Coca Codo Sinclair (CCS) ha sido, durante años, objeto de debates sociales y políticos, pero su verdadero peso se entiende únicamente cuando se analiza su papel que cumple dentro del Sistema Nacional Interconectado (SNI).

La ingeniería de sistemas eléctricos lo clasifica como un “nodo maestro”, es decir, un punto cuyo aporte de potencia, ubicación eléctrica, inercia y acoplamiento con la red sostiene la estabilidad dinámica del sistema completo. En redes interconectadas de escala media como la ecuatoriana, un nodo maestro cumple un rol estructural para que el país mantenga estabilidad eléctrica, algo que va mucho más allá de “producir luz”

El sistema eléctrico ecuatoriano es como una especie de “ecosistema conectado”. Hay plantas que generan energía, líneas que la transportan y ciudades que la consumen. En ese ecosistema, algunas plantas se convierten en “referencias” que ayudan a que todo el sistema se mantenga estable. Esas plantas son las que sostienen el ritmo del sistema, evitan que la red pierda equilibrio y permiten que las variaciones no se conviertan en apagones.

Coca Codo Sinclair es una de esas piezas clave. Los estudios internacionales las llaman “nodos maestros”: puntos que mantienen el orden y la estabilidad del sistema.

Lo que significa que ayuda a mantener el equilibrio del sistema cuando sube o baja repentinamente el consumo, aporta estabilidad para que la frecuencia eléctrica —algo así como el pulso del sistema— no se descontrole.

Da soporte a las líneas de alta tensión, especialmente en la zona donde se concentra la mayor demanda del país: la Sierra centro-norte y la Costa, Reduce los riesgos de apagones en cadena cuando ocurre una falla en otra parte de la red. En pocas palabras Coca Codo Sinclair es la columna vertebral de la red eléctrica ecuatoriana.

 

¿Qué pasaría sin Coca Codo Sinclair?

Aquí es donde el análisis se vuelve decisivo. Los modelos que se utilizan internacionalmente para estudiar sistemas eléctricos muestran un patrón claro que también aplica en Ecuador.

Sin Coca Codo Sinclair, el sistema eléctrico tendría que enfrentar tres problemas mayores:

 

1.     Caída rápida del “pulso eléctrico” del país

La frecuencia del sistema —que debe mantenerse casi perfecta— caería mucho más rápido ante cualquier falla. Cuando eso ocurre, las protecciones automáticas pueden dispararse y dejar a ciudades o regiones sin energía para evitar daños mayores.

 

2.     Sobrecarga en las líneas principales

Las líneas que llevan energía desde Paute hacia Quito y Guayaquil ya trabajan cerca de sus límites en épocas secas. Sin Coca Codo Sinclair, esas líneas podrían sobrecargarse con mayor facilidad, obligando a racionamientos.

 

3.     Mucho más uso de generación térmica, mucho más cara

Sin Coca Codo Sinclair, habría que encender más plantas térmicas. Eso significa combustible importado, costos mucho más altos y presión adicional sobre el presupuesto del Estado. En condiciones de estiaje —como las que el Ecuador enfrenta cada año y que empeoran con el cambio climático— el riesgo aumenta aún más.

 

4.     Lo que está en juego no es solo energía: es la continuidad del país

Si CCS dejara de funcionar no hablamos solo de apagones. Hablamos de impactos reales en:

hospitales, telecomunicaciones, transporte, agua potable, refrigeración de alimentos, industrias que no soportan variaciones de energía ni paradas forzadas.

La electricidad no es solo un servicio: es la infraestructura invisible que sostiene toda la vida moderna. Cuando esa infraestructura pierde estabilidad, el país entero la siente.

 

5.     Coca Codo Sinclair merece un debate serio

Su funcionamiento es clave para la estabilidad de frecuencia de la red, su ubicación en la red permite que el país no dependa tanto de generación térmica cara, su rol en la red no puede reemplazarse fácilmente, ni siquiera temporalmente, Coca Codo Sinclair no es un tema político: es un tema de seguridad energética nacional.

Coca Codo Sinclair puede —y debe— ser discutida, potenciada e incluso auditada. Pero lo que no puede hacerse es debatir su importancia sin entender qué sostiene realmente al sistema eléctrico, los datos, los estudios y la estructura real de la red ecuatoriana coinciden en algo fundamental:

Coca Codo Sinclair es una pieza crítica para que el país tenga energía estable, sin ella, el sistema se vuelve más frágil, más caro y más expuesto a riesgos.