«Que el pueblo de Dios vea siempre en nosotros la firme denuncia de la injusticia», instó en la ceremonia.
El papa Francisco anunció este domingo que el próximo 6 de junio visitará Sarajevo, ciudad mártir de la guerra de los Balcanes en los años 1990, para predicar la paz y el diálogo interreligioso.
«Queridos hermanos y hermanas, querría anunciar que el sábado 6 de junio, si Dios quiere, iré a Sarajevo, la capital de Bosnia Herzegovina», dijo el pontífice argentino durante el Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Os pido desde ahora que recéis para que mi visita a estas queridas poblaciones aliente a los fieles católicos, que siembre el bien y contribuya a consolidar la fraternidad y la paz, el diálogo interreligioso, la amistad», añadió.
Ciudad de mayoría musulmana asediada desde abril de 1992 hasta el final en 1995 del conflicto que dejó 100.000 muertos en Bosnia, Sarajevo recibió al papa Juan Pablo II en abril de 1997.
El pontífice polaco predicó entonces la reconciliación y el perdón, titubeando a veces, visiblemente congelado, durante una larga misa al aire libre bajo la nieve.
Su visita también estuvo marcada por el descubrimiento, unas horas antes de su llegada, de una carga de explosivos y un detonador bajo un puente por el que debía pasar el convoy papal.
El viaje de Francisco será su segundo a los Balcanes, tras visitar en septiembre pasado Albania, su primer destino en Europa como pontífice.
El santo padre tiene previsto visitar una decena de países en 2015.
Tras una visita en enero a Sri Lanka y Filipinas, prevé viajar en julio a Ecuador, Bolivia y Paraguay. En septiembre, estará en Estados Unidos y en la tribuna de la ONU en Nueva York. Anunció además su intención de viajar a fines de año a República Centroafricana y a Uganda. (I)
El papa Francisco afirmó este jueves que la libertad de expresión tiene sus límites y que no se puede provocar ni ofender a la religión, al referirse, aunque sin citarlo, al atentado contra el semanario satírico «Charlie Hebdo» en París.
El pontífice dijo que tanto la libertad de expresión como la libertad religiosa «son derechos humanos fundamentales» y precisó: «Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener esta libertad, pero sin ofender».
El papa respondió así a una pregunta de los periodistas que viajaban con él, entre ellos Efe, en el avión que le trasladaba de Sri Lanka a Filipinas, adonde llegó hoy.
Sobre la libertad religiosa, destacó que «cada uno tiene el derecho de practicar su religión, pero sin ofender» y consideró una «aberración» matar en nombre de Dios.
«No se puede ofender, o hacer la guerra, o asesinar en nombre de la propia religión o en nombre de Dios», afirmó.
El papa argentino consideró que aunque ahora pueda sorprender lo que está pasando en ese ámbito, en el pasado hubo guerras en las que la religión desempeñó un papel determinante.
«También nosotros hemos sido pecadores, pero no se puede asesinar en nombre de Dios», insistió.
«Creo que los dos son derechos humanos fundamentales, tanto la libertad religiosa, como la libertad de expresión», continuó el papa sobre la compatibilidad entre ambos conceptos.
Y le dijo al periodista francés que le planteó la cuestión: «vamos (a hablar) sobre París, hablemos claro».
Bergoglio dijo:»Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener esta libertad, pero sin ofender».
«Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el papa aludió a uno de sus colaboradores junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!», aseguró.
«No se pude provocar – añadió – no se puede insultar la fe de los demás. No puede burlarse de la fe. No se puede», reiteró el papa.
Francisco lamentó que haya «mucha gente que habla mal de otras religiones o de las religiones (…), que convierte en un juguete las religiones de los demás».
Para el pontífice argentino, estas personas «provocan» y fue cuando estimó que «hay un límite a la libertad de expresión».
«Cada religión tiene dignidad, cualquier religión que respeta la vida y la persona, y yo no puedo burlarme. Y este es un límite, explicó el papa.
«Puse este ejemplo (…) para decir que en esto de la libertad de expresión hay límites, como con lo que dije de mi mamá», dijo gráficamente el papa a los corresponsales.
