El presidente de Perú, Ollanta Humala, agravó sus diferencias con el Parlamento el jueves nombrando a un ácido crítico de la oposición como séptimo primer ministro, luego de que su antecesora Ana Jara fuera obligada a renunciar tras un escándalo de espionaje político.
“En un cargo como este, estoy obligado a dialogar”, dijo el flamante primer ministro Pedro Cateriano, un abogado de 56 años, a la televisora pública. Era ministro de Defensa desde el 2012 y un crítico acérrimo de los expresidentes Alan García y Alberto Fujimori.
Cateriano requiere, en un plazo de 30 días, obtener un voto de confianza del Congreso para poder ejercer el cargo.
La salida de Jara fue la primera contra un jefe de gabinete en cinco décadas, llevando a la peor crisis política de Humala en su último año de gestión.
El presidente realizó también otros tres cambios en su gabinete, entre ellos en Relaciones Exteriores, con el ingreso de la diplomática Ana María Sánchez, en reemplazo de Gonzalo Gutiérrez, en momentos en que el país mantiene un roce diplomático con Chile, al que acusa de haber realizado un supuesto espionaje militar. (I)
El presidente del Perú, Ollanta Humala, seguía ayer sin dar señales sobre quién será su nuevo jefe de gabinete ministerial, tras la censura parlamentaria de Ana Jara, el lunes, por prácticas de espionaje. Humala tiene plazo hasta hoy en la noche para hacer el anuncio.
La censura a Jara implicó la renuncia de los 18 ministros.
Si Humala decide seguir con figuras de segundo nivel al frente del gabinete, el elegido podría salir de entre los ministros de Justicia, Fredy Otálora, y de Vivienda, Milton von Hesse, más político el primero y más técnico el otro.
Si busca tender puentes, la opción sería el congresista Víctor Isla, militante de su Partido Nacionalista. Finalmente, si el mandatario opta por la “guerra”, el escogido podría ser el beligerante ministro de Defensa, Pedro Cateriano.
Lo de Cateriano es viable, según analistas, porque si el Congreso no le da el voto de confianza, Humala estará facultado para disolverlo y convocar a nuevas elecciones.
Se estima que los congresistas opten por darle el ‘sí’ contra su gusto, pero ese triunfo del gobierno podría ser pírrico porque desde julio próximo ya no se puede disolver el Parlamento y sí hacer censuras.
Analistas como Aníbal Quiroga y Eduardo D’Medina admiten que el estilo del presidente y la influencia que sobre él ejerce presuntamente su esposa, Nadine Heredia, dejan poco espacio a las concesiones. (I)
El Congreso peruano voto a favor de uqe la ministra Ana Jara renuncie a su cargo por un escándalo de espionaje.
Perú retiró a su embajador en Santiago en protesta contra las supuestas acciones de espionaje por parte de Chile, y aseguró que no volverá hasta recibir explicaciones satisfactorias, mientras su vecino insistió en que no incurrió en esas prácticas y que responderá en su momento.
«En tanto no se den las satisfacciones del caso, se procederá al retiro del embajador del Perú en Santiago de Chile», dijo el ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado la madrugada del sábado. El embajador Fernando Rojas Samanez ya había sido llamado en consulta el 20 de febrero y se encuentra en Lima.
En esta segunda nota de protesta sobre el tema, Perú «reitera su más firme rechazo y profunda preocupación por las acciones de espionaje de Chile en contra de la seguridad nacional, actos que no se condicen con el espíritu de colaboración y buena vecindad que deben guiar las relaciones entre ambos países».
El gobierno de Lima también insiste en que las acciones de espionaje «se encuentran debidamente acreditadas» y remitió información complementaria a la que brindó en una primera nota diplomática del 20 de febrero.
Perú ademas pide con urgencia «recibir una pronta respuesta que contenga los resultados de la investigación interna que se está llevando a cabo en Chile, así como las seguridades de que no se habrán de repetir actos de espionaje».
El canciller chileno, Heraldo Muñoz, insistió en que su país no incurre en esas prácticas, y dijo que buscan «mantener el buen nivel de relaciones que hemos estado construyendo».
En una primera nota diplomática enviada a Chile del 20 de febrero, Perú denunció que tres miembros de la Marina de Guerra peruana fueron pagados para espiar en favor de Chile entre 2005 y 2012. Los tres militares están detenidos en Perú.
En ese momento Perú llamó en consulta a su embajador en señal de protesta. Chile hizo lo propio y entregó una nota diplomática días después, en donde niega que su gobierno promueva estos actos.
Tras la reciente decisión peruana, el canciller chileno Herlado Muñoz dijo el sábado que «no vamos a comentar el contenido de esas notas porque son de carácter reservado y, debidamente en su momento, vamos a responder. No puedo decir cuándo, pero analizaremos el contenido de la nota que nos ha enviado Perú», aseveró Muñoz a la prensa de su país.
El último miércoles, el presidente de Perú, Ollanta Humala, aseguró que aquella respuesta chilena sobre el tema no era satisfactoria y anunció que Perú reaccionaría de forma enérgica, lo que parece cumplirse con el retiro del embajador anunciado esta madrugada.
Paralelamente, la bancada parlamentaria del gobernante Partido Nacionalista, pidió revisar los acuerdos comerciales con Chile, mientras que el gremio empresarial peruano pidió dejar el tema en manos de la Cancillería.
Para algunos analistas y sectores políticos, la actitud de Humala y de su bancada puso en aprietos al cuerpo diplomático peruano, que probablemente podría haber agotado otras instancias antes de llegar a retirar temporalmente a su embajador.
«Normalmente un presidente deja que su cuerpo diplomático resuelva estas cosas. Pero aquí es él quien ha asumido las riendas. Retirar al embajador puede ser una posición desmesurada porque había otros niveles políticos que agotar», dijo a la AFP el expertos en temas internacionales Carlos Novoa, profesor de la Universidad de Lima.
No obstante, fuentes diplomáticas explicaron que la dura reacción del presidente -un comandante del ejército en retiro- tiene un punto clave: las pruebas evidencian que Chile lo espió durante todas las etapas del diferendo limítrofe marítimo que ambos resolvieron finalmente en 2014 en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Humala además tiene la prerrogativa constitucional de dirigir la política exterior del país.
Medios peruanos han dado a conocer la identidad de un supuesto espía chileno que pagó a los militares peruanos para obtener informaciones sensibles, dato que está en poder del gobierno de Perú y con el que acreditaría que el hecho se produjo, sobre todo en temas de capacidad operativa de la Marina de Guerra peruana.
A pesar de sus desavenencias, mantienen en la actualidad sólidas relaciones comerciales: Chile tiene invertidos en Perú 14.000 millones de dólares, en tanto que los capitales peruanos en tierras chilenas suman 8.000 millones, según cifras oficiales de 2014.(I)
Los cibernautas se burlaron de los personajes que aparecen en Esto es guerra, Combate y Bienvenida la tarde.