Adelantó que revisará con su abogado si se cumplió el debido proceso en la remoción de la que fue sujeto por parte del Concejo Metropolitano, agregó.

Jorge Yunda, alcalde de Quito, señaló que luego de la decisión de 14 concejales de removerlo de su cargo no siente rencor ni odio, aunque sí reconoció sentirse golpeado como persona sobre todo por quienes lo llamaron amigo y le ofrecieron su respaldo en la gestión, y sin embargo a la hora de actuar pudieron más los intereses personales y la presión de las redes sociales y ciertos medios de comunicación: “Se asustan y quieren estar dentro del grupo aprobado por los grandes twitteros, ahí se olvidan de la lealtad, la amistad e incluso el derecho”.

“Así es la política yo creo que es una situación que uno no imagina cuando ingresa y toma decisiones de incursionar un cargo de elección popular”.

Manifestó que la sesión del Concejo Metropolitano del miércoles 2 de junio de 2021 pudo evidenciar que no se lo juzgó por las causales que se denunciaban por parte de un colectivo ciudadano sino que se argumentó cualquier cosa, dijo, para votar a favor de su remoción. Reiteró que siembre habido una resistencia a su persona por llegar al poder desde el pueblo.

Detalló que en horas de la tarde revisará con su abogado si la decisión de removerlo estuvo apegado a derecho y si se impulsó el debido proceso, para con ello tomar una resolución pues aún queda la figura de apelación ante el Tribunal Contencioso Electoral (TCE).

Explicó, por ejemplo, que se permitió actuar a una concejala alterna a Mario Granda que está hospitalizado por Covid-19 sin que exista un documento que la principalice, a eso se sumaría que en la votación nominal hubo abstenciones cuando la normativa indica que eso no puede darse así como tampoco ausentarse de la sesión; y por último que quien tomaría el rol de alcalde, como Santiago Guarderas, actuó como miembro de la Comisión de Mesa que elaboró el informe para removerlo y también votó para aquello.

“Esto tendrá que revisarse por respeto a quienes me eligieron no porque me quiera aferrar a un cargo, yo soy creyente y si tengo que regresar a mi paz, a mi trabajo y actividad privada lo haré, porque uno descuida la familia y a la empresa. Más bien más tranquilo pero por respeto a personas que se dieron cita que se revise la legalidad y si no hubo vicios en el proceso”.

Aunque puntualizó que sí pudo tener errores, también aseveró que en los dos años de su administración, uno y medio ha sido en el marco de la pandemia que ha debido enfrentar: “Evitamos miles de muerte y una tragedia que pasó en Guayaquil”.

“Dentro de lo legal no había razones para remoción pero este es un ente político se han cargado subjetividades con razón o sin razón”

Aclaró que no tiene un solo familiar dentro de la administración pública y calificó de dolorosos los chats de su hijo a quien dijo apoyará en el ámbito legal y aclaró que aquello no tiene nada que ver con él: “Yo desconocía que estaba conversando con funcionarios que tenían prohibición de atender llamadas o mensajes con familiares míos y por eso pedimos su separación”.