Sobre la cuestión de la libertad de expresión, el pontífice aclaró que «es una obligación decir lo que se piensa para ayudar al bien común».
«Si un senador o un político no dice lo que piensa, no colabora con el bien común», defendió el papa.
Francisco citó por otro lado al papa emérito Benedicto XVI cuando éste habló en la universidad alemana de Ratisbona sobre la existencia de una mentalidad «post-positivista» que conduce a considerar como «subculturas» a las religiones o las expresiones religiosas.
De ahí se infiere que «son toleradas, pero que son consideradas poca cosa, que no son parte de la cultura ilustrada. Y esta es un herencia de la Ilustración», explicó. (I)
El país con más católicos de Asia espera con gran expectación los eventos a los que asistirá el pontífice.
El papa Francisco abogó hoy por la colaboración y el respeto entre las distintas religiones para conseguir la reconciliación y consolidar la paz en Sri Lanka, donde se han vivido 30 años de guerra civil.
Así lo expresó durante su discurso ante las autoridades cingalesas en el aeropuerto de Colombo a su llegada a Sri Lanka, donde permanecerá hasta el 15 de enero, cuando tiene previsto viajar a Filipinas.
La historia de Sri Lanka, que ha vivido treinta años de guerra civil entre los tamiles y los cingaleses y que concluyó en 2009, sirvió al papa para afirmar que es «una tragedia constante en nuestro mundo que tantas comunidades estén en guerra entre sí».
Ahora, recordó el papa, en el país, se «trata de consolidar la paz y de curar las heridas», aunque «no es tarea fácil superar el amargo legado de injusticias, hostilidad y desconfianza que dejó el conflicto».
Para el proceso de recuperación de Sri Lanka, el papa aconsejó «la búsqueda de la verdad», aunque, precisó, «no con el fin de abrir viejas heridas, sino más bien como un medio necesario para promover la justicia, la recuperación y la unidad».
En este proceso para consolidar la paz de este país, en opinión del papa, «los creyentes de las diversas tradiciones religiosas tienen un papel esencial».
En este país conviven budistas, que es la religión mayoritaria con el 70% de la población, el 12,6% son hinduistas, el 9,7% musulmanes y el 7% católicos.
Pero para que el proceso de reconciliación tenga éxito, continuo Francisco, «todos los miembros de la sociedad deben trabajar juntos y tener voz».
«Todos han de sentirse libres de expresar sus inquietudes, sus necesidades, sus aspiraciones y sus temores y «aceptarse mutuamente, a respetar las legítimas diferencias y aprender a vivir como una única familia», agregó.
Y así, «la diversidad ya no se verá como una amenaza, sino como una fuente de enriquecimiento», señaló.
La reconstrucción de un país, agregó el pontífice, debe abarcar no sólo las infraestructuras y la necesidades materiales sino también «la promoción de la dignidad humana, el respeto de los derechos humanos y la plena inclusión de cada miembro de la sociedad».
Quiso destacar además que su visita es pastoral para «conocer, animar y rezar con los fieles católicos».
Y explicó como el «momento culminante» de esta visita será la beatificación del beato José Vaz, del que destacó su ejemplo «de caridad cristiana y respeto por todas las personas, independientemente de su raza y de su religión y que sigue siendo una fuente de inspiración y de enseñanza en la actualidad».
El papa también expresó sus mejores deseos al nuevo presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, que fue elegido en las elecciones celebradas el pasado 8 de enero.
Sirisena recibió al papa al pie de la escalerilla del avión, donde el papa recibió un collar de flores por parte de dos niñas.
Francisco fue recibido además de por el presidente por el arzobispo de Colombo, el cardenal Malco Ranjith, y el nuncio apostólico, Pierre Nguyen Van Tor.
Un coro de unos 200 niños, bailarines tradicionales y 21 salvas de cañón saludaron la llegada del pontífice.
Tras los discursos, el pontífice y el presidente se reunieron en privado durante algunos minutos, aunque está prevista durante la tarde la visita de Francisco al palacio presidencial.