Un nuevo sismo de 4,8 grados en la escala de Richter, considerado como moderado por el COE provincial, ayer volvió a poner en alerta a Carchi, donde, desde el pasado 20 de octubre, ha habido temblores de baja y moderada intensidad, causados por la actividad sísmica de los volcanes Chiles y Cerro Negro, ubicados en la frontera entre Ecuador y Colombia.

El sismo ocurrió ayer a las 09:52, tuvo como epicentro el volcán Chiles, del lado ecuatoriano, a una profundidad de 4 kilómetros, informó el Instituto Geofísico.

En el centro de la urbe, donde se ubican los edificios más altos, de entre cinco y ocho pisos, las personas evacuaron las instalaciones y muchas acudieron al parque central. En Carchi se registran 22 casas inhabilitadas.

Las clases, pese al temblor, continuaron y la jornada laboral se desarrolló con normalidad hasta el mediodía.

El temblor fue sentido también en parte del departamento de Nariño, Colombia, reportó la Gobernación de esa localidad, entidad que anunció el envío de ayuda a las comunidades cercanas al volcán Chiles.

La ayuda consistiría en adecuaciones en los albergues, entrega de agua potable por tanqueros, entre otras cosas.

Mientras, en Carchi, el gobernador Diego Landázuri, luego del último sismo ocurrido, pidió calma a la población y que los ciudadanos estén atentos a la información oficial que se emite desde el COE a través de los medios de comunicación.

En tanto, ayer personal del Instituto Geofísico y su similar de Colombia realizó un sobrevuelo por la zona de los volcanes Chiles y Cerro Negro.

Además, los técnicos de las dos instituciones tenían previsto ubicar equipos especiales que medirían la actividad sísmica del volcán y el nivel del magma, que está subiendo desde el fondo de la tierra.

La alerta naranja se mantiene en la zona y cambiaría a roja cuando exista una sismisidad frecuente, de unos 10 sismos por cada 30 segundos, según Mario Ruiz y Marta Calvache, directores de las entidades geofísicas de Ecuador y Colombia, respectivamente, durante una rueda de prensa en Quito.

Parecía que estaba mareada, me quise caer, cuando las compañeras dijeron que se trataba de un temblor, entonces todas salimos corriendo”.

María Augusta Herrera, estudiante de Tulcán