James Rodríguez, el niño de Ibagué obsesionado por el fútbol y los videojuegos

Todos coinciden en algo en Ibagué, la ciudad de los Andes colombianos en la que James Rodríguez empezó su carrera: la actual estrella de la selección de Colombia era un niño obsesionado por el fútbol y los videojuegos.
En la polvorienta cancha rodeada de palmeras «19 de Octubre», en el barrio del Jordán, un centenar de chicos de la Academia Tolimense de Fútbol (ATF) sube y baja las gradas corriendo, sudando por la humedad y el calor, como hacía James a los nueve años.

@elyex

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