«Salvemos a Pippo», fue el clamor telefónico del presidente del AC Milan, Silvio Berlusconi, cuando el martes fue eliminado por la Lazio (1-0) de la Copa Italia y el técnico Filippo Inzaghi había quedado colgado de un hilo.
El primer partido tras su «salvación» parece fácil, pero podría ser peligroso: vencer al colista Parma no da puntos en el currículum del entrenador, y pero una derrota podría ser fatal.

@elyex

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