Ventas y turismo retornaron a Guayllabamba

“Se alegró el pueblo y el corazón salió de la melancolía”, repetía ayer Rosario Nicolalde a cada cliente que se acercaba a su puesto de venta de frutas en la calle principal de Guayllabamba, población ubicada al norte del Quito.

La alegría de la mujer estaba directamente relacionada con la reapertura de la vía Calderón-Guayllabamba, que estuvo cerrada dos meses y nueve días (desde el 20 de agosto) tras el sismo que afectó a Quito y sus alrededores, el 12 de agosto pasado, y que dañó un tramo de 4 kilómetros de la carretera.

Elena Chico vendió ayer los platos de fritada “con harta yapa” para celebrar la llegada de personas a Guayllabamba. “Han sido dos meses de suplicio, no se ha vendido casi nada y esperamos que estos días y el feriado de finados nos permita recuperarnos”, dijo.

Según Luis Guaytarilla, presidente de la Junta Parroquial de Guayllabamba, esas pérdidas habrían afectado en un 40% la economía de este poblado, que tiene como fuentes de ingreso el turismo y la agricultura.

“Pero esta situación crítica también sirvió para que las autoridades regresaran a ver a esta parroquia rural y se den cuenta, por ejemplo, de que de los 53 barrios que tenemos el 20% tiene carencias en servicios básicos, y esperamos que nos den soluciones”, dijo.

La vía fue reabierta en dos carriles y estará habilitada desde las 05:00 hasta las 20:00. Paralelamente continúan los trabajos de ampliación de la carretera, que en diciembre del 2015 tendrá cuatro carriles.

El tiempo estimado para llegar a Guayllabamba por la vía reabierta es de 30 minutos, en tanto que por la E35 podía tomar hasta una hora y media.