Drama de 26 horas hasta hallar cuerpo de niño al que una alcantarilla ‘tragó’ en Manabí
Una familia de agricultores que se acercó al río La Esperanza, cuando ya había terminado su jornada de trabajo, en la parte baja del sitio Los Tres Ranchos, se percató de que entre la palizada sobresalía una mano.
Era la del niño William Joel Moreira Parrales, de 8 años, quien la tarde del lunes, 26 horas después de haber sido absorbido por una alcantarilla cerca de su casa en el barrio Paraíso 1, apareció ahogado.
De inmediato se dio aviso a los organismos de socorro, bomberos, policía y familiares del menor. A los pocos minutos cientos de personas en motocicleta invadieron la zona, llamados por la curiosidad y por conocer de cerca lo ocurrido.
Los padres del niño llegaron al lugar y se vivieron escenas desgarradoras. Se negaban a creer que el pequeño William estaba sin vida, su madre lloraba sin consuelo alguno.
Debido al aguacero que caía la tarde del domingo sobre El Carmen, uno de los habitantes del barrio Paraíso 1 retiró la tapa de la alcantarilla para que fluya más rápido el agua y evitar que haya inundaciones.
Minutos después de aquello el agua arrastró al pequeño William, quien cayó en el hueco.
Una vecina del niño se percató del hecho. Fue como si la alcantarilla se lo tragara, dijo, y enseguida dio la voz de alerta.
William Moreira, padre de la víctima, manifestó que el domingo a las 16:00 su hijo jugaba pelota con unos amiguitos, se divertían en la lluvia.
Entre lágrimas, el hombre recordó que estaba en casa cuando llegaron a avisarle que su hijo se había ido por el ducto de aguas lluvia. En la desesperación, el hombre se metió a la alcantarilla para tratar de rescatarlo, pero fue imposible; sufrió algunos golpes y, al no poder respirar, salió de allí.
Tres amiguitos del barrio que estaban con el menor jugando contaron que William Joel fue a una tienda a comprar una funda de papas y que la funda se le habría caído cerca de la alcantarilla, y cuando se agachó a recogerla fue arrastrado por la corriente de agua, pues a esa hora El Carmen soportaba un fuerte aguacero.
En la sala de la casa quedan sus recuerdos, como los cuadernos, el celular a través del cual recibía las clases virtuales, sus zapatitos de lona con los que jugaba pelota, una bicicleta y demás cosas.
Su madre comentó que el niño era estudiante del tercero de básica de la Unidad Educativa 3 de Julio. Sus compañeros y maestros están muy dolidos por lo sucedido, muchos de ellos llegaron al sepelio que se realizó este martes.
Carlos, de 9 años, vecino de la familia, recordó a su amigo como un niño muy educado, que pedía permiso a sus padres para salir a jugar pelota o andar en bicicleta y demás.
Edwin Almeida, teniente de Policía a cargo del Grupo de Operaciones Especiales de Búsqueda y Rescate, dijo que el lunes buscaron por el ducto desde la alcantarilla donde cayó hasta la desembocadura del estero en el río La Esperanza, pero no lo hallaron.
Más de cinco kilómetros de recorrido se realizaron en compañía de rescatistas del Cuerpo de Bomberos, buscando al niño entre la maleza acumulada, hasta que recibieron la alerta de la aparición, comentó él.
Los padres de William Joel son de escasos recursos. Su progenitora trabaja en una casa como empleada doméstica y el papá es jornalero, aunque ahora está desempleado por la pandemia del COVID-19.
A pesar de su tristeza por la pérdida del niño, los padres del menor expresaron su agradecimiento por la ayuda que desde un inicio brindaron personal del Cuerpo de Bomberos y Policía Nacional, así como las personas que voluntariamente se unieron en la búsqueda del niño, dejando a un lado toda actividad personal y familiar.
Henry Álava, jefe del Cuerpo de Bomberos, lamentó lo ocurrido con el menor de edad.
Aunque Manabí junto con El Oro son las dos provincias del Litoral donde las lluvias registradas en enero se ubican en el 50 % del promedio histórico normal, según el Instituto de Meteorología e Hidrología (Inamhi) la semana anterior y en lo que va de esta se han registrado precipitaciones.
Por ello, las autoridades llamaron a tener precaución mientras haya lluvias. (I)