Volkswagen y software se está golpeando contra un muro en algo clave para el futuro del coche
Volkswagen y software. Un matrimonio de conveniencia al que, de momento, muchas cosas les están saliendo mal. Pese a una apuesta ambiciosa, una serie de malas decisiones se están acumulando y la bola de nieve ya parece difícil de frenar. Ahora, el sistema de infoentretenimiento está en el punto de mira. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
3.000 millones de euros. Es la cifra que lleva tiempo sobrevolando las comunicaciones de Volkswagen. La misma que confirmaron durante la presentación de su familia ID. eléctrica. Y la misma que ejemplifica la inversión que la compañía dedicará hasta 2026 únicamente para el desarrollo de software para sus vehículos actuales y futuros.
En esta inversión se contemplan actualizaciones inalámbricas para los modelos actuales, con el objetivo de mejorar su autonomía, rendimiento o poner en marcha algunos servicios de suscripción. Pero también el desarrollo de unas bases consistentes para transformar una compañía que no quiere convertirse en una commodity.
Los primeros señalados. Pero en este camino que debe ser tranquilo y seguro pero en el que, al mismo tiempo, también hay que ir dando pasos adelante, Volkswagen ha tomado una serie de malas decisiones que ahora le pesan y empieza a dar marcha atrás.
Primero fueron los botones táctiles del volante, que ya han confirmado que se eliminarán en los próximos modelos y en la actualización de los actuales. Ahora son los menús de los sistemas de infoentretenimiento los que se renovarán por completo. Lo ha confirmado Thomas Schäfer en una entrevista a la revista Car.
La punta del iceberg. Como decíamos cuando nos hacíamos eco de la noticia sobre la eliminación de los botones táctiles de los volantes de Volkswagen, estreno es su mayor problema. Los fallos en materia de usabilidad han sido evidentes con cada nuevo lanzamiento. Un buen número de botones táctiles que obligan a apartar la mirada de la carretera o que muestran un funcionamiento errático pero también superficies que no se retroiluminan y «desaparecen» por la noche porque son imposibles de ver cuando cae el sol.
“Una de las críticas es que las funciones del control deslizante no estaban iluminadas, por lo que no sabías que estaban allí durante la noche. Eso está arreglado ahora y llegará el próximo año. Estarán todos iluminados”, asegura Schäfer en la entrevista. El dirigente también se hacía recalcaba en Car que están atentos a las críticas que se están lanzando contra el fabricante: “Sabemos lo que tenemos que hacer. Recibimos comentarios de los clientes y también de los periodistas que nos dicen que esto no es bueno y que debemos mejorarlo”, confirma.
Un problema mayor. Como decíamos, ambos casos son, simplemente, un problema menor que Volkswagen irá solucionando con actualizaciones y el lanzamiento de nuevos modelos. El problema con el software, en esencia, es mayor y ya ha derivado en la sustitución del que era su CEO, Herbert Diess, en beneficio de Oliver Blume.
El caos es tal que su proyecto Trinity, el que debía sustentar toda la ofensiva eléctrica y digital de la marca, está en duda y su implantación que debería ser para 2026 podría retrasarse hasta 2030. Volkswagen y software
La idea era que su plataforma MEB diera paso a una denominada SSP sobre la que sustentar los próximos lanzamientos eléctricos y conectados del grupo a partir de 2026. Por el camino, la plataforma PPE serviría de base para el Porsche Macan eléctrico y el Audi Q6 e-tron. Pero los problemas con el software han retrasado el lanzamiento de estos dos últimos modelos y ahora la plataforma SSP y la inversión de 2.000 millones de euros que estaba prevista y que contemplaba una nueva fábrica están en duda.
Esencial. El mercado automovilístico ha cambiado tanto que el software se ha convertido en una pieza esencial para el desarrollo de nuevos modelos. La propia Volkswagen ha confirmado que quiere convertirse en una empresa de software y que con la estandarización de los modelos y la simplificación del coche eléctrico, su desarrollo servirá para marcar diferencias entre competidores.
Volkswagen cree en un futuro donde la conducción autónoma sea clave y donde los servicios de streaming lleguen a las pantallas del coche, incluso, mientras estamos en movimiento. Un buen ejemplo es la contratación de miles de ingenieros chinos para ofrecer un producto que se adapte a unas necesidades tan particulares como las del país asiático, donde no consiguen dar con la tecla. Y las buenas noticias se las ha ido dando Porsche, que ha demostrado todo el poder que tiene una marca para mejorar las capacidades de un vehículo con actualizaciones remotas.