Corsair Dominator

Corsair Dominator Platinum DDR5 6000 MHz, análisis

La memoria principal condiciona profundamente las prestaciones de nuestros ordenadores. La interacción entre este subsistema y la CPU es constante, lo que provoca que la latencia con la que la RAM entrega los datos y las instrucciones al procesador tenga un impacto directo en su productividad. Y también en nuestra experiencia, Corsair Dominator. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

Actualmente los módulos de memoria más avanzados que podemos instalar en nuestros PC son los de tipo DDR5. La llegada de los procesadores de Intel con microarquitectura ‘Alder Lake’ abrió la veda, pero ha sido el lanzamiento de los chips Ryzen 7000 de AMD y los Core de 13ª generación de Intel los que han colocado a las memorias DDR5 en el punto de mira.

Los módulos DDR5 de Corsair que vamos a poner a prueba en este artículo aglutinan todas las ventajas que nos propone esta tecnología de memoria. Al menos lo hacen sobre el papel. Trabajan a una frecuencia de reloj efectiva de 6000 MHz, tienen unos timings atractivos, y, de propina, nos proponen una refrigeración elaborada que debería permitirnos experimentar con el overclocking con flexibilidad. Veamos si en la práctica es o no así.

Su sistema de refrigeración los delata: han sido diseñados pensando en el ‘overclocking’ – Corsair Dominator

Estos módulos de memoria no son baratos. Nada baratos. El precio de los chips de memoria fluctúa constantemente como consecuencia de la inestabilidad global que lo está impregnando todo. De hecho, el coste oficial que propone Corsair roza los 370 euros, y, sin embargo, durante los días que hemos invertido en este análisis ha coqueteado con los 461 euros.

Es evidente que son unos módulos de gama alta, y sí, tienen un precio de módulos de gama alta. No obstante, esta ambición ha dejado su huella en su construcción. Y es que están impecablemente acabados. El mecanizado del disipador de aluminio anodizado que se responsabiliza de que los chips de memoria no superen su umbral máximo de temperatura es impecable. Además, en vivo son unos módulos muy bonitos.

No obstante, su sistema de refrigeración no se limita a estos disipadores. Y es que la placa de circuito impreso sobre la que están instalados los chips de memoria y los demás componentes electrónicos de estos módulos también evacua la energía térmica que disipa mediante conducción a su propio disipador. Esta estrategia persigue poner en nuestras manos un margen de maniobra amplio cuando experimentamos con el overclocking, por lo que más adelante comprobaremos si están a la altura en este escenario de uso.

corsairddr5

La siguiente captura recoge las especificaciones de estos módulos de memoria identificadas por CPU-Z. El parámetro DRAM Frequency indica 3000 MHz, pero no debemos olvidar que las memorias DDR se activan dos veces durante cada uno de los ciclos de la señal de reloj, por lo que la frecuencia de reloj efectiva asciende a 6000 MHz. Esta característica justifica la implementación en estos módulos de la especificación de rendimiento PC5-48000 (DDR5-6000).

Los chips de memoria por los que apuestan estos módulos han sido fabricados por SK Hynix – Corsair Dominator

Un apunte interesante: los chips de memoria por los que apuestan estos módulos han sido fabricados por SK Hynix. Corsair trabaja con varios fabricantes de este tipo de chips, entre los que también se encuentran Samsung o Micron, por lo que no es extraño que otras de sus memorias DDR4 y DDR5 integren circuitos integrados de estas u otras marcas.

Una característica de estos módulos que posiblemente a algunos usuarios les llamará la atención consiste en que incorporan 12 diodos LED RGB Capellix direccionables de forma individual. Para actuar sobre su comportamiento podemos recurrir al software iCUE de Corsair, que, dicho sea de paso, nos propone una interfaz bastante amigable. Además, si tenemos otros periféricos de Corsair dotados de iluminación LED RGB podemos administrar su comportamiento de forma homogénea desde esta herramienta.

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La temperatura de operación de estos módulos de memoria durante nuestras pruebas ha oscilado entre 36 y 38 ºC. Es un rango muy razonable para unos módulos que trabajan a esta frecuencia de reloj, aunque, eso sí, esta es la temperatura que arrojan cuando operan a su frecuencia nominal y no practicamos overclocking. En la siguiente sección de este análisis comprobaremos cómo se portan cuando pisamos el acelerador a fondo.

Así se las gastan si experimentamos con el ‘overclocking’. Incluso con el agresivo

MemTest86 ha regresado. Esta herramienta de análisis y verificación de la memoria principal llevaba muchos años desfasada, pero sus desarrolladores acaban de lanzar una nueva versión, la 10, y la han puesto al día. Una de sus cualidades más interesantes es que para utilizarla tenemos que iniciar nuestro ordenador desde una unidad USB, de manera que la herramienta prescinde de la carga del sistema operativo.

Esta estrategia permite a esta herramienta tener toda la memoria principal a su disposición, y no cabe duda de que es lo ideal si pretendemos llevar a cabo un análisis lo más exhaustivo posible. En la siguiente captura podemos ver que MemTest86 ha contabilizado una velocidad de transferencia máxima de 40 000 MB/s, y sí, es un valor coherente con unos módulos de memoria compatibles con la especificación PC5-48000, Corsair Dominator.

Vamos ahora con AIDA64. Y, de paso, arrancamos con el overclocking. Para experimentar con él hemos accedido a la BIOS con el propósito de actuar de forma manual sobre la frecuencia de reloj de la memoria, los timings y el voltaje. ¿Nuestro propósito? Sencillamente comprobar con qué valores conseguimos estabilizar los módulos, de modo que tanto el sistema operativo como las aplicaciones se ejecuten con normalidad y sin evidenciar el más mínimo síntoma de inestabilidad.

