Cucuruchos y Verónicas, listos para procesión de Jesús del Gran Poder

Cada año se confeccionan mil nuevos trajes para la procesión de Jesús del Gran Poder. Cucuruchos y verónicas. Los usan personas que han asistido al rezo del viacrucis los días viernes y a las charlas, en el claustro, los sábados.

La idea es que ellos sientan que esto es un acto de fe y no de folclore, dice el sacerdote franciscano Freddy Sucuzhañay, de 33 años, encargado de organizar la Procesión del Viernes Santo. Para él, la organización va por el lado espiritual.

“Puedo vestirme de cucurucho, cargar la cruz de 5 o 6 kilos, ponerme alambres, caminar descalzo, arrastrar cadenas, pero el corazón está lejos de Dios. El Señor dice: quiero misericordia, no sacrificios”.

La procesión no recibe financiamiento de ninguna institución, excepto, la amplificación y la tarima que colabora el municipio de Quito.

El convento San Francisco alquila los trajes por 5 dólares y si alguien quiere comprar, el valor es de 20. Se espera que este año participen unas dos mil personas, entre cucuruchos y verónicas.

El padre explica que los gastos ascienden a 15.000 dólares. Con parte de ese dinero preparan más de dos mil refrigerios para cucuruchos, verónicas y voluntarios.

“Hay que entender que nosotros no nos quedamos solo en el Viernes Santo, cuando Cristo está muerto. Nosotros contemplamos a Cristo vivo, al Cristo resucitado”, explica el padre.

El Viernes Santo comienza temprano. A las 07:00 ingresan los cucuruchos al colegio San Andrés, ubicado en la parte posterior del convento; a las 07:45 reciben los trajes y se visten; y a las 09:45 rezan el santo rosario.

Está previsto que a las 10:30 de este viernes salgan de la Iglesia los cucuruchos y verónicas. Luego la imagen de San José y la Virgen de La Dolorosa. Finalmente, a las 11:45, la imagen de Jesús del Gran Poder. Antes de su partida, se tocan dianas, se lee la sentencia y se canta el Himno Nacional. La peregrinación está prevista que empiece a las 12:00. (I)

Orígenes

Sacerdote

Caminata

La escultura de Jesús de Nazaret que se usa en la procesión fue construida en madera de balsa en el siglo XVII. En 1961, el sacerdote Francisco Fernández la encontró abandonada en la sacristía. La bautizó como Jesús del Gran Poder y ese mismo año la sacó a las calles capitalinas. Así nació la primera procesión de Viernes Santo, en Quito, que congrega a cientos de fieles cada año.