El 16 de abril de cada año se conmemora el Día Mundial de la Voz, un recordatorio de la importancia de cuidar uno de nuestros instrumentos de comunicación más esenciales. Bajo el lema “Empodera tu Voz”, se invita a reflexionar sobre el rol fundamental que desempeña en nuestra vida cotidiana, tanto desde el punto de vista biológico como emocional.
Aristóteles ya se refería a la trascendencia de la voz al señalar que “la voz es el símbolo de los estados del alma”. A través de ella no solo transmitimos palabras, sino también emociones que van más allá de lo verbal. La voz es capaz de proyectar una vasta gama de sentimientos como alegría, tristeza, enojo y dulzura.
La voz es una huella personal
El desarrollo de la voz está íntimamente ligado al crecimiento humano, y abarca dimensiones emocionales, físicas y sociales. La humanidad es la única especie que emite un sonido al momento del nacimiento. Este primer llanto cumple una función vital al desobstruir la vía aérea y permitir el inicio del patrón respiratorio.
A partir de allí, la producción vocal se convierte en una manifestación compleja, resultado de la interacción de varios sistemas biológicos: neuromuscular, respiratorio, fonatorio, auditivo, endocrino, y la coordinación del sistema nervioso central y periférico.
El proceso de producción de la voz involucra una serie de interacciones precisas. El aire que fluye desde los pulmones, impulsado por los músculos del diafragma, los intercostales y otros músculos accesorios, llega a las cuerdas vocales, ubicadas en la laringe. Al pasar por allí, este aire espirado provoca la vibración de las cuerdas vocales, generando el sonido. Cualquier alteración en la anatomía o fisiología de los órganos involucrados en la producción vocal puede modificar la calidad de la voz.
En este contexto, la laringe juega un papel fundamental, ya que cumple tres funciones esenciales:
- Fonatoria. Produce la onda sonora a través de las cuerdas vocales.
- Respiratoria. El aire inspirado ingresa al sistema broncopulmonar mediante la laringe.
- Deglutoria. Durante el proceso de deglución, la laringe contribuye al cierre esfinteriano, evitando que los alimentos o líquidos lleguen a las vías respiratorias.
Desde el punto de vista embriológico, la laringe comienza a desarrollarse hacia el tercer mes de vida fetal, y al nacer se encuentra ubicada a la altura de la tercera y cuarta vértebras cervicales. A medida que crecemos, desciende y se posiciona a nivel de la sexta vértebra cervical alrededor de los cinco años, y finalmente llega a la séptima vértebra entre los 15 y 20 años. Este descenso no solo facilita la fonación, sino que también reduce la efectividad de la deglución.
Cada persona tiene un timbre de voz único
El sonido emitido por las cuerdas vocales se modifica por varios factores, dando como resultado una voz personal, con un “color vocálico” distintivo. Este timbre es lo que nos distingue, incluso en un mundo lleno de voces similares, da un color especial, que hace que la voz de cada uno sea única.
A lo largo de toda nuestra vida, la voz sigue siendo un instrumento valioso. Es crucial tomar conciencia sobre la importancia de cuidarla, ya que es fundamental para la comunicación y el trabajo. La prevención y el monitoreo de la salud vocal son esenciales, sobre todo para aquellas personas que dependen de su voz en su día a día, como docentes, locutores, cantantes y actores. Asimismo, existen grupos de riesgo, como los trabajadores de call centers, que tienden a esforzarla más de lo recomendado, lo que puede generar fatiga vocal sin que ellos lo sepan.
9 recomendaciones para cuidar la voz
- Eliminar el tabaquismo.
- Evitar la ingesta excesiva de café y mate.
- Mantener una dieta equilibrada.
- Evitar comidas copiosas que puedan afectar las cuerdas vocales.
- No hablar en exceso, y permitir descansar la voz.
- Mantener una buena hidratación.
- Evitar hablar en lugares cerrados, mal ventilados y ruidosos.
- Trabajar en ambientes con una adecuada humedad, ya que los aires acondicionados pueden afectar la hidratación de las cuerdas vocales.
- Controlar la respiración al hablar, asegurando que se inhale antes de cada intervención y aprovechando las pausas para respirar nuevamente.
Cuáles son las alteraciones vocales más frecuentes
- Disfonía. Es una alteración inflamatoria de las cuerdas vocales que modifica el timbre de la voz. Puede ser funcional (provocada por esfuerzos o malas prácticas vocales) o orgánica (debido a cambios estructurales en las cuerdas vocales). Cuando la disfonía es funcional, suele durar entre 7 y 15 días, pero si es orgánica, puede persistir por mucho más tiempo y requiere estudios específicos para determinar su causa.
- Afonía. Es la pérdida total de la voz y suele ser una forma extrema de disfonía.
- Hiperfunción vocal. El abuso de la voz puede causar la formación de nódulos o pólipos en las cuerdas vocales, lo que en algunos casos requiere tratamiento quirúrgico seguido de rehabilitación.
En estos casos, lo primero es el descanso vocal, hidratación y la consulta médica. Para los profesionales de la voz, como cantantes o locutores, se recomienda el entrenamiento vocal, similar al entrenamiento físico de los deportistas, con foniatras y maestros de canto.
Algunas de las consultas más comunes en la consulta otorrinolaringológica incluyen:
- Alergias. Los pacientes alérgicos frecuentemente experimentan la sensación de un cuerpo extraño en la garganta, a menudo acompañada de moco retronasal en la faringe. Se les recomienda evitar el carraspeo constante, ya que puede afectar la calidad vocal y producir ronquera.
- Reflujo gastroesofágico. Esta condición se caracteriza por una sensación de quemazón en el pecho y mal aliento, síntomas que con el tiempo pueden dañar las cuerdas vocales.
- Adultos mayores. Con el envejecimiento, las cuerdas vocales pierden tonicidad, lo que provoca una disminución en la sonoridad y la calidad vocal. Además, el aislamiento social en este grupo etario puede reducir aún más la comunicación verbal.
- Niños: Los niños también pueden experimentar alteraciones en su voz debido a malformaciones congénitas o por uso excesivo de la voz, como en el caso de los niños líderes en sus grupos que gritan en lugar de hablar.
En algunos casos, la disfonía puede tener origen neurológico, como ocurre con enfermedades como el Parkinson o la Miastenia Gravis, en las que los espasmos musculares interfieren con el flujo normal de la voz.
La voz puede verse afectada transitoriamente por virus comunes, como los resfriados, gripe o laringitis, especialmente en épocas de cambios climáticos como el otoño. Sin embargo, si los síntomas persisten más de dos semanas, es fundamental consultar a un otorrinolaringólogo, quien puede utilizar un fibronolaringoscopio para realizar una inspección detallada de las cuerdas vocales y determinar el diagnóstico adecuado. En muchos casos, se requiere la intervención de un equipo multidisciplinario para tratar la afección.
- Mantener una postura adecuada al hablar. Esto reduce el esfuerzo sobre las cuerdas vocales.
- Evitar esfuerzos físicos que puedan afectar la voz. Cualquier alteración en el cuerpo, como contracturas, puede influir en la emisión vocal.
- Usar el teléfono celular en altavoz cuando sea posible para evitar contracturas en la laringe, comunes cuando el teléfono se sostiene entre el hombro y la oreja.
El cuidado vocal debe ser una prioridad constante, ya que la voz es un bien invaluable para todos. Siempre se debe buscar la consulta temprana para detectar problemas y comenzar un tratamiento adecuado.