Padres e hijos se pelean por las redes sociales

La especialista en psicología clínica Andrea Villacrés cree que es importante que el adolescente tenga su red social pero que los padres deben hacer un monitoreo de sus relaciones. Pincay, insiste en que los padres no se vuelvan controladores sino que acompañen en los procesos de socialización.

Las redes sociales lograron viralizarse a través de la necesidad de los jóvenes de estar conectados. De hecho, Facebook llegó a ser la web reinante, sin embargo, ahora está perdiendo sus usuarios más jóvenes. Según la consultora norteamericana a Facebook lo abandonarán este año dos millones de usuarios de 24 años o menos en Estados Unidos. Las plataformas digitales beneficiadas serán Instagram y Snapchat, espacios cuyo principal público son adolescentes y jóvenes adultos.

¿La razón de este éxodo? Los padres, abuelos y familiares llegaron a la red, eso es lo que sostiene la bloguera Gabriela Warkentin. “Expulsados por la presencia de los adultos (padres, tíos, abuelos, profesores) y “acosados” por las “solicitudes de amistad transgeneracional”, los más jóvenes han decidido hacer… lo que siempre han hecho: darle la espalda al mundo adulto”.

Con esta premisa concuerda la experta en comunicación digital Clara Reyes. Ella lo adapta a la realidad de los adolescentes ecuatorianos e incluye a WhatsApp entre los destinos de migración. Reyes sostiene que los padres deben evitar propiciar contenidos de sus hijos en contexto de burla y establecer acuerdos para que los jóvenes mantengan su privacidad.

¿Qué información no deben publicar los padres en sus redes sociales?

Información personal. El primer día del colegio o cuán bueno es su hijo en el tenis, son motivos que enorgullecen a los padres; sin embargo, también es información que devela la posición, hábitos o gustos de su hijo. Publicarlo en redes constituye exponerlo a riesgos cibernéticos.

Fotos comprometedoras de sus hijos. En casa pueden ocurrir cosas que hagan sentir avergonzados a los adolescentes. Por ejemplo, sus dotes de cocinero o sus ‘chillones’ cantos en la ducha, son hábitos que ellos no quisieran compartir. Antes de exponer en redes a sus hijos, pregunte si él está de acuerdo.

Imágenes comprometedoras propias. Al ser los padres de un hijo adolescente, las imágenes propias que se posteen también incidirán en el desarrollo del joven. Publicaciones haciendo mofas, ebrios o sugerentes pueden también ser motivo para que su hijo rechace su presencia en sus redes sociales.