El día de hoy hubo un evento bastante extraño, y no es porque se esperara una ceremonia de una hora con cuetes y un desfile por las calles de la ciudad, sólo es que el evento para conmemorar los 209 años del natalicio del Benemérito de las Américas, uno de los políticos más admirados de su tiempo (tanto así que Mussolini se llamó como se llamó gracias a la admiración de su padre por el gran reformador de México), duró casi nada… es más, el evento fue tan burocrático que ni siquiera un discurso hubo, ¿por qué Peña no dijo nada sobre el expresidente Juárez?

Y no es que se haya tenido que rendir en alabanzas ni nada, sólo es extraña la formalidad de eventos como el de «La Marcha de la lealtad» (hubo ceremonias, poesía, discursos y demás) y no se haya hablado nada de la figura que encabezó las leyes de la Reforma (sobre todo cuando Peña mismo está aplicando reformas en el país ¿no habría sido una excusa perfecta para hablar de ellas?). Además de que un gobierno que apela todo el tiempo al estado de derecho debería observar más la figura del presidente que sentó los precedentes más poderosos de dicho estado… ¿no?

El presidente Enrique Peña Nieto, en compañía del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de la Defensa, Gral. Salvador Cienfuegos; el secretario de Marina, Almirante Francisco Vidal Soberón y demás secretarios de gabinete, los presidentes de las Cámaras de Diputado y Senadores, Julio César Moreno y Miguel Barbosa respectivamente y la asistencia de familiares de Don Benito Juárez García, depositaron hoy una ofrenda floral y montaron una guardia de honor en el Hemiciclo a Juárez.

Tal evento, con una duración de 15 minutos, sólo se entono el Himno Nacional, no hubo discurso alguno, se monto la guardia y al finalizar el presidente Peña Nieto se despidió de mano de todos los asistentes.

¿Qué hizo Juárez?

En fin… recordemos que Juárez lideró la oposición a los conservadores, a los realistas, a la ocupación francesa y a Maximiliano (que haya sido como haya sido era una figura externa al país y que era impuesta con ayuda de fuerzas extranjeras).

El país tenía finanzas ruinosas (gracias a las luchas sangrientas intestinas por el poder entre liberales y conservadores, además de varias intervenciones extranjeras), de ahí que negociara el derecho de tránsito a los Estados Unidos para que pasaran por el Istmo de Tehuantepec (el Tratado McLane-Ocampo), esto le ha costado que mucha gente en años recientes señale a Juárez como un vendedor de la patria y un traidor (aunque, de hecho, dicho tratado establecía el reconocimiento de Estados Unidos del gobierno de Juárez y fue negociado para no vender absolutamente ninguna porción de tierra a los estadounidenses… de todos modos, al final no fue ratificado por el Senado de los Estados Unidos).

Claro que un derecho de tránsito en una economía empobrecida no se compara en nada con el establecimiento de una Constitución liberal que dividió el poder en 3 instancias; el establecimiento de la separación entre la Iglesia y el Estado, poniendo a México como el líder en esta cuestión a nivel mundial, una política que estableció la libertad de culto, la libertad de prensa, la de pensamiento y la de expresión.

Claro que Juárez no redactó la Constitución, pero fue uno de los líderes del grupo de pensadores liberales mexicanos que la impulsó, como la Ley Juárez, que abolía los fueros de personas e instituciones (ahora necesitamos una Ley Juárez parte dos para acabar con tanta impunidad en el país).

Otro dato, fue en el gobierno de Juárez que se estableció el matrimonio como un contrato civil (y no como algo religioso).

La Constitución del 54 también establecía que nadie está obligado a trabajar sin una retribución justa y ratificaba la abolición de la esclavitud en nuestro país.

Aquí tenemos algunas frases de Juárez:
El gobierno tiene el sagrado deber de dirigirse a la Nación, y hacer escuchar en ella la voz de sus más caros derechos e intereses.

Mi deber es hacer cumplir la ley no sólo con medidas del resorte de la autoridad, sino con el ejemplo para atentar a los que con un escrúpulo infundado se retraían de usar el beneficio que les concedía la ley.

Libre, y para mi sagrado, es el derecho de pensar… La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos.

No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes. No se pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley les señala.

Bajo el sistema federativo, los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad.

Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.

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