La coalición internacional la encabeza Arabia Saudita. Temen internacionalizaciòn del conflicto en Yemen.
El presidente Osetia del Sur, Leonid Tibílov, aseguró este viernes que aún no ha llegado la hora de que esa república se una a Rusia y defendió el Tratado de Alianza e Integración como la mejor garantía ante un posible ataque georgiano.
«Hay que esperar el momento Llegó el momento para Rusia o no? En el marco de que ocurre en el mundo, no podemos ser una carga para el Estado ruso», dijo Tibílov durante una entrevista en un hotel moscovita.
Tras firmar el miércoles dicho tratado con el presidente ruso, Vladímir Putin, el líder suroseta considera que ahora, «en primer lugar», la república separatista georgiana debe fortalecer sus instituciones políticas y superar las secuelas de la guerra de 2008.
«Una vez llegados a ese estado, ya se podrá plantear la cuestión de ingresar en el seno de la Federación Rusa. El pueblo suroseta está unido históricamente al gran pueblo ruso», dijo.
Recordó que los osetas -pueblo que profesa el cristianismo y que está incrustado en el explosivo Cáucaso Norte- están divididos entre la república de Osetia del Sur y la región rusa de Osetia del Norte o Alania.
«El anhelo de reunirse (con el norte) está en el alma de cada suroseta. El autor de la idea de entrar en Rusia es el pueblo (…) no los políticos», dijo y recordó que Osetia abrió su primera embajada en Rusia en 1918, concretamente en San Petersburgo.
Tratado con Rusia
Tibílov cree que Rusia es consciente de los deseos del pueblo suroseta, por lo que, por el momento, «es suficiente» con un progresivo acercamiento a través de un tratado que contempla la creación de un espacio común y defensa y seguridad, y garantiza la protección de las fronteras, en caso de futuros ataques georgianos.
Además de destacar que la firma del documento coincidiera con el primera aniversario del retorno de Crimea a Rusia, hecho que calificó de «justicia histórica», recalcó que «la necesidad» de profundizar la integración con Rusia responde a que la amenaza militar por parte de Georgia sigue siendo muy latente.
«Georgia ha tomado el camino del incremento del potencial militar y no es un secreto que lo hace para en cualquier momento recuperar Osetia del Sur. En el mundo de hoy, eso no tiene sentido. Si Georgia intenta lanzar una nueva guerra contra Osetia, esto tendrán consecuencias catastróficas», comentó.
Tibílov señaló que sus enviados a Ginebra han planteado a Tiflis la necesidad de firmar un pacto de no agresión con Osetia del Sur y la también separatista Abjasia, pero Georgia responde con evasivas y no reduce ni un ápice su retórica militar.
«¿Qué es lo que vemos? Cooperación de Georgia con los países de la OTAN, creación de centros y laboratorios militares. ¿Eso nos hace pensar en preparativos para algo nuevo. Para una revancha?», dijo.
Aunque cree que el reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur por parte de un país de la autoridad de Rusia tras la guerra ruso-georgiana de agosto de 2008 pone punto y final al problema, considera que Georgia debería aceptar que Osetia del Sur es un país soberano.
«Eso sería un paso de verdad para una futura cooperación entre ambas partes. Pero seguimos trabajando para fortalecer nuestra posición internacional y para que aumente el número de países que nos reconocen. Osetia no puede vivir sumida en el aislamiento», subrayó.
Búsqueda de reconocmiento
Destacó especialmente el hecho de que Venezuela y Nicaragua secundaran a Rusia y reconocieran la independencia de Osetia del Sur, tras lo que desde entonces mantienen contactos diplomáticos e intercambios visitas culturales.
«Lamentablemente, Hugo Chávez no tuvo tiempo de visitar Osetia. El pueblo suroseta está muy agradecido a Venezuela. La muerte de Chávez fue sentida por el pueblo como la pérdida de un ser querido. Organizamos un mitin en Tsjinvali con ocasión de su desaparición», comentó.
