz que basa su funcionamiento en Google y que añade una tienda propia de aplicaciones con la que tener a mano algunas que empiezan a ser casi de obligado cumplimiento para un coche moderno como Spotify. Con Google Maps, la navegación está garantizada.

El rendimiento del sistema podría ser mejor. La compañía ha tomado la buena decisión de crear un sistema ligero, sin florituras. Pero, con todo, la búsqueda de los destinos en Google Maps no es del todo inmediato y requiere unos segundos de paciencia. Una vez se pone en marcha, funciona sin problemas.

Ya a los mandos, la posición del conductor es cómoda. A mano tiene las funciones esenciales para atajos rápidos que muchos verán con buenos ojos, como acallar los avisos por exceso de velocidad a los que obliga la Unión Europea y que, por norma, tienen que desactivarse cada vez que se enciende el coche.

La posición de conducción es cómoda. Incluso con el asiento en su posición más alta, personas de más de 1,80 metros (como mi compañero de ruta) tienen todavía cierto margen de altura hasta el techo. Cuenta con mandos físicos para la climatización y los del volante son fácilmente comprensibles y sencillos de manejar. Los asientos son cómodos y el espacio interior es realmente sorprendente.

Si los dos asientos delanteros se deslizan hasta los extremos, sí es cierto que el espacio para las rodillas de las plazas traseras puede ser un poco angosto pero los pies se pueden colocar comodamente bajo los asientos delanteros, lo que asegura comodidad en un viaje largo. Y, como decimos, esto solo se da en los casos más extremos. Además, las plazas traseras pueden contar con dos tomas USB-C a mano.

Ya en marcha, el coche se mueve realmente bien. En nuestro caso probamos la versión híbrida eléctrica, con 140 CV. Las recuperaciones fueron suficientes para movernos con soltura en el tráfico de las carreteras secundarias y el consumo nos sorprendió al final de la jornada con un buen dato de 5,5 litros/100 km pese recorrer cerca de 300 kilómetros y, en su mayoría, por carreteras de montaña.

La dirección sí podría ganar algo de peso pues se siente algo más blanda de lo que nos gustaría pero en autopista y ciudad no supone ningún problema. Es en carretera secundaria donde se echa a faltar ese puntito más de presencia.

El coche, además, está bien filtrado y la calidad de rodadura es buena por lo que  las imperfecciones del asfalto no llegan al interior o se disimulan muy bien en los peores casos. Sí es más evidente el ruido aerodinámico que, además, se agudiza por las formas tan cuadradas de la carrocería.

En cuanto a las ayudas a la conducción, el coche cumple y será bien recibido por quienes prefieran los sistemas menos intrusivos posibles. El sistema de mantenimiento en el carril solo entra cuando es muy evidente que estamos saliéndonos de este pero, eso sí, hemos detectado algunos problemas con el sistema de detección de fatiga o distracciones pues nos ha generado algún que otro aviso en falso.

El coche, eso sí, carece de control de crucero adaptativo. Personalmente, yo es algo que ya echo a deber en un coche nuevo. En este caso, habrá quien prefiera una mayor dotación en materia de seguridad o ayudas a la conducción o, por el contrario, que el coche se venda a un precio algo más bajo y omita sistemas como este.

Lo que sí tengo claro es que, de implementarse, sería obligatorio que fuera bueno. Lo que no tendría sentido es proponerlo en un coche que presume de tener un precio asequible y, una vez que lo tenemos entre manos, que éste no funcione correctamente. Pero si en Dacia pueden haber heredado un sistema que funcione bien y se comporte con seguridad en autopista, yo prefiero que se incluya.

En cuanto al resto de ayudas, es cierto que la cámara podría ser algo mejor. Para ofrecer lo mejor de sí necesita mucha luz. Con todo, cumple y puede ser de gran ayuda a la hora de salir del asfalto.

Lo que sí es interesante es la amplia personalización que tiene respecto a las ayudas a la conducción, para activar o desactivar avisos y alertas y guardarlos con un perfil propio. Como el vehículo está obligado, por la Unión Europea, a avisar cada vez que se supera la velocidad máxima permitida con un sistema que se reinicia cada vez que se enciende el coche, cuenta con un botón físico de fácil acceso que activa la configuración personal y, si se quiere, lo apaga de inmediato.

Porque el coche cumple con la premisa de Dacia: «ser el mejor offroad entre los que no son especialistas». Y lo cierto es que aquí se mueve realmente bien. Quienes busquen un coche para hacer deporte de aventura o para el medio rural y necesiten salir frecuentemente de la carretera, el Dacia Duster puede cumplir con creces.

Durante nuestra prueba, recorrimos una pista donde el coche se desenvolvía muy bien a ritmos altos y superaba obstáculos realmente complicados. En su versión 4×4 cuenta con cinco modos (Auto, Snow, Mud/Sand, Off-road y ECO) con control de trayectoria en los descensos y funciona, incluso, con la marcha atrás puesta.

Además, cuenta con 217 mm de altura libre al suelo, un ángulo de ataque delantero de 31º y trasero de 36º. Lateralmente, desde la marca nos aseguran que asimila 30º de inclinación (nosotros alcanzamos 28º). Además, cuenta con gráficos personalizables en la pantalla entre los que se muestra el ángulo de ataque, de salida y lateral para tener todo controlado.

En las pruebas se puso al Duster contra las cuerdas, con inclinaciones laterales extremas, entradas y salidas complicadas o cruces de puentes. En todas ellas, con cuidado, el SUV en su versión 4×4 consiguió avanzar sin muchos problemas, lo que da una idea de sus capacidades.