Pequeños cambios en los hábitos diarios pueden convertirse en la mejor defensa contra resfriados y gripes. En plena temporada de enfermedades respiratorias, la clave para un sistema inmunológico fuerte está en lo que se come y cómo se vive.
Y la ciencia lo confirma: la nutrición tiene un impacto directo en la capacidad del cuerpo para combatir infecciones. Según un estudio reciente publicado en la revista Nutrients, la falta de micronutrientes esenciales como las vitaminas A, C, D, E, las del complejo B, el hierro, zinc y selenio, debilita las defensas naturales y abre la puerta a enfermedades respiratorias.