7 Poemas Cortos de José Joaquín de Olmedo

7 Poemas Cortos de José Joaquín de Olmedo. José Joaquín de Olmedo y Maruri (1780-1847) fue un patriota y escritor neoclásico ecuatoriano. Es considerado uno de los grandes poetas líricos del siglo XIX.

De 1802 a 1847 escribió cerca de un centenar de composiciones poéticas, de las cuales las más famosas son «La victoria de Junín: Canto a Bolívar» (1825); «Al General Flores, vencedor en Miñarica» (1835); «Alfabeto para un niño».

Sus obras completas fueron publicadas en Valparaíso (1848), París (1853) y México (1862). Es considerado, junto con Andrés Bello, un miembro destacado de la Ilustración hispanoamericana.

El libro «Obras poéticas» representa el único compendio de su lírica que fue revisado y corregido por el mismo escritor poco antes de su fallecimiento.

Olmedo murió el 19 de febrero de 1847 en Guayaquil, Ecuador, por complicaciones de la fiebre amarilla. Tenía 66 años. A continuación un pequeño compendio de sus poesías:

Poema #1

Título: En la muerte de mi hermana
Autor: José Joaquín de Olmedo

¿Y eres Tú, Dios? ¿A quién podré quejarme?
inebriado en tu gloria y poderío.
¡Ver el dolor que me devora impío
y una mirada de piedad negarme!

Manda alzar otra vez, por consolarme,
la grave loza del sepulcro frío
y restituye ¡Oh Dios! al seno mío,
la hermana que has querido arrebatarme.

Yo no te la pedí, ¡Qué! ¿Es por ventura,
crear para destruir, placer divino,
o es de tanta virtud indigno el suelo?

¿O es que ya de lo absorto en tu luz pura,
te es menos grato el incesante trino?
Dime: ¿Faltaba este ángel a tu cielo?

Poema #2

Nombre: A una amiga
Autor: José Joaquín de Olmedo

Arroyo cristalino,
que con susurro blando
vas del monte a la selva
y de la selva al prado;

travieso cefirillo,
que con tu aliento grato
mueves hojas y flores
que son gala del campo;

parleras avecillas,
que en trinos regalados,
cuando el sol nace o muere,
llenáis el aire vago;

y cuando vive y crece
en este suelo bajo,
y cuanto se remonta
hasta el cielo estrellado;

todo cuanto florece
en los valles y prados,
y aun las bestias feroces
que son del monte espanto;

todos conmigo unidos
en coros acordados,
celebremos el día
de la que hace mi encanto.

Poema #3

Título: Décimas
Autor: José Joaquín de Olmedo

Para templar el calor
de la estación y la edad,
me abandonas sin piedad,
mi hechizo, mi único amor.
Te engañas, porque el ardor
de un alma fina y constante,
si está de su bien distante,
crece en el agua, en la nieve,
y sólo templarse debe
en el seno de un amante.

Ven, pues, dulce amiga, luego,
que tú eres la sola fuente
que puede mi sed ardiente

saciar, y templar mi fuego.
En vano buscaré ciego
más gracia, más perfección,
otro afecto, otra pasión,
porque tus ojos divinos
solos saben los caminos
que van a mi corazón.

Poema #4

Nombre: Dedicatoria
Autor: José Joaquín de Olmedo

Y tú, mi dulce amigo,
que con la caza alegre
el afanoso estudio
alternas y entretienes,
sigue, sigue gozando
el placer de los reyes;
la diosa de los bosques
su gracia te promete.

Mas si en la selva umbrosa
dos palomitas vieres
acariciarse tiernas,
el tiro, cruel, suspende;
perdón a sus caricias,
y diles cuando vuelen:

«Si acaso sois de aquellas
que en Chipre tiran siempre
el carro de la madre
del amor y el deleite,
id allá desaladas,
palomas inocentes,
y en vuestro dulce arrullo
que Venus sola entiende,
decidle: Tu poeta
nos libró de la muerte».

Poema #5

Título: Un sueño
Autor: José Joaquín de Olmedo

Visitome el amor esta noche
con un dulce, gratísimo sueño:
yo soñé que a mi angélico dueño
de este modo empezábale a hablar:
-Saber puedes las veces que te amo
si las luces contares del cielo,
y las hojas que cubren el suelo,
y las olas que baten la mar…-

Ella me oye, y gustosa y afable
corre a mí con el seno entreabierto…
Mas ¡ay triste!, que al punto despierto,
y era sombra lo que iba a abrazar.
Loco, ciego, impaciente, furioso,
salto luego del lecho gritando:
-¡Duro amor!, ¡duro amor!, ¿hasta cuándo,
hasta cuándo me quieres burlar?

Poema #6

Nombre: En el álbum de la señorita Grimanesa Althaus
Autor: José Joaquín de Olmedo

Díceme un dios que dentro el pecho siento,
que al nacer se me dio fuego divino,
sólo porque cantara ¡oh Grimanesa!,
las gracias, la virtud y la belleza.
Yo cumplí, no sin gloria, mi destino,
cuando mi corazón y el alma mía
en vivo amor y juventud ardía.

Y en premio de haber sido
siempre fiel al dulce ministerio,
el Dios, a cuyo imperio
se rinden voluntarios,
la tierra, el cielo, el mar, ha concedido
su antiguo ardor, su inspiración divina,
a un genio que fallece oscurecido,
como el sol que a su ocaso se avecina.

Y he podido cantar como solía…
Tuyo es este portento, amiga mía.
¡Qué gloria para mí! Ver que este día
la más graciosa y bella no rehúsa
ser la corona de mi anciana musa.

Poema #7

Título: Al General Lamar
Autor: José Joaquín de Olmedo

No fue tu gloria el combatir valiente,
ni el derrotar las huestes castellanas;
otros también con lanzas inhumanas
anegaron en sangre el continente.

Gloria fue tuya el levantar la frente
en el solio sin crimen, las peruanas
leyes santificar, y en las lejanas
playas morir proscrito e inocente.

Surjan del sucio polvo héroes de un día,
y tiemble el mundo a sus feroces hechos:
pasará al fin su horrenda nombradía.

A la tuya los siglos son estrechos,
Lamar, porque el poder que te dio el cielo
sólo sirvió a la tierra de consuelo.