Beneficios de la granada

Beneficios de la granada

Beneficios de la granada. Fruta milenaria que ayuda a aumentar el deseo sexual y protege contra el cáncer. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

La granada conquista la salud con sus poderes naturales.

 

Beneficios de la granada en la prevención del cáncer y enfermedades crónicas

Además de su característico sabor dulce y su vibrante color rojo, la granada destaca por su composición rica en compuestos bioactivos como antocianinas, flavonoides, vitamina C, ácido elágico y ácido punícico, que le otorgan propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antimicrobianas y afrodisíacas.

La presencia de fitoquímicos fenólicos en la granada ha sido estudiada por diversas instituciones científicas, que destacan su papel en la prevención del cáncer. El ácido elágico y las antocianinas pueden inhibir la proliferación de células malignas y estimular la apoptosis o muerte celular programada, dificultando así la progresión de tumores.

Estos compuestos también ayudan a proteger el cuerpo de los daños causados por la radiación ultravioleta. Además, posee ácido cítrico, el cual tiene propiedades antibacterianas y favorece la eliminación del ácido úrico y sus sales mediante la orina, siendo útil en el tratamiento de la gota y los cálculos renales.

Asimismo, su alto contenido de potasio contribuye a mantener el equilibrio mineral dentro de las células y ayuda a controlar los niveles de sodio en la sangre, beneficiando a quienes padecen hipertensión.

La granada y su efecto en la libido, el estado de ánimo y la energía

Un estudio de la Universidad de Edimburgo encontró que el consumo regular de jugo de granada elevó los niveles de testosterona en hombres y mujeres en aproximadamente un 30%.

Este aumento hormonal se ha vinculado con una mayor libido, mejor estado de ánimo y mayor sensación de bienestar general.

Granada para la vista: cómo sus antioxidantes protegen los ojos

Las antocianinas presentes en la granada también juegan un papel importante en la salud visual, ya que ayudan a mejorar la agudeza visual y a prevenir enfermedades como la degeneración macular y las cataratas.

Además, su contenido en betacarotenos favorece la producción de vitamina A, esencial para el cuidado de la vista.

En cuanto a la piel, la fruta destaca por sus vitaminas del complejo B y el ácido punícico, que hidrata y ayuda a prevenir la hiperpigmentación. Estas propiedades contribuyen a mantener la piel joven, elástica y protegida frente a los daños provocados por la radiación ultravioleta.

Las antocianinas presentes en la granada también están asociadas con la mejora de la agudeza visual y la protección contra el daño oxidativo en los ojos. Asimismo, contiene betacarotenos, que el organismo convierte en vitamina A, nutriente esencial para mantener la salud de la retina y prevenir afecciones como la degeneración macular y las cataratas.

De acuerdo con las Guías Alimentarias de Estados Unidos, la ingesta diaria recomendada de vitamina A es de 700 microgramos para mujeres y 900 microgramos para hombres, metas que pueden apoyarse mediante el consumo regular de frutas ricas en carotenoides, como la granada.

Vitaminas y minerales que fortalecen el sistema inmunológico y la piel

Uno de los minerales más abundantes en la granada es el potasio, con 238 miligramos por cada 100 gramos. Este nutriente cumple un rol fundamental en la regulación del equilibrio electrolítico y en el control de la presión arterial. Según la nutricionista Andrea Victoria Greco, el potasio ayuda a eliminar el exceso de sodio a través de la orina y relaja los vasos sanguíneos, reduciendo el riesgo de hipertensión, infartos y otras enfermedades cardiovasculares.

Además, niveles adecuados de potasio previenen los calambres musculares y fortalecen la función neuromuscular.

La vitamina C, que en la granada se encuentra en concentraciones notables, actúa como un antioxidante clave en la protección del sistema inmunológico. Lucila Rosso, licenciada en Nutrición, señala que este nutriente ayuda a combatir infecciones, resfriados comunes y procesos inflamatorios al fortalecer las defensas celulares.

Debido a que el cuerpo humano no produce vitamina C, se recomienda una ingesta diaria de entre 75 y 90 miligramos, lo que puede alcanzarse más fácilmente al incorporar frutas como la granada en la dieta habitual.

Cómo consumir granada: usos en la cocina y recomendaciones de nutrición

Compuesta en un 91% por agua, la granada es una fruta con alto poder hidratante, ideal para climas cálidos o después de la actividad física. Según un informe de Runners World, este porcentaje la convierte en una aliada para evitar la retención de líquidos y promover la eliminación de toxinas a través de la orina, gracias a su efecto diurético natural.

No obstante, especialistas como los de la Mayo Clinic advierten que, aunque estas frutas contribuyen a la hidratación, no deben sustituir completamente la ingesta de agua. La recomendación general es consumir entre 2,7 litros de líquidos diarios para mujeres y 3,7 litros para hombres, incluyendo bebidas y alimentos.

La granada se encuentra en temporada entre agosto y noviembre, especialmente en mercados locales y verdulerías. Para elegir una fruta madura, se recomienda buscar ejemplares con piel lisa, firme y de color rojo intenso. Al abrirla, se puede extraer el jugo o consumir directamente sus granos, retirando previamente las membranas blancas por su sabor amargo.

En la cocina, puede incluirse en ensaladas, yogures, licuados, postres o como decoración de platos. En la gastronomía hindú, los granos secos se emplean como especia, mientras que en la cocina libanesa se utiliza el jugo para preparar la salsa muhammara, combinada con nueces, pimientos y ajo.

Nutricionistas como Andrea Victoria Greco recomiendan incluir al menos tres porciones de fruta al día como parte de una alimentación equilibrada, y destacan que la granada es una excelente opción para integrar en desayunos o meriendas como alternativa saludable frente a productos ultraprocesados.