Falsa sensación de seguridad dada por ministro de Salud aceleró contagios de covid-19

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Autoridades de Salud transmitieron una falsa sensación de seguridad a la población, ahora el resultado es el crecimiento exponencial de contagios por coronavirus.

Punto Noticias.- Un experto en epidemiología, Marcelo Aguilar, da a conocer su criterio respecto al manejo de la crisis sanitaria de la pandemia por parte del Gobierno nacional, en Punto Noticias. Las autoridades hoy responsabilizan a la ciudadanía de la transmisión del virus, cuando el mismo ministro de Salud se encargó de dar una “falsa sensación de seguridad”, cuando esa situación no era cierta.

Marcelo Aguilar, experto en epidemiología, inicia su entrevista solidarizándose con las personas que están sufriendo situaciones lamentables derivadas de la pandemia. Y deplora que las autoridades no hayan aprendido nada del golpe que recibió la ciudad de Guayaquil y de los 14.700 muertos que produjo la covid-19 en el puerto.

Ahora Quito está viviendo un momento crítico con una epidemia explosiva y con un crecimiento de casos exponencial en estos días y están colapsados las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de la ciudad.

Mientras que el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, decía que tiene “todo bajo control, que había que reactivar la economía, todas las actividades. Las autoridades herradas transmitieron una falsa sensación de seguridad, sabiendo que al aumentar la movilidad y las actividades era previsible que aumenten los contagios».

🗣️»#Quito está en un momento crítico, tenemos prácticamente una epidemia explosiva, el crecimiento del número de casos es exponencial desde hace algunos días. Son al menos dos semanas que están colapsados los servicios de salud, no hay una sola cama de terapia intensiva» ⬇️ pic.twitter.com/0t8ML5B58F

— Pichincha Comunicaciones (@pichinchauniver) July 23, 2020

El mensaje debía decir que “vamos a reactivar pero tomando las máximas precauciones porque el riesgo de transmisión es mayor que nunca”. Se complica la situación con un inexistente sistema de vigilancia epidemiológica, para evitar la trasmisión y que se pierdan vidas en la ciudad de Quito.

El tiempo de cuarentena fue perdido, señala el experto, porque no se aprovechó realizando planes de comunicación protegiendo a la población, creando planes de reducción de movilidad. Planes que fueron aplicados por la Universidad Central que lamentablemente llegó a solo 40.000 personas en Quito.

Aguilar insiste, en que los fondos que recibieron los municipios fueron para comprar pruebas y no se establecieron redes de diagnóstico indispensables y “ahora las autoridades están culpando a las personas y responsabilizando de la transmisión del coronavirus, eso es un despropósito total”.

Lo importante ahora sería trabajar con los medios de comunicación que diga a la población que hay que tomar precauciones, indica el experto, ya que estamos en el momento de mayor riesgo de transmisión en la ciudad de Quito, permanecer en casa, en lo posible hacer teletrabajo, salir únicamente para realizar situaciones indispensables y que cuando lo haga lleve mascarilla, distanciamiento social y lavado de manos o uso de alcohol.

Se debe aplicar lo que dice la Constitución de la República que responsabiliza al estado en cumplir con la protección, prevención y atención de la salud de todos los ecuatorianos. “Es hoja de reclamar y ejercer los derechos ciudadanos”, señala Aguilar.

Esta situación es mucho más catastrófica en todo el país como en el oriente ecuatoriano, y provincias de la cierra centro, donde no existe un sistema sanitario que ayude a la población, un Gobierno tan indiferente e incompetente que no defiende la salud de su pueblo.

El sistema sanitario es la primerísima prioridad, se debe convocar un equipo competente para manejar el COE nacional, el Ministerio de Salud está sin una dirección racional y buscar los recursos necesarios que en esta situación humanitaria se encontrarían en organismos multilaterales.

Esta situación sanitaria aún durará meses y el país debe prepararse para convivir con la pandemia. Las vacunas llegarán siquiera en unos 12 o 18 meses señala el epidemiólogo.

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