La policía estadounidense y el FBI investigaban ayer si los dos hombres muertos el domingo pasado, tras disparar contra un edificio donde se realizaba un concurso de caricaturas del profeta Mahoma en Texas, tenían relaciones con redes islamistas y si ya estaban bajo vigilancia.
Los dos hombres atacaron con fusiles de asalto el edificio donde se realizaba la exposición, un evento organizado por la asociación American Freedom Defense Initiative (AFDI), una entidad considerada abiertamente antiislámica.
Un portavoz de la policía de Garland, Joe Harn, dijo ayer que los dos hombres fuertemente armados “obviamente estaban allí para hacer disparos sobre personas”, pero fueron abatidos por un agente que custodiaba el local.
“Seguiremos investigando. Esta no será una investigación rápida. Tenemos sospechosos. Seguimos observando redes sociales y juntando inteligencia para estar seguros de que no hay otras amenazas”, aseguró.
Harn añadió que por el momento “no conocemos las intenciones (de los ataques), más allá de que estaban dispuestos a usar sus armas y disparar contra la policía”.
En el intercambio de disparos, un agente resultó herido en una pierna, dijo.
Harn añadió: “Hay mucha información que está circulando pero no vamos a revelar ningún nombre”, y ante una consulta de la prensa sobre si las autoridades consideraban que se trató de un “ataque terrorista”, se limitó a responder: “Seguramente vamos a considerarlo, no lo hemos descartado”.
En tanto, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, apuntó que nada puede justificar el ataque a la muestra sobre Mahoma. “No hay ninguna forma de expresión, por más que sea ofensiva, que justifique un acto de violencia”, dijo Earnest, en la primera reacción de la Presidencia estadounidense sobre el episodio. (I)
La policía estadounidense abatió el domingo a dos hombres luego de que abrieran fuego cerca de un centro en Texas donde se realizaba un concurso de caricaturas del profeta Mahoma, al que asistía el líder de la extrema derecha holandesa, Geert Wilders.
Aunque el ataque no fue reivindicado inmediatamente, recordó el atentado en París en enero pasado contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, que ha publicado reiteradas veces caricaturas del profeta Mahoma, que dejó 12 muertos.
Las autoridades están investigando el tiroteo. La policía afirmó que no estaba claro aún si el ataque tenía relación con el evento, mientras un funcionario de la Casa Blanca dijo que el presidente Barack Obama estaba al tanto de la situación en Texas.
Los dos hombres se aproximaron en autómovil al estacionamiento del Curtis Culwell Centre de la ciudad de Garland, en los alrededores de Dallas, donde unas 200 personas, según la policía, asistían al evento que sus organizadores promocionaban como «por la libertad de expresión».
Los sujetos «abrieron fuego» contra un guardia de seguridad. Dos policías que custodiaban el evento respondieron dando muerte a los atacantes, explicó un comunicado de la alcaldía de Garland, que precisó que el guardia herido de un tiro en un tobillo dejó el hospital tras recibir tratamiento.
Según la policía local, el tiroteo duró sólo unos segundos.
La organización SITE, que monitorea las comunicaciones de combatientes y grupos yihadistas, indicó que un hombre reivindicó el ataque en una cuenta de Twitter relacionada con el Estado Islámico, señalando que había sido cometido por simpatizantes de esa agrupación radical.
«Dos de nuestros hermanos acaban de abrir fuego» contra la exposición artística en Texas, escribe en una serie de tuits con fecha del 3 de mayo, un hombre que se identifica como Abu Hussain Al Britani, y que según SITE es el nombre de combate del yihadista británico del EI Junaid Hussain.
Una cuenta de Twitter que podría haber sido utilizada por uno de los atacantes parecía hacer referencia al ataque antes de que ocurriera. La cuenta fue suspendida después por Twitter.
Líder holandés en el evento
La asociación American Freedom Defense Initiative, organizadora del concurso de caricaturas, había invitado a participar como orador al líder derechista holandés Geert Wilders.
«Estoy conmocionado. Justamente acababa de hablar por media hora sobre las caricaturas, el Islam y la libertad de expresión y acacaba de dejar las instalaciones», señaló Wilders en un correo electrónico a la AFP. «Espero que el guardia esté bien», agregó.
El líder del Partido por la Libertad (PVV) agregó que esperaba que no estuviera relacionado con «la lista de Al Qaeda en la que yo soy como Charb de Charlie Hebdo, Lars Vilks y Kurt Westergard».
Se refería al caricaturista francés Charb, muerto en el atentado yihadista contra el semanario Charlie Hebdo. El sueco Lars Vilks y el danés Kurt Westergard han sido amenazados de muerte después de hacer caricaturas de Mahoma.
En Garland, un equipo especializado en desminado se encontraba en la zona del incidente por sospechas de que el vehículo de los atacantes contuviera explosivos.
