Diario Granma difunde nuevas fotos de Fidel Castro

Hace algunos días, el mismo medio oficial en Cuba publicó un mensaje que el ex líder de la isla dirigió

Fidel Castro aclara que no rechaza acercamiento Cuba-Estados Unidos

El líder cubano Fidel Castro rompió su silencio de casi seis semanas sobre la histórica reconciliación entre Estados Unidos y Cuba, para declarar que aunque desconfía de su viejo enemigo, no rechaza los acuerdos para normalizar las relaciones, lo que fue calificado como «señal positiva» por Washington.

«No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos», dijo Castro, de 88 años y retirado del poder en 2006, en una carta leída el lunes en la noche en la televisión cubana y reproducida este martes en todos los medios estatales.

No obstante, el padre de la revolución cubana no criticó el acuerdo de normalizar relaciones anunciado el 17 de diciembre por su hermano y sucesor, Raúl Castro, y el presidente estadounidense, Barack Obama, que fue saludado por todo el mundo.

«El Presidente de Cuba ha dado los pasos pertinentes de acuerdo a sus prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional (Parlamento) y el Partido Comunista de Cuba» (único), escribió en la carta, dirigida a la Federación Estudiantil Universitaria.

«Cualquier solución pacífica y negociada a los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de América Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza, deberá ser tratada de acuerdo a los principios y normas internacionales», señaló el exgobernante, quien fue el gran ausente en el histórico acercamiento bilateral tras medio siglo.

Estas declaraciones fueron calificadas como una «señal positiva» por Washington.

«Tomamos sus referencias a las normas internacionales y los principios como una señal positiva y esperamos que el gobierno cubano los implemente para una Cuba democrática, próspera y estable», dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.

«No tengo un análisis de la influencia que tiene» en la jerarquía cubana, apuntó.

«El artículo de Fidel Castro tiene su sello y estilo. Recuerda que el gobierno cubano tiene y tendrá entre sus componentes un ala revolucionaria con la que el proceso de acercamiento entre los dos países tendrá que contar. No hay un abandono del celo revolucionario en función del pragmatismo en política exterior, sino una calibración del balance entre esos componentes. Existe el imperativo de una mejor relación con Estados Unidos, pero el gobierno cubano tanto como el norteamericano tienen que lidiar con los legados de su propia historia», dijo a la AFP el analista cubano Arturo López-Levy, de la Universidad de Nueva York.

«El texto trasmite un doble mensaje: apoyo cauteloso a la normalización de las relaciones entre los dos países y preocupación por las intenciones del poderoso vecino del norte (…). Ahora que el antiguo Comandante en Jefe ha expresado su respaldo a ‘la solución pacífica y negociada’ de las diferencias entre ambos gobiernos, quizás pueda proceder con más rapidez y eficacia el proceso de normalización entre viejos adversarios políticos», declaró a la AFP el académico cubano Jorge Duany, de la Universidad Internacional de Florida.

El silencio de Castro había alimentado rumores sobre su salud e incluso su muerte, hasta que su amigo, el exfutbolista argentino Diego Maradona, de visita en La Habana, anunció hace dos semanas que había recibido una carta suya.

«Los hermanos Castro sólo confían en sí mismos. Pero Washington, los cubanos y el mundo libre tienen muchísimas más razones para no confiar en él ni el régimen de su hermano», dijo a la AFP el disidente José Daniel Ferrer, quien dirige un grupo opositor activo en el oriente de la isla.

«Es una forma de aceptar las nuevas conversaciones con Estados Unidos y el posible restablecimiento de relaciones, pero sin involucrarse demasiado para dejar, como hace siempre él, la puerta abierta», declaró a la AFP la disidente Miriam Leiva, una exdiplomática cubana.

La misiva del «Comandante en jefe» fue divulgada horas antes de la tradicional «marcha de las antorchas», que este martes servirá para resaltar el aniversario 70 del ingreso de Fidel Castro como alumno a la Universidad de la Habana, donde se graduó de abogado en 1950, tres años antes de iniciar la lucha armada con el fracasado asalto al Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba (sureste de la isla).

