A lo Gideon Gono
Hay una publicación del Banco Central de Venezuela titulada Estudios sobre la inflación en Venezuela, cuyo compilador es el economista José Guerra. La misma puede ser ubicada en el portal del BCV (1).
El primero de los estudios presentados en la mencionada publicación, por los autores José Guerra, Víctor Olivo y Gustavo Sánchez, se titula “El proceso inflacionario en Venezuela: un estudio con vectores autorregresivos”.
Bástele al lector de a pie, como yo, saber que tal metodología consiste en un modelo que se utiliza para capturar las interdependencias lineales entre múltiples series de datos en el tiempo, en el caso que nos ocupa, variables de demanda fiscal y monetaria y de costos como salarios, tipo de cambio e inflación internacional.
En la reseña bibliográfica previa que tiene lugar en todo trabajo serio, José Guerra y sus colaboradores citan el trabajo de Márquez (1991), el cual expone que la inflación es un fenómeno monetario (subrayo dicha palabra) causado por la expansión de la cantidad de dinero más allá del crecimiento de la oferta real (2). Márquez argumenta que la baja inflación venezolana hasta 1973 fue resultado del régimen de tipo de cambio fijo y la estabilidad monetaria existente hasta entonces. En el trabajo de Márquez sobresalen como causas de la inflación en Venezuela la inestabilidad de los precios internacionales y los efectos del primer boom petrolero que comprometió la gestión fiscal.
En días recientes y sin “pedigree” mediante, es decir, sin ningún trabajo importante o no publicado en el ámbito nacional o internacional o incluso en el mismo BCV, uno de sus directores de nombre José Khan, con el fracaso de las empresas de la CVG aún a cuestas, echó al ruedo dos frases que sin duda harán historia tanto en el BCV como en la economía de la ignorancia. La primera fue: “El hecho de que haya mayor liquidez no implica que haya más inflación”. La segunda: “La inflación es un fenómeno que no lo va a derrotar un solo sector, hay factores que el BCV no puede controlar”.
Con tales dos afirmaciones, además de hacerse el profundo e interesante, les dijo incompetentes a sus propios compañeros de ideología política en la Asamblea Nacional: la ley de leyes, la Constitución, está “pelada” al asignarle solo al BCV la misión de preservar el valor interno y externo de nuestro signo monetario. Con lo anterior, Khan también aprovechó para librar de toda responsabilidad que en el ámbito de la inflación tiene la gestión estocastico-epiléptica de Nelson Merentes. Imaginamos que en el pensamiento “khantiano” la responsabilidad del BCV debe ser compartida digamos por el Indepabis y por la Defensoría del Pueblo, a los que el banco central dará previamente un cursito de inflación para very, very, very dummies.
Las afirmaciones de José Khan son de tan gran envergadura que trascendiendo las fronteras nacionales mermadas por Guayana, seguramente quedarán en la historia y al lado de las pronunciadas por otro de los “grandes” directores de bancos centrales como Gideon Gono, reconocido coautor de la hiperinflación de Zimbabue y presidente de su Reserve Bank: en octubre/2006 Gono también afirmó que había varios factores que estaban fuera del control del banco central y que habían hecho difícil contener la inflación.
Ya sabemos, por tanto, lo que nos espera con este director del BCV.
(1) https://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/estudioinflacion.pdf
(2) Márquez, G. (1991): La inflación en Venezuela, en Francés A. y Dávalos, L., Ediciones IESA.