Xiaomi Redmi Note 12 Pro+, análisis
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Xiaomi Redmi Note 12 Pro+, análisis: la mejor cámara en un Redmi que quiere dejar de ser un gama media discreto
Se ha hecho de rogar tras casi medio año desde su presentación en China, pero la serie Redmi Note 12 ya está en España. He podido analizar el Redmi Note 12 Pro+, un teléfono que ya te adelanto me ha sorprendido bastante, ya que rompe con el tradicional concepto que tenía de los Redmi Note. Xiaomi quiere ser una marca aspiracional no solo en su gama alta, sino también en la gama media. Tras analizar este teléfono en profundidad durante una semana tengo claro que, tras leer esta pieza, quedarás con sensaciones encontrados. Los Redmi ya no son esos terminales baratos que solo luchan por calidad-precio, son un acercamiento a características de gama alta, renunciando por el camino a algunos puntos clave para ajustar su factura final.
Ficha técnica del Xiaomi Redmi Note 12 Pro+
Un diseño que convence y una pantalla algo justa
Lo primero que me sorprendió al sacar de la caja el Xiaomi Redmi Note 12 Pro+ fue su diseño. No se sentía como un móvil de gama media. A pesar de emplear plástico en lugar de aluminio, el trato de la pintura es excelente. El cristal de la parte trasera, bastante bien rematado en esta unidad de color azul, está mejor trabajado que buena parte de su competencia. No es sencillo transmitir cómo distintos móviles, con los mismos materiales, pueden sentirse diferentes en mano, pero puedo garantizar que el Redmi Note 12 Pro+ es uno de los mejores aquí.
Los cantos vuelven a ser planos, adoptando esta generación una pequeña curvatura en la parte trasera. Esto favorece bastante la ergonomía, y sumado a que el frontal es completamente plano, la combinación es ganadora. El peso es de 204 gramos. No es excesivamente pesado, pero tampoco de los móviles más ligeros de su gama. El módulo de cámaras no sobresale en exceso, y es que pese a contar con una cámara de 200 megapíxeles, el sensor no es gigantesco. En tiempos de módulos descomunales, se agradece algo de contención.
El panel de este Redmi Note 12 Pro+ me deja con sensaciones encontradas. Por un lado estamos ante una pantalla AMOLED, de 6,67 pulgadas, con tasa de refresco de 120 Hz, compatible con Dolby Vision, HDR10+ y recubierta por Gorilla Glass 5. A nivel de specs es un panel brillante. Pero lo que le falta, precisamente, es brillo. Este panel tiene un brillo típico de 500 nits y un modo HBM (High Brightness Mode) de tan solo 900 nits. Es una cifra algo pobre teniendo en cuenta que el brillo máximo está siendo uno de los grandes focos para los fabricantes en este 2023.
Me ha gustado la calibración del color, la nitidez y lo bien que se ve en interiores. Pero en un móvil que ya anda en el rango de precio de los 500 euros necesito un poco más de alegría cuando salgo a la calle. Si el sol incide con energía, el panel se ve bastante justo.
A nivel de sonido me ha sorprendido la contundencia y pegada del doble altavoz de este teléfono. El altavoz inferior es notablemente más potente que el superior, pero se logra un buen equilibrio. Faltan graves y la distorsión en los rangos más altos de volumen es alta, pero se trata de un apartado auditivo con el que he quedado más que satisfecho. La guinda del pastel es el… ¡jack de auriculares! que incluye este teléfono. Gracias, Xiaomi.
Comentar que a nivel biométrico, el lector de huellas capacitivo es todo un acierto (siempre y cuando seas diestro). Le acompaña un reconocimiento facial que no funciona demasiado bien cuando la luz escasea, aunque es un buen recurso para cuando no tenemos el dedo del todo limpio.
Un poco más potencia nunca viene mal
Y llegamos al apartado del rendimiento. El Redmi Note 12 Pro incorpora un MediaTek Dimensity 1080, un nuevo participante en la gama media. Para que tengas algo de contexto, es un procesador relativamente similar en potencia al clásico Snapdragon 778G. ¿El primer problema que le veo? Que, por exactamente el mismo precio, el Xiaomi 13 Lite incorpora un Snapdragon 7 Gen 1, procesador con una GPU notablemente mejor, con núcleos más nuevos y eficientes y un proceso de 4 nanómetros frente a los 6 del MediaTek.
El rendimiento me deja con sensaciones encontradas. El procesador es bastante capaz: mueve ‘Genshin Impact’ y ‘Pubg: New State’ en configuraciones altas de gráficos sin el menor de los problemas. El inconveniente, como a veces sucede en los Xiaomi de gama media, es MIUI. Pese a que este teléfono cuenta con 8 GB de RAM, se mueve con más soltura en juegos que pesados que moviendo el propio sistema.
La mayoría del tiempo estamos ante un móvil fluido, rápido y más que suficiente. Pero he tenido algunos cierres de apps, pequeños tirones a la hora de abrir aplicaciones, errores de subida de fotografías en Google Drive… El conjunto de hardware se me antoja más que correcto para un móvil que tan solo aspire a ser un gama media. Este Redmi Note 12 Pro+ quiere ser algo más, por lo que echo en falta ambición por aquí.
Hablando de software, Xiaomi incorpora MIUI 14 corriendo bajo Android 12. No hay ninguna justificación en lanzar un terminal de casi 500 euros al mercado con esta versión de Android, cuando la 13 lleva meses con nosotros. Sí, al usuario medio no le importará demasiado, pero es un terminal que pierde un año de soporte, ya que debió salir al mercado con Android 13 y empezar a contar sus años de actualizaciones desde ahí.
