Rodolfo González, un hombre de 63 años señalado por el presidente venezolano Nicolás Maduro de ser parte de los organizadores de las protestas antigubernamentales del año pasado, murió en la prisión del servicio de inteligencia (Sebin). “Estamos saliendo del Sebin. Lamento confirmar que mi papá murió anoche”, informó ayer vía Twitter Lissete González, una catedrática universitaria hija de este hombre detenido en abril del 2014.
El abogado defensor José Haro informó que González se habría ahorcado y que en los últimos días estaba “angustiado” tras ser informado por el Sebin que sería trasladado ayer a una cárcel común.
Lissete González denunció en un blog que su padre fue acusado de golpista por ‘ciudadanos cooperantes’ afines al gobierno, que hacen denuncias anónimas, pero él no pertenecía a ningún partido político, solo ayudó con comida y agua a los estudiantes opositores.
Señaló que el jueves habló por teléfono con él y le dijo que no quería que su esposa e hijas fueran sometidas a vejámenes cuando lo fueran a visitar a su nuevo sitio de reclusión.
El Ministerio Público indicó en un comunicado que comisionó a un fiscal para que investigue las causas de su muerte.
“Esta decisión extrema de Rodolfo González en los calabozos del Sebin fue producto de la fuerte tortura psicológica que padeció desde el momento de su detención”, consideró el grupo Venezuela Awareness Foundation de Miami y advirtió que se viene una suerte de venganza por las sanciones anunciadas por EE.UU.
Según el opositor detenido Leopoldo López, en la cárcel se violan los derechos de los presos políticos. “Las conversaciones con mi defensa son grabadas. Leen y confiscan mi correspondencia de manera arbitraria, hemos sido víctimas de requisas violentas por parte de comandos de inteligencia militar, han lanzado excremento humano dentro de nuestras celdas y en todo momento somos grabados directa o clandestinamente”. (I)