Habría gastado millones de dólares menos en vuelos chárter si no hubiera dejado muchos asientos vacíos.
Al menos dos personas han resultado heridas en un altercado en uno de los accesos a la base militar de Fort Meade (Maryland), sede de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU., según informó la emisora local WTOP.
Imágenes de televisión muestran dos vehículos dañados por una posible colisión, uno de ellos claramente de la policía.
Además, el cuerpo de una persona tapada con una sábana yace en el suelo, aunque los responsables de la base militar, a las afueras de Washington, aún no han confirmado si hay víctimas mortales.
Aunque se les había permitido permanecer en EEUU mediante la orden ejecutiva, contaban con antecedentes criminales.
Dos agentes del Servicio secreto fueron puestos bajo investigación tras un incidente automovilístico en La Casa Blanca.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, firmó este miércoles la ley que otorga fondos al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) hasta el próximo 30 de septiembre y que deja intactas sus medidas ejecutivas sobre inmigración, tras el fracaso del intento republicano de bloquearlas.
«Quiero agradecer a los miembros del Congreso por lograr una ley que garantiza que vamos a poder continuar financiando el extraordinario trabajo de nuestros hombres y mujeres en el Departamento de Seguridad Nacional», dijo Obama a los periodistas tras firmar el texto en el Despacho Oval.
La ley, aprobada este martes en el Congreso, financiará al DHS, que tiene competencia en la lucha antiterrorista e inmigración, entre otros asuntos, hasta el fin del año fiscal, que concluye el 30 de septiembre.
Tras dos semanas de debate a causa de la presión de un sector de los republicanos para supeditar la financiación del DHS a bloquear las medidas migratorias del mandatario, la Cámara baja aprobó finalmente el texto sin condiciones, que ya había recibido el visto bueno del Senado.
Obama tomó la decisión de actuar unilateralmente en inmigración tras las elecciones legislativas del pasado noviembre, ante la incapacidad del Congreso para llegar a un acuerdo sobre una reforma migratoria integral.
Sus medidas buscan evitar que cerca de 5 millones de inmigrantes indocumentados que cumplan ciertos requisitos sean deportados a sus países de origen, al tiempo que priorizan la expulsión de aquellos que hayan cometido delitos o sean un peligro para el país.
Desde entonces, el ala más conservadora el Partido Republicano ha tratado de bloquear esas medidas, tanto por la vía legislativa como por la judicial.
A mediados de febrero, el juez federal Andrew Hanen suspendió temporalmente el plan migratorio de Obama, cuya primera fase ya debía estar en marcha, mientras considera una demanda interpuesta por 26 estados, gobernados por conservadores y que lo consideran anticonstitucional.
Esa coalición de estados solicitó el martes al juez Hanen que mantenga la suspensión de las medidas migratorias tras el recurso de urgencia presentado por el Gobierno la semana pasada para poder empezar la aplicación de las medidas hasta que haya una resolución en firme.(I)
Dos meses después de haber tomado el control total del Congreso, los líderes republicanos batallan para demostrar que en verdad están al mando.
En una jugada de último momento, legisladores estadounidenses evitaron en la noche del viernes pasado el cierre del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), pero financiando su funcionamiento solo hasta el 6 de marzo, lo que obligará al Congreso a revisar el tema la próxima semana.
A dos horas de la medianoche, cuando expiraban los fondos actuales, la Cámara de Representantes dio paso a la resolución continua aprobada poco antes por el Senado para prorrogar los fondos del DHS una semana.
Con la firma del presidente Barack Obama comenzó la nueva cuenta atrás de siete días para votar una ley que financie la principal agencia de seguridad hasta el término del año fiscal, el 30 de septiembre.
La posición demócrata es clara, pues se opone de forma rotunda a cualquier norma que incluya enmiendas para bloquear la regularización de más de 5 millones de inmigrantes indocumentados que Obama anunció unilateralmente en noviembre pasado.
Es por tanto en la bancada republicana donde se decidirá lo que ocurra con los fondos de Seguridad Nacional en los próximos días, con los legisladores divididos entre los que se aferran a la línea dura y los que abogan por aprobar la financiación con una ley “limpia” y votar sobre las medidas migratorias por separado.
La estrategia republicana comenzó a tejerse en diciembre, durante la negociación del presupuesto del gobierno federal, que financia a todas las agencias hasta fines de septiembre del 2015, salvo al Departamento de Seguridad Nacional, con fondos solo hasta el 27 de febrero pasado. (I)
Afecta a mexicanos que salieron voluntariamente de Estados Unidos de junio de 2009 a agosto de 2014.
Para mantener la batalla sobre la acción ejecutiva, este viernes planean votar un recurso que extendería fondos por tres semanas.
La oposición busca una forma de salir del impase sobre la inmigración que amenaza con cerrar parte del DHS.
Andrew Hanen acusó al gobierno de participar en confabulaciones criminales para permitir la entrada no autorizada de niños inmigrantes.
Republicanos y demócratas intensifican su batalla por los fondos del Departamento de Seguridad Nacional.
Argumentan que el gobierno ha respondido con evasivas respecto a información sobre abusos a menores migrantes.
El alcalde Eric Garcetti anunció una campaña que ayudará a migrantes a solicitar la suspensión de deportaciones.
La agencia los busca por tráfico de personas. Además, hay un guatemalteco, 4 uzbekos y un estadounidense.
Una conocida de Edward Snowden dijo a cineastas que la agencia de inteligencia rusa trató de reclutar al ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, pero que éste rechazó la oferta.
Sarah Harrison, una empleada de WikiLeaks, dijo que el servicio de seguridad e inteligencia ruso FSB habló con Snowden cuando estuvo detenido en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremetyevo durante seis semanas en 2013.
En ese entonces, Snowden no podía entrar a Rusia ni volar a otra parte porque las autoridades estadounidenses, que querían arrestarlo por filtrar documentos secretos, habían cancelado su pasaporte.
Harrison dijo a los realizadores alemanes de un documental a emitir el lunes por la noche que el FSB se lo pidió una sola vez y que Snowden «no les dio absolutamente nada a los rusos». El FSB no respondió a un pedido de declaraciones.
Rusia otorgó asilo temporal a Snowden en agosto de 2013. (I)