Las masacres perpetradas hace cien años en el Imperio Otomano acabaron con la vida de 1,5 millones de armenios. Un siglo después, sigue discutiéndose si hay que hablar de genocidio, como piden los armenios, o debe evitarse ese término, como reclaman los turcos. A continuación, algunas consideraciones al respecto.
¿Cómo era la situación en el Imperio Otomano?
Al comienzo de la Primera Guerra Mundial, en el Imperio Otomano vivían entre 2 y 2,5 millones de armenios. Se sospechaba que colaboraban con el enemigo y que pensaban traicionar a las tropas otomanas. El 24 de abril de 1915 comenzaron las detenciones en Constantinopla (la actual Estambul). Los líderes armenios fueron deportados y poco después se ampliaron las deportaciones a otros asentamientos. Según datos armenios, murieron 1,5 millones de personas, aunque Turquía afirma que el número de fallecidos fue mucho menor.
¿Quién califica de genocidio el exterminio de los armenios?
Los armenios han hablado siempre de genocidio. En 1987 el Parlamento Europeo calificó de genocidio lo ocurrido e instó al gobierno turco a hacer lo mismo. También aprobaron resoluciones en ese sentido una decena de países, entre ellos Francia, Suecia, Holanda, Bélgica y Suiza. Hace pocos días, el papa Francisco describió la masacre de 1915 como «el primer genocidio del siglo XX».
Turquía niega sin embargo que se cometiese un genocidio.
¿Cuál es la postura de Turquía?
Desde el punto de vista del gobierno turco, «no hay ninguna prueba auténtica que apoye la suposición de que hubo un plan premeditado para exterminar a los armenios». Ankara no niega que murieron muchos armenios inocentes y recuerda a los muertos «con respeto». Pero el gobierno argumenta que en la guerra murieron «otomanos de varias etnias y creencias religiosas». Se niega a que «la responsabilidad se atribuya sólo al pueblo turco» y reclama una investigación independiente de lo que ellos califican de «traslado de población» y sus consecuencias.
¿Qué supondría para los armenios un reconocimiento del genocidio?
Para los líderes armenios se trata sobre todo de una cuestión de respeto hacia cientos de miles de víctimas. Armenia exige que Turquía se enfrente a su pasado y asuma la responsabilidad, un requisito que impone la república caucásica de mayoría cristiana para reconciliarse y retomar el comercio con Ankara.
¿Es de esperar que Armenia exija reparaciones?
Desde el punto de vista oficial no se contempla la exigencia de reparaciones. Pero no se puede descartar que a nivel privado los familiares de algunas víctimas exijan compensaciones a Turquía. (I)
Con un minuto de silencio honran a los 1.5 millones de víctimas que murieron a manos del Imperio Otomano.
El parlamento de Austria guardó el miércoles un minuto de silencio en recuerdo del genocidio armenio, una primicia en un país que en otro tiempo fue aliado del Imperio otomano, y donde ese término nunca había sido empleado oficialmente.
«El 24 de abril de 1915 marcó el inicio de las persecuciones que terminaron en un genocidio», declaró la presidenta socialdemócrata del Parlamento, Doris Bures, antes de invitar a los diputados a levantarse y guardar silencio.
La ceremonia siguió a la redacción por parte de los seis grupos representados en el parlamento austriaco -partido socialista y democristiano en el poder, así como la extrema derecha, los Verdes y dos pequeños partidos liberales- de una declaración conjunta reconociendo el genocidio, que no fue sometido a voto, por lo que carece de valor legal. Pese a ello, marca el primer paso simbólico en el reconocimiento del genocidio por parte de Austria.
«En nombre de (nuestra) responsabilidad histórica, por haber sido la monarquía austrohúngara aliada del Imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial, es nuestro deber calificar estos terribles acontecimientos de genocidio y condenarlos como tal», subraya el texto, presentado el miércoles a la prensa.
«Igualmente, es deber de Turquía afrontar de forma honesta los capítulos dolorosos de su historia y reconocer como genocidio los crímenes cometidos contra los armenios bajo el Imperio otomano», se afirma en la declaración.
Armenia, donde se inauguró el miércoles una conferencia internacional sobre estos acontecimientos, celebró la declaración, calificándolo de «importante contribución en una noble causa», la de impedir los genocidios y los crímenes contra la humanidad.