La carta está fechada el lunes, cuatro días después de que Cuba y Estados Unidos sostuvieran en La Habana sus primeras conversaciones de alto nivel en 35 años de cara al restablecimiento de relaciones, rotas en 1961, dos años después del triunfo de la revolución de Fidel, que marcó un giro de la isla hacia el comunismo.

Castro no comentó los rumores sobre su deceso, que circularon por las redes sociales y medios extranjeros, en especial el 9 de enero, al cumplirse la víspera un año desde su última aparición en público. La última foto suya publicada fue tomada en agosto en su hogar.

Fidel Castro envió una carta en la que rompe el silencio sobre acuerdo con EEUU

A través de una misiva habla sobre las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos para normalizar sus nexos.

EE.UU. y Cuba acuerdan continuar diálogo pese a "diferencias profundas"

Estados Unidos y Cuba abordaron este jueves sus «diferencias profundas» en derechos humanos y otros temas, y cerraron sus primeras conversaciones de alto nivel en 35 años sin fijar una fecha para reabrir embajadas, aunque acordaron volver a dialogar.

«No puedo decirles cuándo exactamente ocurrirá» la reapertura de embajadas, dijo la jefa de la delegación estadounidense, Roberta Jacobson, cinco semanas después de la histórica reconciliación anunciada por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

«Lo haremos tan rápidamente como podamos resolver todos los asuntos funcionales que necesitamos tratar», declaró Jacobson, quien reconoció que todavía existen «diferencias profundas» en varios temas, entre ellos los derechos humanos.

«Como elemento central de nuestra política, presionamos al gobierno cubano para que mejore las condiciones de los derechos humanos, incluida la libertad de expresión y de reunión», indicó Jacobson, jefa de la diplomacia estadounidense para América Latina, en una declaración escrita divulgada al término de las conversaciones.

«Tenemos diferencias en esta materia (de derechos humanos), profundas diferencias con el gobierno cubano y eso fue parte hoy de nuestra discusión», había dicho Jacobson horas antes a la prensa.

La jefa de la delegación cubana, Josefina Vidal, reconoció que abordaron el tema de derechos humanos en la reunión, pero indicó que no hubo presiones.

«Yo le confirmo que la palabra presión no se usó, tengo que decirlo. No es una palabra que se usa en este tipo de conversaciones. Cuba nunca ha respondido ni responderá a presiones», dijo Vidal.

Agregó que la delegación estadounidense también explicó las nuevas regulaciones hacia Cuba puestas en vigor por Washington la semana pasada, que permiten a empresas norteamericanas ofrecer servicios de telecomunicaciones e Internet a la isla, en una flexibilización del embargo económico.

«Confirmamos que hemos estado dispuestos a recibir a compañías de telecomunicaciones de Estados Unidos para explorar posibilidades de negocios en esa esfera, negocios que pueden ser beneficiosos» para Cuba, indicó Vidal.

«Cuba considera que estas medidas marchan en una dirección positiva en tanto modifican algunas normas del bloqueo», añadió.

La isla tiene una escasa cobertura de Internet y su acceso está controlado por el gobierno: apenas el 3,4% de los hogares tenían una conexión en 2013, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

Jacobson, primer funcionario estadounidense de alto nivel que visita la isla comunista desde 1980, y Vidal conversaron frente a frente, rodeadas de asesores, en un salón del Palacio de Convenciones de La Habana en la jornada de cierre de esta reunión de dos días.

Vidal explicó que ambos países avanzaron en diversos temas de cooperación bilateral, y volverán a conversar sobre la reapertura de embajadas.

«Acordamos continuar estas discusiones en una fecha próxima», declaró Vidal, señalando que «quedó abierta la definición de la fecha, porque ambas partes tienen que revisar sus agendas», dijo.

«A pesar de las diferencias profundas que existen entre nuestros gobiernos, debemos aprender a convivir pacífica y civilizadamente con éstas», añadió Vidal.

El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, había anticipado en la víspera que ambos países tenían mucho que negociar todavía antes de normalizar sus relaciones, rotas en 1961.

