27 de febrero de 1829. La Batalla de Tarqui
La Batalla de Tarqui 27 de febrero de 1829. Este 27 de febrero Ecuador conmemora un año más de la Batalla de Tarqui, una de las fechas importantes de nuestro calendario histórico. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
La Batalla de Tarqui 27 de febrero de 1829
En las postrimerías del año 1827, la Gran Colombia, integrada por Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador, entró en una etapa de desintegración. Simón Bolívar quien era uno de los gestores de la unidad latinoamericana, luchaba para que no sucediera lo peor, pues el deterioro político era evidente.
Luego en los primeros meses de 1828, algunos sucesos militares y políticos acontecían, los cuales crearon graves tensiones entre Colombia y Perú. En primera instancia los incas se tomaron la provincia de Jaén y parte de Mainas, pertenecientes al país del norte.
Es cuando el 3 de marzo de 1828 Bolívar envió una misiva al Gobierno de Perú con un ultimátum: “…si dentro de 6 meses contados desde la fecha, no hubieses puesto el Perú a las órdenes del Intendente del Azuay la provincia de Jaén y parte de Mainas que requiere del gobierno de Colombia, creería no sólo que el Perú lo hostiliza, sino que ha dejado la decisión a la suerte de las armas…”
Ante esta “sugerencia” el Congreso ordenó al presidente de Perú de ese entonces, General José Domingo de Lamar, contestación, defendiendo los derechos del Estado y disponga al Ejército y la Armada para una eventual guerra.
La Batalla de Tarqui 27 de febrero de 1829.
Entonces el 31 de agosto los peruanos quisieron amedrentar estas amenazas bloqueando el golfo de Guayaquil, enviando la corbeta “Libertad”, poderosamente armada. Sin embargo de nuestro lado salió al frente el Capitán de Navío Tomás Carlos Wright, al mando de las corbetas “Guayaquileña” y “Pichincha”, interceptando al enemigo en “Punta Malpelo”, cerca de Tumbes, acabando con su pretendida invasión.
Tras esta derrota, los peruanos no se quedaron conformes y el 22 de noviembre de 1828, varias naves peruanas se presentaron sin previo aviso al frente de Guayaquil, y descargaron metrallas ante la indefensa ciudadanía, que sin embargo los enfrentaron con coraje y heroicidad, destruyendo varias de sus naves y logrando la muerte del Vicealmirante Guise.
Pero poco tiempo después y pese al esfuerzo por repeler la invasión el 19 de enero de 1829 tuvo que firmar su rendición y aceptar la ocupación peruana. Entre tanto el Gral. José Domingo de Lamar, marchaba ya con sus tropas para iniciar la invasión del Departamento del Sur.
Bolívar conocía las intenciones de Lamar
Simón Bolívar ya conoció de las intenciones del General Lamar a través de una carta que envió el General Heres al General Urdaneta: “Voy descubriendo aquí cosas muy buenas, en una mesa pública, brindando Lamar por Santander, añadió que venían llamados por él, que había sugerido los planes de invasión.
La intención era ir hasta Juanangú, convocar un Congreso en Quito, y separar el Sur con el título de República del Ecuador. La Mar debía ser Presidente como hijo del Azuay, y Gamarra del Perú, reuniéndole a Bolivia” (Cartas del Libertador.- tomo 8, p. 286 y siguientes- V. Lecuna).
Lamar habría tenido la intención de crear un estado independiente
Dicen algunos historiadores que las intenciones de Lamar eran la de cumplir con el anhelo de José Joaquín de Olmedo, Vicente Rocafuerte y otros guayaquileños; la creación de un estado independiente, integrado por territorios que habían pertenecido a la Real Audiencia de Quito.
Para otros en cambio, José de Lamar fue un traidor demostrando su ambición e ingratitud por la tierra que lo vio nacer, Cuenca.
Para finales de enero de 1829 Lamar llegó al mando de tres divisiones, unos 8000 hombres, hasta el Portete de Tarqui, al sur de Cuenca, planeando avanzar hasta la ciudad.
El comandante de estas fuerzas era el Mariscal Agustín Gamarra. Al frente de la Primera división, conformada por los batallones “Primero de Ayacucho” y “No. 8”, se encontraba el Gral. José María Plaza; la segunda, comandada por el Gral. Blas Cedeño, conjuntamente con los batallones “Sepita” y “Pichincha”; y la tercera, formada por el “Segundo de Ayacucho” y el “Callao”, bajo el mando del Gral. José Prieto.
Este gran ejército se complementaba con la presencia de un regimiento conformado por Húsares, Granaderos y Dragones al mando del Cmdte. Manuel Vargas.
