El primer ministro francés, Manuel Valls, señaló hoy que en los últimos meses se han abortado cinco atentados terroristas en Francia, entre ellos el que preparaba contra una o dos iglesias un joven estudiante argelino, Sid Ahmed Ghlam, detenido el domingo pasado en París.
Preguntado en una entrevista concedida a la emisora «France Inter» sobre cuántos atentados se habían desbaratado desde la oleada de ataques yihadistas que hubo a comienzos de enero en París, Valls respondió que cinco, incluido el plan que se atribuye a Ghlam.
Explicó que este hombre de 24 años «había recibido un encargo para cometer un atentado en una iglesia» de un interlocutor con el que estuvo en comunicación y que se sospecha que se encontraba en Siria.
A la cuestión de por qué las autoridades sólo han revelado este plan y no los demás, lo justificó porque en el caso de Ghlam «se estaba preparando el paso al acto» y hubo una mujer asesinada, «una nueva víctima del terrorismo», el domingo por la mañana en Villejuif, ciudad limítrofe con París.
El primer ministro insistió en que la amenaza terrorista en Francia «nunca ha sido tan importante» teniendo en cuenta los 1.773 franceses o residentes en Francia identificados por su vinculación con redes de reclutamiento de yihadistas, los 442 que están actualmente en Siria o Irak, los 97 que ya han muerto allí, 7 de los cuales en acciones suicidas.
Valls no quiso dar detalles sobre cómo y cuándo había comprado las armas que se le requisaron al sospechoso, ni si tenía cómplices, más allá de que «no actuó solo» y de que «hay redes» que prestan apoyo logístico a los terroristas y por eso hay que investigar.
La oposición de derecha del expresidente Nicolas Sarkzoy encabeza los resultados de la primera vuelta de las elecciones departamentales francesas, echando por tierra las esperanzas del Frente Nacional (extrema derecha), que esperaba aparecer como el primer partido de Francia.
Por su parte, el gubernamental Partido Socialista, al que se vaticinaba una rotunda derrota, limitó las pérdidas, y el conjunto de la izquierda quedó en segundo lugar.
El resultado de estas elecciones era escrutado con un interés superior al de simples comicios locales, ya que muchos lo consideran un primer test para la próxima presidencial de 2017.
Según las estimaciones de los institutos de sondeo, el partido de derecha UMP, del expresidente Nicolas Sarkozy, y sus aliados centristas obtendrían entre 29,7% y 32,5% de los votos.
La izquierda totalizaría entre 23,2% y 32,7%, pero el Partido Socialista solo alcanza entre 19,7% y 24%.
Pese a un resultado próximo al de la derecha para toda la izquierda, la desunión entre el PS y el Frente de Izquierda y los ecologistas podría privarla de un gran número de escaños.
Situación política
La izquierda gobernaba hasta ahora en 61 departamentos, muchos de los cuales podrían pasar a la derecha en la segunda vuelta, prevista el 29 de marzo.
El Frente Nacional, al que las encuestas previas a la elección auguraban 30%, obtendría entre 24,5% y 26,4%.
Unos 43 millones de electores estaban llamados a las urnas en estas elecciones celebradas en toda Francia, salvo París y Lyon, ciudades en que las funciones de los consejos departamentales son ejercidas por otras instancias.
La abstención fue inferior a lo que se esperaba: entre 48,5 y 49,5%, es decir, cerca de un elector de cada dos.
El Frente Nacional, al que las encuestas daban como vencedor de estos comicios en las últimas semanas, «no es el primer partido político de Francia», se congratuló el primer ministro, Manuel Valls, que llamó a hacer frente contra la extrema derecha en la segunda vuelta votando por el candidato que lo enfrente, sea éste de izquierda o de derecha.
Valls aseguró que el resultado de la mayoría gubernamental es «honroso».
Le Pen pide dimisión
Por el contrario, la presidenta del FN, Marine Le Pen, consideró que ante los resultados obtenidos por los socialistas, el gobierno de Valls debería «presentar su dimisión».
El dirigente del principal partido de la oposición de derecha, el expresidente Nicolas Sarkozy, afirmó que «la alternancia está en marcha» y «nada la detendrá».
Pero respecto al llamado a hacer frente contra la extrema derecha, Sarkozy afirmó que en los departamentos en que los candidatos de la UMP no pasen a la segunda vuelta, su partido «no llamará a votar ni por el Frente Nacional ni por la izquierda».
El FN ambicionaba, sin proclamarlo abiertamente, ganar entre uno y cuatro departamentos en estas elecciones.
Un año después de su avance en las elecciones municipales y europeas de 2014, el partido de Marine Le Pen ha impuesto en el tablero político francés su discurso antieuropeo, antisistema y antiinmigración, y no oculta sus ambiciones presidenciales.
El domingo consiguió mantener su nivel de las europeas, y logró su objetivo de implantarse localmente, pero no el de ocupar el primer lugar a nivel nacional.
