No comas cuento: mitos y verdades de los antibióticos
Ante un resfriado, dolormuscular o un simple malestar los antibióticos suelen estar a la orden del día. Sin embargo, estas medicinas están muy lejos de convertirse en la cura de todo mal.
Uno de los problemas de ingerir antibióticos, como si fueran caramelos, es el riesgo de que las bacterias se vuelvan resistentes a sus efectos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que esta situación es común en distintas partes del mundo y que las cifras llegan a niveles peligrosos.
Este es el motivo por el que “un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar”, sentencia el organismo.
El Centro para la Dinámica de Enfermedades, Economía y Política(CDDEP) analizó las tendencias de consumo de 76 países de los años 2000 a 2015. El estudio fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y mostró que la situación está empeorando. Esto se resume en una cifra: el uso de antibióticos aumentó un 39 por ciento entre estos 15 años.
Los expertos también proyectaron que hasta 20130, el consumo mundial antibióticos —de continuar con la tendencia actual— aumentará un 200 por ciento. “Cuando la resistencia a los antibióticos emerge en un lugar, se propaga rápidamente a otras partes del mundo”, afirmó Ramanan Laxminarayan, director del CDDEP.
Por esta razón, y para evitar que la situación empeore, te presentamos siete mitos sobre el uso de los antibióticos:
Curan todo
Falso. Los antibióticos no son como las semillas del ermitaño en la serie de televisión Dragon Ball Z. Solo son efectivos con enfermedades de origen bacteriano. El dolor de espalda o un resfriado común de origen vírico no entran en la lista.