Con el paso fino y elegancia, guiados por sus jinetes, decenas de caballos de raza participaron de la tradicional cabalgata que por 22 años consecutivos se realiza por las calles de San Vicente, cantón de Manabí.

En esta actividad típica, los jinetes mostraron sus habilidades para conducir a los equinos, compañeros de trabajo en zonas rurales del país.

La cabalgata, que se realizó el pasado 15, salió desde la esquina del 40, en el sector de Los Perales, y recorrió el malecón Leonidas Vega hasta el sector de la iglesia Santa Rosa, para culminar en Montemar.

Con trajes característicos, con jeans y los tradicionales sombreros de campo, hombres y mujeres tomaron las riendas y motivaron a los equinos a realizar trotes, galope, la trocha y el paso fino.

Manuel Solórzano, concejal de San Vicente y organizador de esta actividad, dijo que la cabalgata, además de ser una tradición, es uno de los atractivos de las festividades por los 20 años de creación política de San Vicente. Destacó la confraternidad de los caballistas. Afirmó que realizaron un “gran esfuerzo” para llegar desde sus respectivas ciudades y unirse a esta celebración del cantón.

En este año participaron más de 300 caballos. Al igual que en ediciones anteriores, la cabalgata se realizó en coordinación con el caballista Luis Medina y con el apoyo de la alcaldesa Rossana Cevallos.

Para esta actividad se dispusieron tres plataformas, que llevaron a artistas como Alzate de El Carmen, Jazmín y el Mariachi Charro de Oro, además de otros grupos invitados.

Las chivas (medios de transporte tradicional de zonas rurales y que aún tienen vigencia) acompañaron el recorrido de los caballos, que exhibieron su paso fino, trocha y galope.

Caballistas de varios cantones se unieron para rendir este tributo, que duró hasta las primeras horas de la noche.

Ivette Zambrano Arteaga, caballista de Chone, comentó que fue una linda jornada, en la que los caballistas pusieron su nota alegre por las fiestas de San Vicente.

Walter Lara, habitante de San Vicente, dijo que fue una jornada que encendió el ambiente con el paso de los caballistas y sus equinos. (I)