Cuándo ayuda el frío y el calor en dolores de espalda

Cuándo ayuda el frío y el calor en dolores de espalda

Cuándo ayuda el frío y el calor en dolores de espalda. Cuando hablamos de dolores de espalda, muchos piensan enseguida: hay que ponerle calor. Pero no en todos los casos el calor es la mejor opción. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.

Cuando hablamos de dolores de espalda, muchos piensan enseguida: hay que ponerle calor. Pero no en todos los casos el calor es la mejor opción.

En algunos casos, el frío puede ayudar. Así lo asegura Munther Sabarini, neurocirujano de la Clínica Avicenna de Berlín, en Alemania.

Por ejemplo, cuando se debe a una contusión, una inflamación aguda o un nervio pinzado. Según el médico, el frío ralentiza la transmisión de las señales de dolor al cerebro. Esto es útil, por ejemplo, en hernias de disco, lumbalgias o ciática.

El calor estimula una mejor irrigación sanguínea

¿Y cuándo ayuda el calor?

En el caso de tensiones musculares o dolores crónicos, recomienda Sabarini. Y es que el calor estimula la circulación de la sangre y, por lo tanto, la relajación.

Pero, en general: estas medidas no eliminan la causa del dolor, sino que solo sirven para paliar los síntomas. No sustituyen un tratamiento médico.

Los dolores de espalda son cada vez más frecuentes en la población. Las malas posturas cuando estamos sentados, pasar demasiado tiempo de pie, no ejercitar la musculatura o ejercitarla en exceso son algunos de los motivos. Cuando esto sucede, a veces cometemos el error de preguntar a un conocido o familiar qué debemos aplicar para aliviar el dolor de espalda en lugar de consultar a un profesional de la salud, como a nuestro médico o farmacéutico. Cada uno nos dice una cosa y al final no sabemos cuál es la solución más efectiva, si aplicar frío o calor para el dolor de espalda. Lo cierto es que ambos pueden calmar, pero es necesario saber cuándo es mejor poner frío y cuándo poner calor en la espalda.