El viernes tendrán lugar en Erevan las ceremonia de conmemoración del centenario de estos eventos ocurridos entre 1915 y 1917, en los que, según las autoridades armenias, murieron 1,5 millones de personas, y que son reconocidos como genocidio por una veintena de países. Ankara, por su parte, siempre ha rechazado esa denominación. (I)
La matanza de armenios en 1915 a manos del Imperio Otomano fue un «crimen atroz» y no un genocidio, señaló hoy un portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
La declaración de la ONU se produce una día después de que las palabras del papa Francisco, que calificó la matanza de armenios en ese capítulo de la historia como el «primer genocidio del siglo XX», generaran rispideces con Turquía.
El primer ministro turco Ahmnet Davutoglu afirmó el fin de semana que las palabras del pontífice fueron «funestamente elegidas, equivocadas y absurdas». Turquía convocó acto seguido al nuncio vaticano en su país y luego llamó a consultas a su embajador en la santa sede.
Este lunes, el portavoz de Ban, Stepahne Dujarric, señaló que el secretario general de la ONU «está completamente al tanto de la naturaleza delicada de la caracterización de lo ocurrido en 1915» y que considera que «establecer los hechos» a través de una investigación de colaboración «fortalecerá nuestra determinación colectiva para evitar que vuelvan a suceder en el futuro crímenes atroces semejantes».
Los armenios consideran un genocidio la persecución del Imperio Otomano contra su pueblo. Durante la Primera Guerra Mundial, millones de armenios fueron expulsados del territorio otomano y muchos de ellos asesinados. Según distintas fuentes, las deportaciones entre 1915-1916 causaron la muerte de entre 200.000 y 1,5 millones de personas.
Turquía, sucesora jurídica del Imperio Otomano, rechaza referirse a los hechos en términos de genocidio y asegura que los otomanos lucharon contra la sublevación en su territorio de las milicias armenias, respaldadas por el gobierno ruso. (I)
Turquía convocó al nuncio vaticano en Ankara luego de que Francisco habló de las masacres de hace un siglo.
Acompañada de su hermana Khloe, la socialité indicó que aprovachará para conocer las aldeas de la tierra donde nació su bisabuelo.
El Ministerio sirio de Exteriores calificó hoy de «agresión flagrante» la intervención del Ejército de Turquía en el enclave turco que alberga el sarcófago de Suleyman Sah, situado en territorio sirio, para evacuar a los soldados que lo protegían.
Una fuente de ese departamento dijo a la agencia oficial SANA que las autoridades turcas habían informado a Siria de sus intenciones pero que no esperaron su respuesta.
Ankara evacuó a los soldados que vigilaban el enclave, a unos 37 kilómetros de la frontera turca, y los desplazó, junto con el sarcófago y los restos de Suleyman Sah, a un territorio a poca distancia de Turquía, pero todavía dentro de Siria.
Siria advirtió a las autoridades turcas de que tendrán que «responsabilizarse de las posibles repercusiones de esta agresión».
Damasco también acusó a Ankara de apoyar a grupos insurgentes que han tomado el control de varias áreas de Siria.
La incursión turca «fue un acto sospechoso que revela la estrecha relación del Gobierno turco con las organizaciones terroristas que operan en la región», dijo la fuente.
Especificó que «el movimiento de Turquía, que tuvo lugar la madrugada del domingo, es nada menos que un acto de agresión contra Siria y desenmascara la realidad de las intenciones turcas y su relación con los yihadistas del Estado Islámico».
Esta operación representa la primera incursión de tropas turcas en territorio sirio desde que comenzó el conflicto en ese país hace casi cuatro años.
El territorio donde se halla la tumba de Suleyman Sah desde 1975 es una colina situada a orillas del río Éufrates y al noroeste de la ciudad siria de Raqqa, localidad controlada desde hace un año por el Estado Islámico (EI).
Para el desplazamiento realizado, Turquía movilizó a 573 soldados, 39 tanques y 57 blindados en dos operaciones, una destinada a evacuar el mausoleo y otra a tomar posesión de un área nueva donde ubicarlo, según las autoridades turcas.
No es la primera vez que se mueve la tumba de Suleyman Shah, supuesto abuelo del fundador de la dinastía otomana, muerto en 1236, y que es propiedad turca en virtud de un tratado que Francia, como potencia administradora de Siria, y el Imperio Otomano concluyeron en 1921.