El pasaporte diplomático de la leyenda del tenis alemana Boris Becker es «falso», afirmó este martes a la AFP el director de gabinete del ministro de Relaciones Exteriores de la República Centroafricana, mientras que el exdeportista asegura que tiene estatuto diplomático.

«El pasaporte diplomático que posee es falso», declaró Chérubin Moroubama, director de gabinete del ministro de Relaciones Exteriores centroafricano, Charles Armel Doubane.

Pero en una entrevista a un medio alemán, Becker, de 50 años, reiteró este martes que dispone efectivamente de estatuto diplomático.

«Es una realidad, es un hecho que soy actualmente un diplomático (de la República) Centroafricana», afirmó en una entrevista de vídeo concedida a la revista Top Magazin Frankfurt.

A mediados de junio, Boris Becker, endeudado, alegó disponer de una inmunidad diplomática centroafricana para escapar de procedimientos judiciales en el Reino Unido, destacando su papel de «agregado» de la República Centroafricana ante la Unión Europea.

Los abogados del exnúmero 1 mundial y triple ganador de Wimbledon, de 50 años, presentaron un recurso el jueves pasado ante la Alta Corte británica en el cual apelan a este argumento.

«El perfil del cargo de Becker no existe» en los ficheros centroafricanos, replicó este martes Moroubama.

El pasaporte en cuestión, que AFP pudo consultar y que se estableció el 19 de marzo del 2018, muestra un número de serie que corresponde a «pasaportes vírgenes robados en 2014», según Moroubama.

Además, según él, la firma y el sello del documento no son los de su ministerio.

Finalmente, en el pasaporte, la función diplomática de Becker es «gerente de proyectos financieros», lo «que no tiene nada que ver con cuestiones deportivas», destaca el director de gabinete.

En una entrevista a la radio alemana Deutsche Welle, el embajador de la República Centroafricana en Bélgica, Daniel Emery Dede, había «confirmado» este lunes que Becker tiene un pasaporte diplomático.

En abril pasado, el exjugador de tenis publicó en Twitter una foto de un encuentro con el presidente Faustin-Archange Touadéra, en Bruselas, donde se ve a los dos hombres dándose la mano y sonriendo. (D)