No obstante, reconoce que Georgia cuenta con más influencia en las organizaciones internacionales, a lo que se suma que los aliados occidentales de Tiflis obstaculizan cualquier intento de Osetia del Sur de forjar relaciones y sacar adelante proyectos con otros países.
En cambio, añade, «Putin no tiene doble rasero. Es un hombre al que le importa el destino de los pueblos que caen en desgracia. Sufre profundamente cuando un líder libra una guerra contra su propio pueblo».
Tibílov subrayó que el jefe del Kremlin «siempre acude en ayuda de la gente que sufre injustamente ataques por parte de aquellos dirigentes mundiales que mandan hoy en día».
El tratado entre Rusia y Osetia del Sur incluye una cláusula de seguridad colectiva, según la cual en caso de agresión contra una de las partes por parte de otro país o grupo armado, la otra lo considerará como una agresión contra su propio territorio.
Además, garantiza la libre circulación a través de la frontera entre ambos territorios y simplifica el proceso de obtención de la ciudadanía rusa.
En Osetia del Sur, territorio que Georgia considera ocupado por las tropas rusas, viven actualmente menos de 60.000 personas -en 1991 la población de la república era de casi 100.000 habitantes, que dependen completamente de la financiación rusa. (I)
El presidente ruso, Vladimir Putin, reapareció en público el lunes tras una inhabitual ausencia de 10 días y rechazó los «rumores» que circularon acerca de su paradero y su estado de salud.
«Nos aburriríamos si no hubiese chismes», dijo Putin al reaparecer junto al presidente kirguís, Almazbek Atambayev, al inicio de una reunión en el palacio de Konstantinov, en las afueras de San Petersburgo, constató un periodista de la AFP.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, bombardeado con preguntas la semana pasada sobre los rumores a propósito del presidente, ironizó también.
«Entonces qué, ¿han visto todo un presidente paralizado, secuestrado por generales, llegado en avión de Suiza donde él mismo dio a luz?», dijo Peskov a la prensa.
«No queremos hablar más de esto, todo va bien», añadió.
El presidente, que de costumbre es omnipresente en los medios, no aparecía en público desde el 5 de marzo, cuando ofreció una conferencia de prensa con el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
La semana pasada, Putin anuló una serie de compromisos, entre ellos un viaje a Kazajistán en el que debía mantener un encuentro trilateral con los presidentes kazajo y bielorruso. También anuló la firma de un acuerdo de cooperación con Osetia del Sur, una región separatista prorrusa de Georgia.
La ausencia del mandatario dio lugar a todo tipo de rumores. Medios rusos, y algunos extranjeros, hablaron sin presentar pruebas de que Putin había sido víctima de un golpe de Estado, o bien que había muerto o estaba enfermo (de gripe, cáncer, una hemorragia cerebral o de la espalda).
Otra hipótesis era que viajó a Suiza a conocer a su hijo alumbrado por una ex deportista que habría sido su amante, y otros afirmaron que había ido a disputar un torneo de judo en Corea del Norte. (I)
Buzos encontraron dos pistolas en el fondo del río Moskova cerca del puente donde fue asesinado el opositor.
Con flores, retratos y pancartas con la leyenda «no tengo miedo», miles de rusos marcharon el domingo por las calles de Moscú en recuerdo del político opositor Boris Nemtsov, cuya muerte a tiros ha estremecido a la oposición.
El presidente ruso Vladimir Putin ha marginado e intimidado a sus adversarios políticos con cárcel y exilio desde las protestas masivas de Moscú en 2011 y 2012. Nemtsov, de 55 años, era uno de los pocos dirigentes que no se había dejado intimidar.
Los manifestantes marcharon al puente cerca del Kremlin donde Nemtsov fue abatido el viernes poco antes de la medianoche. La multitud, que coreaba «no olvidaremos, no perdonaremos», ocupó toda la calle junto al río Moscú. Muchos portaban banderas rusas.