Por lo demás, estamos ante MIUI, con sus pros y sus contras. Mucha personalización, un buen motor de temas, aplicaciones propias excelentemente cuidadas, un Game Turbo que no deja de mejorar y con el que podemos medir los FPS en gaming… ¿La contrapartida? Es una ROM pesada con algún que otro bug suelto.
Respecto a la autonomía, estoy más que satisfecho. La carga rápida es brutal: hablamos de menos de 20 minutos para cargar 5.000mAh. Las horas de pantalla se sitúan en unas siete, a lo largo de una jornada intensiva. He notado que este MediaTek no es todo lo eficiente que pudiera, pero es prácticamente imposible quedarse sin batería al llegar a la noche.
Hablemos de fotografía y de megapíxeles
Y llegamos a la clave de este teléfono: la cámara principal. Xiaomi ha dotado a su mejor Redmi del ISOCELL HPX, un sensor de 200 megapíxeles. El tamaño físico de este sensor es de 1/1,4, un tamaño bastante considerable para un móvil en este rango de precio. No ha habido tanta ambición con el ultra gran angular de ocho megapíxeles y el testimonial sensor de dos megapíxeles para medir profundidad de campo.
Antes de repasar los resultados, hablemos rápidamente de la aplicación de cámara. No encontramos exactamente la misma app de cámara que vimos en los Xiaomi 13, y es que no contamos con funciones como el disparo en RAW, algo que me ha dolido especialmente ya que no tengo forma de ver en bruto lo que hace el sensor. Tampoco podemos disparar en modo Pro a 200 megapíxeles, entiendo que por las dificultades del procesador para gestionar este tipo de archivos.
Contamos con el clásico carrusel de modos, integración con Google Lens, modo HDR manual y todas las funciones básicas que le podemos pedir a una cámara. La velocidad de disparo no es muy rápida, pero la considero aceptable dentro de la gama del producto.
Fotografías del Redmi Note 12 Pro+
Seré breve: esta es la mejor cámara que nunca ha incorporado un Redmi. Si disparamos en automático, los resultados son más que aceptables. Seguimos con esa artificialidad en el procesado a la que tanto nos quieren acostumbrar los fabricantes, pero se nota bastante el músculo bruto del sensor.
Si queremos una cantidad superior de detalle, podemos disparar a 50 o 200 megapíxeles. Aquí noto, por motivos obvios, que la nitidez mejora de forma sustancial. No obstante, el ejercicio con el sharpening es excesivo en algunas circunstancias. Con tamaño sensor y resolución no es necesario procesar de forma tan agresiva. No obstante, disparar a 200 megapíxeles es una gozada, siempre y cuando convirtamos luego la imagen a 12 o 24 megapíxeles desde el ordenador para tener mayor en menor resolución.
El trabajo con el ultra gran angular también es aceptable. Se nota bastante que estamos ante una cámara menos luminosa, sufriendo bastante más en las zonas de sombra. Si bien queda lejos respecto a los resultados del sensor principal, es un angular más que digno para obtener fotografías con algo más de información.
El modo retrato tiene bastante controlado el recorte, aunque el bokeh es bastante artificial. Siempre podemos bajarle un par de puntos antes o después de disparar para intentar obtener una fotografía algo más natural. No obstante, buenos resultados por aquí.
Cuando cae la noche, los resultados quedan algo son más que dignos. Me ha gustado cómo controla las altas luces y lo bien que trabaja el modo nocturno automático. No obstante, falta detalle teniendo en cuenta el sensor que tenemos. Pese a ello, uno de los apartados nocturnos más destacados en la gama media, y una cámara que no tiene miedo a situaciones en las que la luz escasea.
El selfie no queda mal resuelto, aunque notamos que la calidad cae considerablemente respeto a la cámara principal. Si las condiciones lumínicas acompañan, las fotos serán digas, incluso en modo retrato.
Por último, comentar que la grabación de vídeo está algo limitada en este teléfono. Podemos grabar hasta 4K 30 FPS, pero a pesar de tener OIS el trabajo de estabilización es muy justo. Nos ha gustado la cantidad de detalle que rescatamos en 4K, superior a la esperada. Se nota el procesado, pero no es tan artificial como algunos de sus rivales directos.
Xiaomi Redmi Note 12 Pro+, la opinión de Xataka
El Redmi Note 12 Pro+ me ha gustado, mucho. Es prácticamente todo lo que le puedo pedir a un gama media, con el añadido de que la cámara tiene mucho juego y, salvo la poca ambición en ultra gran angular y algún problemilla con la colorimetría, esta es de las pocas veces en las que tengo un gama media entre manos y muchas ganas de hacer fotos con él. Tiene buen diseño, gran batería, puedo aceptar el procesador que lleva…
El punto clave aquí es el precio. Hablamos de casi 500 euros para esta versión. Es más de lo que costaba el año pasado un POCO F4 GT, con un Snapdragon 8 Gen 1, 120W y varios puntos en los que está por encima. Es, también, el mismo precio del Xiaomi 13 Lite, modelo con el que anda a la par en especificaciones, pero contando este con un procesador bastante mejor y con Android 13 nada más salir de la caja.
Entiendo la ambición, entiendo el punto de querer convertir a Redmi en una marca más premium, pero también tengo claro que por 500 euros quiero una mejor pantalla, un mejor rendimiento y la última versión de Android. Los móviles de Xiaomi no suelen tardar en ofertarse por unos cuantos euros menos, ese será el momento ideal de hacerse con esta equilibrada pieza.
8.6
A favor
- La cámara, por fin, es más que digna en un Redmi.
- La autonomía y los 120W son tranquilidad absoluta.
- Es un móvil muy equilibrado en términos generales.
En contra
- La relación calidad-precio está muy comprometida.
- Ninguna ambición en fotografía más allá del sensor principal.
- Salir al mercado con Android 12 no tiene justificación.