Palmeras, aguas cristalinas, sol perpetuo, arquitectura art decó, coches de lujo. Gran parte del mundo reconoce hoy las señas de identidad de Miami Beach, una meca del turismo que el jueves celebra su primer y agitado centenario.
En plena playa -como no podía ser de otra manera- se levanta el gran escenario al que el jueves, justo 100 años después de la creación de la ciudad, se subirán estrellas como Gloria Estefan y el italiano Andrea Bocelli en el concierto que cierra los actos de conmemoración.
Estefan es una de las figuras más destacadas de la historia de una isla estrecha y alargada que apenas era un banco de arena y manglar hace 100 años.
«Es la historia más increíble de construcción de una ciudad en Estados Unidos», afirmó a dpa el historiador Seth Bramson.
Historia
Descubierta en 1870, Miami Beach fue fundada como población el 26 de marzo de 1915 por unos visionarios y empresarios que imaginaron convertir el islote de siete millas de largo (poco más de 11 kilómetros) en un centro turístico de verano perpetuo. Si se ve ahora Ocean Drive, el paseo a pocos metros del mar, nadie puede dudar que acertaron.
«Es una de las historias más coloridas de cualquier ciudad», presume Philip Levine, actual alcalde de lo que hasta 1915 fue Ocean Beach y que con el tiempo, gracias a su benigno clima 12 meses al año, se ha convertido en hogar y refugio de millonarios como el mafioso Al Capone en los años 20 del siglo pasado, la familia Estefan, estrellas del deporte como Shaquille O’Neal o hasta el inventor de la viagra.
Campo de entrenamiento
La playa que ahora se llena de turistas de todo el mundo de piel sonrosada por el sol tuvo quizás su momento más pintoresco cuando se convirtió en campo de entrenamiento durante la Segunda Guerra Mundial. Los soldados con máscaras antigás suplieron a los veraneantes.
«Se convirtió en el campamento Miami Beach, tomado por las fuerzas de aviación. Era un campo de entrenamiento abierto. Más del 60 por ciento de los aviadores y del personal de apoyo entrenaron en Miami Beach», dijo a dpa Bramson.
Turismo y tradición
Los hoteles art déco en tonos pastel, protegidos ahora como principal seña de identidad y referencia arquitectónica, se convirtieron en cuarteles.
«Ha sido una historia con altos y bajos», reconoce Levine. Entre los primeros está que Miami Beach se convirtió en meca del espectáculo en los años 60 y 70.
Frank Sinatra y Elvis Presley actuaban en el hotel Fontainebleau, aún en pie, y el boxeador Cassius Clay se entrenaba en el célebre gimnasio de la Calle 5 para ganar en 1964 en el Centro de Convenciones su primer título de los pesos pesados. Al día siguiente, anunció que se había convertido al islam y que pasaba a llamarse Mohamed Alí.
Entre los momentos bajos de la historia está lo que vino después.
En los años 70, una pequeña ciudad refugio de jubilados -la llamaban la «sala de espera de Dios»- empezó a convertirse por la marihuana primero y la cocaína después en el Chicago de los años 20 de Capone, quien precisamente murió en Miami Beach en 1947.
Billy Corben retrató en el documental «Cocaine Cowboys» (2006) el crimen rampante de los 80 en Miami que inspiró la película «Scarface» (1983) y la serie de televisión «Miami Vice», que en 1984 ayudó a cambiar el rumbo de la historia de la ciudad.
«South Beach -el gran centro turístico- no existía ni en el diccionario», afirmó el protagonista, Don Johnson, en una entrevista con el diario «Miami Herald» en septiembre de 2014 con motivo del trigésimo aniversario de la serie.
«Miami Vice», con un policía rubio, otro negro y otro latino, retrataba además lo que era y es la ciudad, a la que se ve como el avance de lo que será el futuro interracial de Estados Unidos, como la capital latina del país.
Nueva historia
Miami Beach recuperó su fama de destino turístico, principal industria de la ciudad, en los años 90 gracias a personajes famosos como el diseñador italiano Gianni Versace.
Fue asesinado en 1997 en la escalinata de una mansión que remodeló en 1992 con 35 millones de dólares para convertirla en símbolo de Ocean Drive, la calle junto al mar más famosa y transitada de Miami Beach, que ahora bulle repleta de «beautiful people», autos de lujo y cuerpos cuidados. (I)
El grupo de residentes de Pasco, durante la protesta, coreaban «No nos callarán» y «Todos somos Antonio».
Un joven intentó cruzar la frontera entre Hong Kong y China con 94 teléfonos iPhone de los modelos 6 y 5S sujetos a su cuerpo y sus piernas con plástico y cinta adhesiva, informó el diario local «South China Morning Post».
El presunto «i-contrabandista», ciudadano de Hong Kong, fue detenido por la policía del puesto fronterizo de Futian al notar los agentes que andaba con dificultades. Al ser registrado se encontraron casi un centenar de celulares bajo su traje.
Los iPhones, sujetos unos a otros y al cuerpo con cinta adhesiva, estaban colocados a modo de armadura hecha de celulares, según puede verse en las fotos del detenido facilitadas por la policía fronteriza.
Los investigadores valoran los productos que el hombre intentaba introducir en China en unos 300.000 yuanes (unos 50.000 dólares/43.300 euros), aunque todavía no han averiguado dónde pretendía revenderlos o si quería destinarlos a otros fines.
Economía bilateral
Aunque Hong Kong es parte de China desde 1997, ambas partes son independientes económica y comercialmente, por lo que continúa existiendo una frontera entre ambos territorios, y ésta es un importante punto de contrabando, especialmente de productos tecnológicos, los últimos años.
Los iPhones, iPads y otros productos de Apple, que en Hong Kong suelen ser algo más baratos que en China (o más avanzados, ya que las nuevas versiones salen antes en ese mercado que en el chino) son una de las mercancías que más frecuentemente son introducidas de contrabando desde la ex colonia británica al país comunista.
En anteriores ocasiones se ha detectado a contrabandistas de estos productos de Apple que intentaron evadir los controles fronterizos con otros heterodoxos sistemas, como túneles bajo los controles policiales o catapultas que lanzaban iPhones o iPads de un lado a otro de la porosa frontera. (I)