Ayer por la noche en el Pepsi Center y después de una -nada elegante- hora de retraso, Limp Bizkit salió al escenario entre rechiflas, gritos y mentadas de madre. Por suerte, si algo le ha dejado a Fred Durst todos estos años de giras, es saber cómo interactuar con el público. El líder de la banda usó todos los trucos para que los asistentes se olvidaran de la larga espera: Gritar Mexicooou cada dos oraciones, dejarse insultar, insultar de regreso, agradecer por dejarlo tocar en «nuestra casa» y decir que este era el mejor show de todos. Y si con eso no se había ganado al público, el combo de «Rollin'», «Hot Dog» y «Nookie» lograron calmar el odio de los fans, y para el interludio que presidió a «My Generation» la mayoría del público ya estaba feliz y en éxtasis.

A pesar de que ningún fan podemos negar lo predecible de las estructuras que Limp Bizkit usa en sus canciones, vaya que en el acto en vivo funcionan. Los clásicos momentos de baja intensidad entre el penúltimo y el último coro eran invariablemente utilizados para crear tensión y expectativa en el público. La banda alargaba estas secciones para que Fred pudiera hablar con el público, recordarnos que Mexicooou es lo máximo, pedirle a todos que brincaran o simplemente impacientar a nuestras piernas que pedían seguir brincando con el último explosivo momento de la canción.

Algunos guiños como la sudadera de Fred Durst haciendo alusión al incidente con el acusado de asesinato Robert Durst o el maravilloso atuendo de Wes Borland, quien terminó usando una tanga, nos ayudaron a disfrutar con buen humor el espectáculo, pero la noche la hizo el atinado setlist que la banda decidió interpretar. El orden fue bastante certero y tuvieron el gran detalle de tocar prácticamente sólo sencillos, lo cual, el adolescente que el 90% de los asistentes llevábamos dentro, agradeció saltando, cantando, gritando, armando unos cuantos mosh pits y -por alguna razón que no entendemos bien-, lanzando litros y litros y litros de cerveza de 100 pesos.

Quizá el único punto bajo de la noche -además de la impuntualidad- fue la mezcla, que aún cuando no fue terrible, sí dejó algo que desear. Ni siquiera estando justo detrás de la consola se lograba un gran definición, pero bueno, la voz se entendía, los riffs se lograban distinguir y aunque era difícil apreciar las figuras del bajo el soporte de graves no se perdía.

En pocas palabras: todo el que ayer fue al Pepsi Center con ganas de sentirse de nuevo en la secundaria, seguramente se fue muy feliz.

Setlist:
«Rollin’ (Air Raid Vehicle)»
«Hot Dog»
«Nookie»
«My Generation»
«Livin’ It Up»
«Eat You Alive»
«Bring It Back»
«Gold Cobra»
«My Way»
«Faith»

Encore:
«Boiler»
«Behind Blue Eyes»
«Take a Look Around»
«Thieves»
«Break Stuff»
+ Fred Durst bailando «Stayin’ Alive»

Fotografías: Fernando Fuentes

@elyex