La policía estadounidense y el FBI investigaban ayer si los dos hombres muertos el domingo pasado, tras disparar contra un edificio donde se realizaba un concurso de caricaturas del profeta Mahoma en Texas, tenían relaciones con redes islamistas y si ya estaban bajo vigilancia.
Los dos hombres atacaron con fusiles de asalto el edificio donde se realizaba la exposición, un evento organizado por la asociación American Freedom Defense Initiative (AFDI), una entidad considerada abiertamente antiislámica.
Un portavoz de la policía de Garland, Joe Harn, dijo ayer que los dos hombres fuertemente armados “obviamente estaban allí para hacer disparos sobre personas”, pero fueron abatidos por un agente que custodiaba el local.
“Seguiremos investigando. Esta no será una investigación rápida. Tenemos sospechosos. Seguimos observando redes sociales y juntando inteligencia para estar seguros de que no hay otras amenazas”, aseguró.
Harn añadió que por el momento “no conocemos las intenciones (de los ataques), más allá de que estaban dispuestos a usar sus armas y disparar contra la policía”.
En el intercambio de disparos, un agente resultó herido en una pierna, dijo.
Harn añadió: “Hay mucha información que está circulando pero no vamos a revelar ningún nombre”, y ante una consulta de la prensa sobre si las autoridades consideraban que se trató de un “ataque terrorista”, se limitó a responder: “Seguramente vamos a considerarlo, no lo hemos descartado”.
En tanto, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, apuntó que nada puede justificar el ataque a la muestra sobre Mahoma. “No hay ninguna forma de expresión, por más que sea ofensiva, que justifique un acto de violencia”, dijo Earnest, en la primera reacción de la Presidencia estadounidense sobre el episodio. (I)
Las charlas se aceleraron el domingo, a menos de tres días de vencer el plazo pactado para alcanzar un acuerdo.
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