Al inicio del primer día de semáforo amarillo, las principales calles de la ciudad de Nueva Loja, provincia de Sucumbíos, amanecieron con pancartas que informaban a la ciudadanía las medidas que deben adoptar en la etapa de distanciamiento social.

Asimismo se advirtió de las sanciones que recibirán si incumplen la ordenanza de bioseguridad sanitaria vigente en el cantón Lago Agrio, que sumaba 68 casos de COVID-19 hasta el 19 de mayo.

Los locales comerciales abrieron sus puertas al cien por ciento, el comercio informal se tomó las calles.

“Yo salí a trabajar con mis pequeñas ventas porque no hay plata para comer, el bono nunca llegó por acá”, dijo Gloria Cortez, quien sacó a vender en una vereda pequeñas fundas de mote cocinado, arveja, tostado y garbanzo.

Brigadas de control se desplegaron en las calles de la ciudad para verificar que los locales comerciales y la ciudadanía cumplan con las medidas de bioseguridad. La mayor infracción detectada fue no usar la mascarilla; la ordenanza sanciona con $80 a quien no la porte.

Las autoridades pusieron vallas en algunas calles céntricas de Nueva Loja para evitar la aglomeración y mezcla de personas y automotores, solo se circula peatonalmente con la respectiva distancia.

Las calles aledañas a los mercados y entidades bancarias se convirtieron solo en peatonales

Las “rancheras” volvieron a ingresar a las siete parroquias y recintos del cantón, y los buses urbanos salieron a las calles de la ciudad.

Alcaldes de los cantones Sucumbíos, Cuyabeno y Putumayo confirmaron que seguirán en rojo; Cascales, Gonzalo Pizarro y Shushufindi aún analizan. (I)