Según Kerry, algunos puntos por negociar son el levantamiento de las restricciones a los diplomáticos estadounidenses para viajar por la isla, «permitir envíos sin obstáculos a nuestro equipo en orden de poder funcionar de forma correcta», así como permitir libre acceso a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA), lo que Washington también garantizaría a la representación cubana en Estados Unidos.

Medio centenar de diplomáticos tiene la SINA, situada en el emblemático Malecón de La Habana, que ha sido escenario de provocaciones por décadas, orquestadas desde ambos lados de sus rejas.

Fidel Castro, quien autorizó la creación de las secciones de intereses con el presidente Jimmy Carter en 1977, acusaba a la SINA de «ser el Estado Mayor de la contrarrevolución» en la isla.

A la parte cubana le interesa el levantamiento del embargo económico estadounidense vigente desde 1962 y que la isla sea retirada de la lista norteamericana de naciones que patrocinan el terrorismo, pero también quiere cambios en las normas migratorias estadounidenses, pues afirma que estimulan la emigración ilegal desde Cuba.

A La Habana también le preocupa «la situación que enfrenta la Sección de Intereses de Cuba en Washington y, en particular, su oficina consular, que como resultado del bloqueo está próxima a cumplir un año sin servicios bancarios», destacó la Cancillería cubana.

Vidal dijo que ambas delegaciones analizaron también la cooperación en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, así como en el enfrentamiento de derrames petroleros en el mar.

Dijo que Cuba propuso un «plan piloto para establecimiento del correo directo entre los dos países», suspendido hace medio siglo, y una reunión bilateral para coordinar la lucha contra el ébola en Africa Occidental.

Jacobson se reunirá el viernes con disidentes cubanos, que no han ocultado su desazón por el cambio de política de Estados Unidos, que por décadas fue su principal aliado y benefactor.

La discusión migratoria del miércoles fue calificada como «productiva» y «constructiva» por ambas partes en este proceso de acercamiento en el que Fidel Castro, de 88 años y retirado del mando desde 2006, ha sido el gran ausente. (I)

Se conmemoraron los 56 años de la entrada de Fidel Castro a La Habana

La Habana conmemoró este jueves el 56 aniversario de la entrada de Fidel Castro en la capital cubana tras el triunfo de la Revolución, cuando se cumple un año desde la última aparición pública del «comandante en jefe», quien aún no se ha pronunciado sobre el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos.

«Fidel está esperando su momento (para pronunciarse) porque él es un gran profeta que espera el momento oportuno para decir algo», señaló a EFE el teniente coronel Hugo Pérez Silva, que entró a La Habana hace 56 años junto con el líder revolucionario en lo que se conoce como la «Caravana de la Libertad».

La llegada de esa comitiva a la capital se produce en medio de una nueva ola de rumores y especulaciones en las redes sociales sobre la muerte de Fidel Castro, de 88 años y retirado del poder desde 2006 por una enfermedad.

Su última aparición en público fue hace hoy un año, cuando acudió a la inauguración de un estudio de arte del pintor Alexis Leyva Kcho en un barrio de La Habana, mientras que sus últimos artículos en la prensa cubana se publicaron en octubre pasado.

Llamativo también es su silencio, ya que no se ha pronunciado todavía, ni siquiera a través de sus artículos o reflexiones, sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, ni por el regreso a Cuba de los tres agentes cubanos del grupo de «Los Cinco» que cumplían largas condenas en Estados Unidos por espionaje.

Sin dar importancia al mutismo de Castro sobre ese acontecimiento histórico, Pérez Silva aseguró que es un «momento de júbilo porque vencimos».

Para el teniente coronel José Manuel Ledo, también combatiente en Sierra Maestra, el silencio de Fidel se debe a que él, como líder «no sólo de Cuba, sino también del mundo», tiene que pensar muy bien qué dice y «estudiar la situación punto por punto».

Cada año, los cubanos reeditan de manera simbólica el recorrido que el líder de la Revolución hizo durante ocho días desde el oriente de la isla hasta La Habana, donde entró por el municipio del Cotorro, cuyos habitantes recibieron hoy a una pequeña comitiva de cuatro camiones que rememora ese día histórico.