Mientras esto sucedía el General Flores se trasladó desde Quito hasta Cuenca al mando de unos 4000 efectivos, allí esperó al General Sucre, que previamente había sido ordenado por Bolívar para que se ponga al frente de esta misión. Juntos coordinaron el ataque al invasor.
Conociendo la superioridad numérica del enemigo, Flores y Sucre, empezaron a diseñar la estrategia armamentista y para ello conformaron dos divisiones: la primera, conformada por los batallones “Rifles”, “Cazadores del Yaguachi”, y “Caracas”, y los escuadrones 2 y 4 de Húsares, al mando del Crnel. Luis Urdaneta.
En la segunda se encontraban los batallones “Cedeño”, “Quito”, “Pichincha” y “Cauca”, con los granaderos de caballería “3ro. de Húsares” y “Dragones del Istmo”, bajo las órdenes del Crnel. Arturo Sandes.
El Portete de Tarqui como escenario del 27 de febrero de 1829
Hasta que llegó el 27 de febrero de 1829 y aproximadamente las 07h00 comenzó una de las batallas que a la postre sería memorable, donde el Portete de Tarqui fue el escenario de esta lucha histórica.
Esta batalla se caracterizó por dos trayectorias de ataque, es decir por mar y tierra. Las tropas de Sucre y Flores se hallaban en posición envidiable, las primeras al norte en la llanura de Tarqui y las segundas con tres batallones se situaron en el Portete de Tarqui.
Además Flores mandó al General Luis Urdaneta atacar flancos de avanzada del enemigo; así lo hizo derrotándolo, pese al número superior que presentaban los peruanos. Pero en Saraguro los esperaban la retaguardia peruana al mando del coronel Jiménez, que arremetieron en forma desordenada en contra nuestras tropas, cayendo varios prisioneros y llevándose parte del armamento.
El coronel José María Camacaro se une a las tropas de Urdaneta en Saraguro, atacando batallones peruanos en Ayacucho. Sucre retrocede hasta Nabón para luego dirigirse hacia Girón, después consigue situar los batallones en el Portete de Tarqui.
La memorable e histórica batalla
Camacaro y su batallón Cedeño atacan a los enemigos, se unen a la cruenta lucha los batallones Caracas, Yaguachi y el Rifles, que no tardan en hacer estragos en las tropas de Lamar que no pueden resistir la arremetida hasta que sonaron los clarines de victoria, contándose 1500 muertos y 1000 heridos por parte del enemigo, mientras nuestras bajas llegaron a 154 y 206 afectados.
La histórica batalla librada en esa memorable fecha fue sangrienta y llena de demostraciones de heroísmo. La determinación de sus soldados fue clave para derrotar al invasor en todos los frentes y obligados a replegarse en franca retirada hacia los desfiladeros de la meseta de Tarqui, hasta que en un “sálvese quien pueda” huyeron en desbandada.
“Sucre ordenó que se levantara en el campo de Tarqui una columna de jaspe con la siguiente leyenda: «El ejército peruano de ocho mil soldados que invadió la tierra de sus libertadores, fue vencido por cuatro mil bravos de Colombia, el 27 de febrero de 1829»”. (J. Gonzalo Orellana.- La Batalla de Tarqui; Historia del Ecuador, tomo V, p. 202, Salvat).
Sucre quería dialogar con Lamar
El Mariscal Sucre se enorgullecía con estos triunfos y envió un oficial de Estado Mayor para dialogar con Lamar y así terminar con la disputa y salvar al resto del ejército peruano, pero éste pide condiciones.
Entonces Sucre ordena el cese de persecuciones al enemigo, aceptando las circunstancias requeridas por Lamar, sin embargo el militar no cede a pesar de la evidente derrota.
Pero finalmente a las 5 de la mañana del 28 de febrero de 1829, solicitó la suspensión de hostilidades, a las 10 de la mañana se reunieron al frente de Girón hoy la Casa de los Tratados; el General Flores y O´Leary, por Colombia; Garamarra y Orbegoso, por el Perú, para firmar el Tratado de Girón.
Día del Civismo
El 25 de febrero de 1948, el presidente Carlos Julio Arosemena Tola, a través del decreto ejecutivo 324 declara al 27 de febrero como el día del Civismo. En los artículos de este decreto se dispone la celebración de este día izando la tricolor nacional en establecimientos públicos y particulares y con el juramento a la bandera en los establecimientos educativos.
Recordemos que la historia no es pasajera, es un hecho que perdura en el espacio y el tiempo. como en la La Batalla de Tarqui 27 de febrero de 1829.