Tras confirmar el gobierno de Jair Bolsonaro finalmente la noche del martes pasado que Brasil albergará la Copa América 2021, en medio de los temores a una tercera ola de la pandemia en el segundo país con más muertos y una posible batalla jurídica en contra del torneo, las voces de protesta se han incrementado. José David Urbáez, miembro de la Sociedad Brasileña de Infectología, le dijo a la agencia de noticias AFP que “no hay cómo calificar la insanidad de intentar un evento de esa magnitud aquí”.

Desde hace algunas semanas, la media móvil de muertes en Brasil se estabilizó por debajo de las 2.000 diarias, una cifra muy inferior al pico de 4.000 fallecidos registrados en abril.

Pero los expertos temen una tercera ola, en medio del relajamiento de las restricciones, la oposición de Bolsonaro a las cuarentenas por su impacto económico, la llegada de nuevas variantes y una lenta campaña de vacunación (menos del 11% de los 212 millones de habitantes inmunizados con las dos dosis). El gigante latinoamericano, el segundo país con más fallecidos por coronavirus (más de 465.000).

Entrevistado por BBC Mundo el médico Miguel Nicolelis, profesor de Neurociencia de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, dijo que la Copa América en Brasil puede ser “la gota que derrame el vaso” y derive en una tercera ola de casos y muertes por COVID-19. Nicolelis coordinó durante diez meses el comité científico de lucha contra el virus del consorcio de gobiernos del Nordeste de Brasil.

Agregó que debería adoptarse alguna medida legal que evite la celebración de la competencia en el país y, si de todos modos se celebra, que la población boicotee el torneo.

Según Nicolelis, “esto es una patada en la boca para los brasileños que perdieron familiares, para todos los que hemos estado en cuarentena en casa durante catorce meses. Pero era predecible. Nos hemos convertido en el basurero del planeta. Todo lo que no se debe hacer en una pandemia se está haciendo aquí (en Brasil)”.

El investigador estima que el régimen de burbujas que rodea la competencia, que comenzaría el 13 de junio, con medidas para aislar y hacer pruebas a los jugadores y equipos para evitar el contagio, no tendrá efecto. Pone como ejemplo la disputa con similares precauciones de la fase final de la Superliga, el principal campeonato de voleibol del país.

“El entrenador de la selección masculina enfermó con COVID-19 y casi se muere. (La burbuja) no funcionó. Y no hay tiempo para organizar una burbuja para la Copa América. ¿Cómo se la va a hacer en menos de dos semanas? El fútbol está por encima de todo. Es decepcionante”, dijo Nicolelis.

De la misma forma, no cree que el hecho de que los partidos no tengan público en los estadios sea suficiente. “Las multitudes en el fútbol no se agolpan dentro del estadio. También lo hacen fuera, en los bares, en las fiestas, en las casas de los aficionados, en varios lugares”, declaró en BBC Mundo.

Bolsonaro anunció que cuatro estados, incluido Río de Janeiro, albergarán los partidos. Sin embargo, los seguidores no podrán asistir a los estadios. ”En lo que a mí y a todos los ministros, incluido el ministro de Salud, se refiere, todo está decidido”, señaló Bolsonaro a sus partidarios en Brasilia. Desde el principio he dicho sobre la pandemia: lamento las muertes, pero tenemos que vivir”, agregó el mandatario.

La Corte Suprema le dio el martes a Bolsonaro cinco días para dar información sobre la decisión del gobierno de organizar el torneo, después de que el opositor Partido de los Trabajadores presentó una demanda objetando el torneo.

La Copa América 2021 fue confirmada en Brasil el lunes por la Conmebol, luego de que Colombia y Argentina desistieron de realizar el torneo.

Fuente: eluniverso.com

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