Reinaba un ambiente sombrío y había una fuerte presencia policial en las calles, el río y en el aire.
Ilya Yashin, amigo de Nemtsov y también dirigente opositor, expresó la esperanza de que el asesinato no asuste a la gente.
«Esencialmente es un acto de terror. Es un asesinato político destinado a asustar a la población, o a la parte de la población que apoyaba a Nemtsov y no estaba de acuerdo con el gobierno», dijo Yashin a The Associated Press. «Espero que no nos asustemos, espero que continuemos la tarea de Boris».
Investigación
La marcha podría dar ánimos a la oposición, pero también podría ser una breve expresión de emociones que se disipa en un clima de miedo.
Mijail Kasyanov, un ex primer ministro que pasó a la oposición, dijo en un discurso que el asesinato debería ser un punto de inflexión para Rusia «por la simple razón de que la gente que creía que podía seguir tranquilamente en su cocina discutiendo los problemas con su familia ahora empezará a pensar en todo lo que sucede en nuestro país».
La agencia federal de investigaciones dijo que estudiaba diversos motivos del asesinato.
El primero, dijo la Comisión de Investigaciones, era que apuntaba a desestabilizar la situación política en Rusia y que Nemtsov era «una víctima a sacrificar para aquellos que no descartan método alguno para alcanzar sus fines políticos».
Esta sugerencia se hacía eco de declaraciones del vocero de Putin y otros políticos oficialistas, de que el asesinato fue una «provocación» contra el estado. Los comentaristas de la televisión estatal coincidieron en que el asesinato servía a los intereses de los enemigos de Rusia.
Yashin sostuvo que el gobierno y Putin en concreto, eran políticamente responsables de la muerte de Nemtsov.
«Fue el presidente Putin quien creó este ambiente de odio en nuestro país, el ambiente de intolerancia que de alguna manera se materializó en la bala que mató a mi amigo Boris Nemtsov», dijo Yashin.
La propaganda del Kremlin había identificado a Nemtsov ente los cabecillas de una «quinta columna» de traidores al servicio de las potencias occidentales hostiles. (I)
«Llamamos al gobierno ruso a realizar una pronta, imparcial y transparente investigación», indicó Obama.
Se había convertido en una figura central de la política rusa tras la disolución de la Unión Soviética.
El control por la ciudad habría terminado con los acuerdos de paz de Minsk, incluido el alto al fuego.
Los líderes de Alemania y Francia concluyeron ayer una reunión de más de cinco horas con el presidente ruso, Vladimir Putin, sin alcanzar ningún tipo de acuerdo para resolver la crisis de Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que los líderes decidieron en las “conversaciones constructivas” que se produjeron en la capital rusa que continuarán trabajando para un posible documento conjunto que implemente el acuerdo del cese al fuego alcanzado en septiembre.
El próximo contacto entre Putin; la canciller alemana, Angela Merkel; y el presidente francés, Francois Hollande, sería el domingo por teléfono, destacó el portavoz.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, también participaría en las conversaciones con Merkel y Hollande, agregó el funcionario ruso.
Estados Unidos dijo estar al tanto del plan y respaldó la iniciativa diplomática de los líderes europeos. (I)
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dijo este miércoles que envió una carta a su homólogo ruso, Vladimir Putin, para pedirle que Moscú ejerza un control de los combatientes prorrusos que se enfrentan a Kiev y que presione para lograr un cese al fuego.
Poroshenko dijo que además pidió en la carta que Rusia libere a la piloto ucraniana Nadia Savchenko, que afirma que fue secuestrada por rebeldes prorrusos en Ucrania antes de ser enviada a Moscú.
Actualmente Savchenko está en huelga de hambre.
«El lunes, le envié una carta al presidente Putin cuyos principales puntos son la petición de que haya un cese al fuego, la implementación de los acuerdos de Minsk y la liberación de Nadezhda (Nadia) Savchenko», informó la presidencia.
Pese a la tregua firmada en septiembre en Minsk, el conflicto ha escalado a su peor nivel desde su comienzo en abril del año pasado.
