¡Arrepentidos luego de tatuarse!
Anthony, 24 años: “Por culpa de este tatuaje, no puede salvar la vida de un gran amigo”
“Fue una mala decisión haberme hecho un tatuaje en las condiciones que lo hice. Yo tenía 18 años y estaba detenido, era muy inmaduro. No medí lo que podría ocurrir si me hacía un tatuaje dentro de la cárcel. Las condiciones fueron deplorables, la penitenciaría es cosa seria. El tatuaje que tengo hace 6 años, en el hombro izquierdo me lo hicieron en la famosa ‘cuarentena’, donde estaban los desagües.
En mi ignorancia, no sabía mucho de bioseguridad y calidad de productos con los que se tatúan. En la cárcel, no sabes si están reutilizando agujas, cuántas personas poseen enfermedades o virus y tampoco qué tinta utilizan. A pesar de todos los riesgos, decidí hacerme uno y hace algunos años, luego de salir preso, me detectaron VIH. Cuando recibí la noticia, me deprimí y sentí que el mundo se venía encima. El doctor que me atendió indicó que había sido por medio de estas agujas ya utilizadas e infectadas.
Sentí más el dolor cuando un amigo estaba debatiendo entre la vida y la muerte y no puede donarle mi sangre. Podía haberlo ayudarlo, pero lamentablemente murió. Por estos motivos, me arrepiento de tener este tatuaje, hecho en un lugar terrible”.
Andrea, 22 años: “Lo hice por simbolizar y recordar a mi hermano que había fallecido”
“Hace algunos años, mi hermano mayor falleció. Lo amaba mucho y para aquel tiempo, la moda por hacerse tatuajes ‘pegó’. Decidí simbolizar a mi hermano por medio de uno, en la parte superior de mi espalda.
Lo hice bajo una mezcla de querer experimentar y encajar, y de tener a mi hermano siempre presente en mi vida. Luego de algún tiempo, lo vi feo y desastroso. Ahora, ya no me gusta su composición en lo absoluto, la tipografía y el tamaño de la palabra ‘Francisco’ son pasadas de moda. Quizás, si me lo hubiera hecho en un lugar más especializado no estaría arrepentida.
Además, el diseño y ubicación son muy visibles. Actualmente me congrego en una iglesia cercana de mi casa y el asunto de mi tatuaje ha repercutido en lo que creo ahora como cristiana. Por lo pronto, no me lo quitaré por motivos económicos. Trato de tapármelo cada vez que salgo y me decepciona verlo”.