Las frecuencias de reloj efectivas sobre las que hemos trabajado son estas cuatro: 6000 MHz (que es la nominal), 6133 MHz, 6200 MHz y 6400 MHz. Es posible que con un ajuste fino más minucioso pudiesen alcanzar una frecuencia aún mayor, pero los 400 MHz adicionales que pone en nuestras manos la configuración más agresiva llegan de la mano de un incremento del rendimiento claramente perceptible en la prueba de lectura de AIDA64:

No obstante, esto no es todo. El ajuste fino de la frecuencia de reloj, los timings y el voltaje debería tener un impacto perceptible en la latencia, y no solo en la velocidad de transferencia. Y sí, en la siguiente gráfica podemos ver que es así. De hecho, a medida que se incrementa la agresividad del overclocking la latencia se reduce progresivamente, pasando de los 74 ns que mide AIDA64 a 6000 MHz a 72 ns cuando los módulos operan a 6400 MHz.

Vamos ahora con MaxxMem2. En la siguiente gráfica podemos ver que en la prueba de lectura estos módulos han arrojado un rendimiento elevado, pero, curiosamente, también algo dispar. Sin embargo, en los tests de escritura y copia se han comportado como cabía esperar. En este último se ha producido un incremento de la productividad significativo tanto a 6133 como a 6400 MHz.

En la prueba de latencia de esta herramienta ha sucedido exactamente lo mismo que en AIDA64. De hecho, aquí no nos hemos llevado ninguna sorpresa: a medida que incrementamos la agresividad del overclocking la latencia se va reduciendo progresivamente. MaxxMem2 ha medido 73 ns a 6000 MHz, 72 ns a 6133 MHz, 71 ns a 6200 MHz, y, por último, 69 ns a 6400 MHz. No está pero que nada mal.

La siguiente prueba a la que hemos recurrido es PerformanceTest 10.2. La captura de la izquierda refleja el resultado de este test cuando estos módulos de memoria trabajan a 6000 MHz, y la de la derecha cuando operan a 6133 MHz. El incremento de la productividad que nos entrega este overclocking ligero es palpable.

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Vamos ahora con los otros dos escenarios de overclocking. A 6200 MHz, como podemos ver en la captura de la izquierda, el rendimiento de estos módulos se incrementa ligeramente si lo comparamos con el que hemos obtenido a 6133 MHz. Y si pisamos el acelerador hasta los 6400 MHz vuelve a incrementarse más.

Sin embargo, a esta última frecuencia de reloj los módulos de memoria no se han comportado de una forma completamente estable. Esta es la razón por la que esta prueba nos ha privado de dos índices de rendimiento (Database Operations y Memory Mark).

Lo primero que hemos hecho al habilitar cada una de las configuraciones de overclocking por las que hemos pasado ha sido someter al subsistema de memoria principal al exigente test de estrés implementado en la herramienta Extreme Tuning Utility de Intel con un propósito: comprobar si su estabilidad se ve comprometida.

La herramienta Extreme Tuning Utility de Intel es muy útil para comprobar si el ‘overclocking’ degrada la estabilidad de la memoria principal

En los dos escenarios de overclocking moderado, 6133 y 6200 MHz, la estabilidad del equipo fue total. No arrojó ni una sola muestra de inestabilidad. Sin embargo, a 6400 MHz la memoria no superó este test, por lo que bajo carga máxima en estas condiciones la estabilidad sí puede degradarse. A 6133 MHz los módulos alcanzaron una temperatura máxima de 45,3 ºC, y a 6200 MHz, sorprendentemente, de unos ligeramente más moderados 43,8 ºC.

Corsair Dominator Platinum DDR5 6000 MHz: la opinión de Xataka

Estos módulos de memoria son una delicia. Y es que no solo están impecablemente acabados; en vivo son mucho más bonitos que en las fotografías que ilustran este análisis. Y, como hemos visto, la posibilidad de actuar con mucha libertad sobre su iluminación RGB nos ayuda a conseguir que encajen como un guante con la apuesta estética de nuestro PC.

Sin embargo, lo más importante es su rendimiento. Y en nuestro banco de pruebas han dado la talla. Los hemos probado a fondo en compañía de un procesador Core i9-13900K de Intel y una placa base ROG Maximus Z790 Hero de ASUS con chipset Intel Z790, y, como hemos comprobado, no rinden de maravilla únicamente a su frecuencia de reloj nominal.

Cuando experimentamos con un overclocking moderado y les pedimos que operen a 133 y 200 MHz por encima de su frecuencia nominal, ni se inmutan. Su rendimiento mejora perceptiblemente, y su estabilidad no se resiente lo más mínimo. Si pisamos el acelerador a fondo y les pedimos que trabajen 400 MHz por encima de su frecuencia nominal su rendimiento se incrementa aún más, pero en este escenario comienzan a evidenciar síntomas de inestabilidad.

Quien se haga con estos módulos puede tener la certeza de que va a tener un margen de maniobra amplio si decide experimentar con el overclocking. La única pega que puedo ponerles es que su precio los coloca fuera del alcance de muchos entusiastas, especialmente en esta coyuntura de profunda inestabilidad. En cualquier caso, son unos estupendos aliados si lo que queremos es exprimir la última gota de jugo a un Ryzen 7000 de AMD o un Core de 13ª generación de Intel. Prometido.

Estos módulos de memoria han sido cedidos para este análisis por Corsair. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.