El conflicto en el este separatista prorruso de Ucrania, que empezó hace nueve meses, ha dejado más de 5.000 muertos, según la ONU.
No hubo comentarios inmediatos del Kremlin.
Rusia acusó el miércoles a Estados Unidos de querer «dominar el mundo», a raíz del discurso sobre el estado de la Unión pronunciado el martes por el presidente Barack Obama.
«Estados Unidos ha elegido el camino de la confrontación» y quiere dominar el mundo, consideró el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, en una rueda de prensa.
El discurso de Obama muestra que «en el centro de la filosofía estadounidense, sólo hay una idea: ‘Somos el número uno’ y todos deben reconocerlo», aseguró.
El ministro ilustró su afirmación señalando que Washington se había jactado varias veces de haber «impuesto» a sus socios europeos las sanciones económicas contra Rusia, a la que Occidente acusa de apoyar militarmente a los rebeldes prorrusos en el este de Ucrania.
En el discurso del estado de la Unión, el presidente estadounidense afirmó que «en la actualidad, es Estados Unidos quien permanece fuerte y unido a sus aliados, mientras que Rusia se encuentra aislada y su economía, hecha pedazos».
Pero esa situación «va a cambiar», afirmó Lavrov. Los estadounidenses terminarán por «darse cuenta de que no pueden mantener esta postura para siempre», añadió el ministro ruso, instando a Washington a adoptar «la filosofía de la cooperación y no la de la dictadura».
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, cargó contra Occidente en una entrevista, asegurando que quiere «derrocar» a toda costa al presidente ruso, Vladimir Putin. «Si no hubiera sido Crimea o el este de Ucrania, habrían encontrado otro motivo», declaró al semanario Argumenty i Fakty.
Según Peskov, la economía rusa está «bajo control», si bien reconoció que Rusia atraviesa una fase de turbulencias debido a su «confrontación con Occidente». «Una confrontación política, ideológica, mediática y diplomática, pero afortunadamente, no militar», subrayó. (I)
El presidente ruso, Vladimir Putin, no acudirá a una ceremonia en Polonia por el 70 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz, indicó el Kremlin este martes, porque no fue invitado por los organizadores.
Putin no recibió una invitación y por lo tanto no acudirá al acto programado para este mes, indicó la agencia de noticias Interfax citando al portavoz del presidente Dmitry Peskov. Agregó que tiene una agenda muy ajetreada sin espacio para viajes.
Los organizadores de las ceremonias, el Museo de Auschwitz y el Consejo Internacional de Auschwitz, dijeron que no se habían emitido invitaciones específicas, pero que se había preguntado a los países que aportan fondos al lugar, incluyendo Rusia, si iban a acudir.
La situación es especialmente incómoda porque el campo de exterminio nazi fue liberado por tropas soviéticas, y muchos de los 1,5 millones de internos que murieron allí, la mayoría judíos, eran ciudadanos soviéticos, entre ellos prisioneros de guerra.
Putin sí asistió a las ceremonias por el 60 aniversario de la liberación del campo, en 2005.
El motivo aparente parece ser la crisis de Ucrania, que ha arrojado una gran sombra sobre las relaciones entre Moscú y Occidente. Polonia ha sido uno de los críticos más duros del Kremlin por la anexión de la península ucraniana de Crimea, así como por su apoyo a una insurgencia prorrusa en el este de Ucrania.
Polonia ha sido uno de los críticos más duros contra la política del Kremlin y las relaciones entre ambos estados son cada vez más tensas.
El director del museo de Auschwitz, Pawel Sawicki, dijo a la Associated Press que no se habían enviado invitaciones personalizadas a nadie y negó que hubiera un desairee a Putin
Los organizadores informaron a las embajadas de países de la UE y de los países donantes de que el acto se celebraría el 27 de enero, explicó, y se les pidió que indicaran si enviarían delegaciones, y en su caso de qué nivel. (I)