Cada dos semanas se detecta un caso de enfermedad inflamatoria intestinal

l diagnóstico de la enfermedad inflamatoria intestinal puede llegar a tardar hasta cinco años después que se manifiestan los primeros síntomas. Así lo dio a conocer el gastroenterólogo Raúl Arocha, quien además señaló que una de las razones por las cuales se produce esta tardanza es el poco conocimiento que hay en torno a esta patología en el país, incluso en el gremio médico, donde hasta hace poco era considerada una afección “rara”.

“Actualmente se detecta un caso nuevo de enfermedad inflamatoria intestinal cada dos semanas, lo cual es mucho. Sin embargo, no estamos preparados todavía para diagnosticarla y tratarla. En los últimos diez años el repunte de esta patología ha sido violento. Algunos gastroenterólogos nos hemos involucrado en la tarea de desarrollar más el conocimiento de la enfermedad y transmitirlos a otras especialidades. A más del 50% de los pacientes se les hace el diagnóstico después de haber tenido cinco años con la afección”, informó el galeno.

El especialista en gastroenterología enfatizó que el retraso en el diagnóstico y tratamiento incide en su evolución. Igualmente comentó que al no ser tratada en años, “el curso natural de este padecimiento es la disfuncionalidad en el colón. Hay estudios que establecen que muchas personas tienen que cambiar sus planes porque ésta los incapacita. Por ejemplo, no van a reuniones sociales sino tienen un baño cerca o lo primero que hacen al llegar es identificarlo.”

Aunque aún no existe una cura definitiva para la enfermedad inflamatoria intestinal, el tratamiento cumple con el objetivo de controlar la sintomatología y mejorar la calidad de vida del paciente. “Se puede comparar con la hipertensión arterial y la diabetes, ya que la persona puede vivir tranquilamente con su tratamiento controlado, pero lo importante es prevenir con un diagnóstico precoz,” concluyó.

¿Que es la Enfermedad Inflamatoria Intestinal?

Se refiere a las patologías que afectan el tracto digestivo de forma crónica y pueden comprometer, en menor grado, el funcionamiento de otros órganos como la piel, los ojos, el hígado y las articulaciones. A su vez, es el término que engloba dos afecciones: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, caracterizadas por la presencia de brotes o crisis de magnitud variable y por ser de difícil diagnóstico.