Pese a ello, Marine Le Pen calificó de «hazaña» el resultado de su partido, sosteniendo que sobrepasó el de las europeas.
«Dentro de unos meses seguiremos con las regiones, y luego partiremos al asalto del Elíseo», el palacio presidencial francés, declaró durante la campaña Marine Le Pen, aludiendo a las elecciones regionales de fines de 2015 y a la presidencial de 2017. (I)
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu exhortó este domingo a una «inmigración masiva» de judíos europeos a Israel tras el tiroteo frente a una sinagoga de Copenhague que terminó con la vida de un judío danés, renovando así un duro mensaje que ha molestado a algunos aliados europeos de Israel.
Netanyahu dijo que en momentos en que aumenta el antisemitismo en Europa, Israel es el único lugar donde los judíos se pueden sentir verdaderamente seguros. Sus palabras provocaron una fuerte respuesta del principal rabino de Copenhague, Jair Melchior, quien dijo que estaba «decepcionado» por las palabras del mandatario.
«La gente se muda de Dinamarca a Israel porque aman a Israel, por el sionismo, no por el terrorismo», dijo Melchior a The Associated Press. «Si la forma de enfrentar el terrorismo es huir a alguna parte, todos debiéramos irnos a una isla desierta».
Netanyahu emitió el llamado durante la reunión semanal de su gabinete, que previamente había aprobado un plan de 46 millones de dólares para alentar la emigración de judíos de Francia, Bélgica y Ucrania, países donde una gran cantidad de judíos han expresado interés en mudarse a Israel. Francia y Bélgica han experimentado ataques mortales contra sus comunidades judías en años recientes, y Ucrania está en medio de un conflicto militar entre el gobierno y separatistas respaldados por Rusia.
«Se espera que esta ola de ataques continúe», dijo Netanyahu en el inicio de una reunión de su gabinete. «Los judíos merecen seguridad en todos los países, pero a nuestros hermanos y hermanas judías les decimos que Israel es su casa».
Netanyahu emitió sus comentarios en medio de una estrecha campaña de reelección antes de los comicios del 17 de marzo. El premier, que se ha postulado a su tercer período, ha centrado su campaña en las necesidades de seguridad de Israel y ha advertido repetidas veces a los electores sobre las numerosas amenazas de radicales islámicos en toda la región. No ha habido reacción inmediata de sus rivales políticos.
Netanyahu habló en momentos de un aumento de tensiones con países europeos por la actividad de asentamientos israelíes en Cisjordania y el oriente de Jerusalén, territorios capturados que reclaman los palestinos. Algunos israelíes opinan que esas críticas han ayudado a alimentar al antisemitismo.
Pero líderes europeos han insistido en que sus críticas no tienen nada que ver con el trato a sus propias comunidades judías. Cuando Netanyahu se apresuró a viajar a Francia tras el atentado a un mercado de alimentos judíos en París y exhortó a los judíos franceses a mudarse a Israel, líderes franceses hicieron saber su descontento.
«Francia, sin los judíos franceses, no es Francia», dijo el primer ministro galo Manuel Valls en ese momento. Desde entonces, el gobierno ha aumentado la seguridad en las sinagogas, escuelas judías y otros centros particularmente sensibles.
El gobierno francés anunció ayer un plan de medidas para luchar contra el yihadismo que incluye la vigilancia de 3.000 personas, la contratación de clérigos musulmanes en las prisiones y un registro específico de personas condenadas por terrorismo.
El primer ministro, Manuel Valls, manifestó que estas medidas son “excepcionales pero no de excepción” e incluyen la contratación de más de 2.600 personas.
“En total son cerca de 3.000 las personas que hay que vigilar”, dijo Valls junto a los ministros del Interior, de Defensa, de Justicia y de Exteriores.
El plan costará un total de 700 millones de euros en un periodo de tres años.
Ayer fueron inculpados y encarcelados cuatro hombres sospechosos de haber dado apoyo material a uno de los autores de los atentados del 7, 8 y 9 de enero en Francia, que dejaron 17 víctimas mortales.
En tanto, el Parlamento belga comenzó ayer a debatir una serie de medidas para luchar contra el radicalismo y el terrorismo, el mismo día en que un tribunal determinó que sigan encarcelados por un mes tres supuestos yihadistas detenidos la semana pasada en un operativo para desbaratar un “atentado inminente” en ese país.(I)
Rebeldes
Ministerio de Defensa
Exmilitares
Una decena de los yihadistas franceses enrolados en grupos integristas en Siria o Irak son exmilitares del Ejército francés, según confirmó ayer el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian.
En las imágenes se puede ver a los hermanos Said y Cherif Kouachi disparando a los agentes de la policía después de los atentados que dejaron 17 muertos.
El presidente Francois Hollande sostiene la medalla de la Legión de Honor frente al ataúd de la agente Clarissa Jean-Philippe.