Inserto a la topografía de la zona, tallado a la roca, El Helicoide se planta en el centro de la ciudad, como un gigante inconcluso, recordatorio de una Caracas que quiere ser y que permanece como un proyecto temporal. En 1956, el edificio se concebía con un brillante futuro, icono de la modernidad caraqueña, “ una de las obras más exquisitas brotada de la mente de un arquitecto», según Neruda. Hoy es “El Proyecto del Helicoide” el único que intenta hacernos recordar a través de las visiones juguetonas y libres de jóvenes artistas y arquitectos