Pamela Geller, una de las organizadoras del evento, dijo que los disparos «son muestra de una guerra contra la libertad de expresión».
«La guerra está aquí», agregó la dirigente de la American Freedom Defense Initiative, organización conocida por sus posiciones contra lo que llama islamización de Estados Unidos, que ofrecía un premio de 10.000 dólares a la mejor caricatura.
Muchos musulmanes consideran ofensivo que se caricaturice a Mahoma. En 2005 la publicación de dibujos satíricos del Profeta en el diario danés Jyllands-Posten provocó una oleada de encendidas protestas en el mundo musulmán.
Caricaturas de Mahoma también fueron publicadas en Charlie Hebdo, cuya sede en París fue atacada en enero por hombres armados que mataron a 12 personas, entre ellos cinco dibujantes. (I)
La prensa no puede ser «portavoz de la saña» del Estado Islámico (EI) o del «terror» del crimen organizado ni del narcotráfico, advirtió este lunes el exdirector del diario mexicano El Siglo de Torreón y asesor en materia de seguridad del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ), Javier Garza.
Garza participa en el primer congreso Circumvention Tech Festival, que se celebra en la ciudad española de Valencia (este) hasta el viernes, para debatir sobre seguridad, censura y vigilancia en internet.
En una entrevista con Efe, Garza explicó que el periodo de violencia extrema que se vivió en el estado mexicano de Coahuila entre 2007 y 2012 «dejó muchas lecciones para el periodismo mexicano», una de las cuales pasa por «evitar que la prensa se convierta en portavoz del terror».
«Si hace seis años las luces rojas estaban en Torreón, Ciudad Juárez, Monterrey o Sinaloa, ahora están en Veracruz, Tamaulipas o Guerrero, e incluso en el DF, donde numerosos periodistas han sufrido agresiones por parte de policías o manifestantes en la cobertura de protestas callejeras», detalló Garza.
Garantizar la seguridad de periodistas
Estos hechos, unidos a su experiencia personal como director «que trataba de garantizar la integridad de los reporteros», motivaron diversas iniciativas en pro de la seguridad de los periodistas.
Una de ellas se ha materializado en el portal periodistasenriesgo.com, que registra e identifica en un mapa las agresiones que sufren los periodistas.
«Así, podemos saber que si ejerces la profesión en Tamaulipas has de tener cuidado con el crimen organizado, o que si trabajas en Guerrero es probable que te intimide la policía municipal», señaló.
Este trabajo de documentación cuenta con el apoyo de fundaciones como MacArthur o Freedom House, según dijo.
«Nuestra experiencia nos dice que el hecho de que los ataques no sean perseguidos ni castigados dan pie a que se repitan», declaró
Explicó que en el caso de El Siglo, «el periódico sufrió varios tiroteos en el 2009 y 2011 sin que ninguno fuese esclarecido. Pero la cosa cambió en el 2013, cuando cinco empleados del diario fueron secuestrados -no eran redactores, sino que fueron captados de forma aleatoria y liberados a las pocas horas- y pedimos protección», añadió.
El Gobierno del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, «llevaba pocos meses y se produjeron unas 40 detenciones, prácticamente se desmanteló el cártel del Poniente, una escisión del cártel del Pacífico, y desde entonces no se ha producido ninguna amenaza ni agresión significativa -según afirmó-. Eso nos lleva a pensar que es la impunidad lo que permite los ataques».
El diario El Siglo, recordó Garza, «al contrario de lo que anunciaron e hicieron otros medios en México», decidió seguir informando sobre los hechos violentos, pero de otra forma.
‘Más análisis, más datos’
Rechazó el término «autocensura» para explicar: «Si dejábamos de informar por la amenaza de los violentos, nos exponíamos también a que, por amenazas, nos obligasen a hacerlo en un determinado sentido».
De esta forma, explicó que «redujimos el despliegue informativo relacionado con la violencia explícita y en su lugar incluimos más análisis, más datos sobre la evolución de la violencia, sin ser portavoces de la saña».
En alusión al asesinato del periodista norteamericano James Foley, uno de los primeros difundidos por el EI, Garza sentenció: «El vídeo termina con la cabeza del periodista sobre su espalda. Esa foto no puede ir en primera plana, por más valor noticioso que tenga; se puede informar de otra forma, en el texto».
En cambio, al referirse al vídeo del ataque de dos yihadistas a un gendarme en París, considera que «tiene un valor en el sentido en el que explica el modus operandi, cómo se movieron, da detalles de cómo pudieron perpetrar el ataque; pero el vídeo de Foley es pura brutalidad».
El encuentro realizado de forma extraoficial, alienta las especulaciones rumbo a la candidatura presidencial republicana para el próximo año.