El presidente de Fedecámaras, la principal patronal venezolana, Jorge Roig, consideró ayer que el presidente venezolano Nicolás Maduro debe alentar la producción, especialmente en empresas expropiadas, y no ordenar que los empresarios privados sean sometidos al escarnio público.
“Nosotros estamos acostumbrados a fiscalizaciones hostiles que no buscan resolver problemas, sino más bien someter al escarnio público al empresario”, declaró Roig a la emisora privada Unión Radio.
Maduro anunció el lunes que radicalizará su llamada revolución bolivariana contra los empresarios que saboteen la economía del país y le impidan al pueblo acceder a diferentes productos de primera necesidad que en la actualidad no se consiguen en los anaqueles.
“Vengo dispuesto a radicalizar la revolución contra todos los que la sabotean desde lo económico; no me importa el apellido y el nombre que tengan, y pido a los ministros mano dura”, dijo Maduro en un acto televisado tras regresar el lunes de la Cumbre de las Américas de Panamá y de un posterior viaje a Cuba.
Roig calificó estas declaraciones de lamentables y recordó que Maduro anunció que pondrá fin a las “reunideras” entre funcionarios y empresarios.
El mandatario también expresó el lunes que no prevé una recuperación de los precios del petróleo este año, haciendo hincapié en que los menores ingresos en dólares del país miembro de la OPEP deben ser administrados “correctamente”. (I)
Tras culminar la Cumbre de las Américas en Panamá, Maduro visitó la isla para conversar con el exlíder cubano.
El presidente estadounidense, Barack Obama, decidirá “en los próximos días” sobre la permanencia de Cuba en la lista de países que apoyan el terrorismo, dijo ayer el secretario de Estado, John Kerry.
Obama sostuvo el sábado un encuentro histórico con su par cubano Raúl Castro –con quien se reunió durante más de una hora al margen de la VII Cumbre de las Américas en Panamá– buscando dar vuelta a la última página regional de la Guerra Fría y enterrar más de medio siglo de hostilidad.
Pese a las expectativas, Obama no ha anunciado si atenderá el reclamo de La Habana de retirarlo de esa lista, que integra desde 1982 por albergar a separatistas vascos de la ETA y rebeldes colombianos de las FARC, y que también incluye a Siria, Sudán e Irán.
Kerry reconoció que tras un prolongado análisis, el Departamento de Estado hizo una recomendación a Obama al respecto, aunque se negó a divulgar el contenido de la misma.
“Voy a brindar al presidente la libertad que se merece (…) para que pueda tomar su decisión con base en la recomendación que le hicimos”, dijo Kerry a la cadena CBS. “(Obama) tomará su decisión en los próximos días, mientras el proceso interagencias trabaja sobre lo que hemos evaluado”, agregó.
EE.UU. y la isla comunista de Cuba rompieron relaciones diplomáticas en 1961, el año de nacimiento de Obama.
Para el canciller cubano Bruno Rodríguez, uno de los resultados principales de la reunión fue “que ambos gobiernos conocemos mejor nuestros respectivos intereses y también los límites de nuestras diferencias y hemos encontrado terreno común en la disposición de tener un comportamiento civilizado que respete nuestras diferencias”.
Los líderes regionales también esperan que Obama dé el próximo paso para sacar a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo. Obama entonces tendría que notificar al Congreso, pero los legisladores no están obligados a ratificar la decisión y tienen 45 días para desaprobarla.
Si se intenta tal voto, probablemente no saldría adelante, pero el tema se coloca en el candelero en momentos que los candidatos a las elecciones presidenciales del 2016 comienzan a entrar en el ruedo.
Florida, que una vez fue el centro del activismo anticastrista, es un estado clave en los comicios presidenciales y algunos candidatos republicanos tratarán de ganar terreno acusando a Obama de debilitar la posición de EE.UU. en el mundo. Cubanow, la organización de exilio cubano con sede en Miami, mediante un comunicado, apoyó el giro que han tomado las relaciones entre ambos países, allanado tras la cita, aun cuando “tomará tiempo para la población cubana lograr una transición plena hacia lo que aspiran ser”. En cambio, Sylvia Iriondo, del grupo Mar por Cuba, denunció que el encuentro bilateral y el apretón de manos entre ambos mandatarios “legitima la opresión, violencia y barbarie que continúa llevando a cabo el régimen castrista”.
En Cuba, algunos ciudadanos se mostraron satisfechos por el encendido discurso del mandatario y por la sutileza política de eximir de culpas a Obama para dejar el camino libre en la continuidad de las conversaciones bilaterales.
El foro social, paralelo a la cumbre, fue noticia no por sus conclusiones sino por los enfrentamientos entre cubanos castristas y los disidentes. (I)
Hubo consenso al definir como «histórico» el encuentro entre Barack Obama y Raúl Castro este fin de semana.
El papa Francisco pidió un esfuerzo en la lucha contra la inequidad, “fuente de conflictos”, en un mensaje a los líderes reunidos en la Cumbre de las Américas en Panamá.
“La inequidad, la injusta distribución de las riquezas y de los recursos, es fuente de conflictos y de violencia entre los pueblos, porque supone que el progreso de unos se construye sobre el necesario sacrificio de otros y que, para poder vivir dignamente, hay que luchar contra los demás”, dice la misiva, fechada el 10 de abril y difundida ayer por la Santa Sede.
El papa critica que “en las economías emergentes, gran parte de la población no se ha beneficiado del progreso económico, sino que frecuentemente se ha abierto una brecha mayor entre ricos y pobres”.
Añadió que “son necesarias acciones directas por los más desfavorecidos”. (I)
Hasta el momento, la exprimera dama ha dado pocas señales de lo que la impulsará en caso de contender por segunda ocasión rumbo a la Casa Blanca.
«Obama se reúne con Castro, pero se negó a reunirse con Netanyahu», escribió el exgobernador de Florida.
Barack Obama se reunió en privado con Nicolás Maduro, luego de que el mandatario venezolano lo invitará a dialogar en el marco de la Cumbre de las Américas.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, propuso hoy a su homólogo de EE.UU., Barack Obama, reconducir las relaciones entre ambos países a partir de un diálogo basado en el respeto mutuo, pero condicionado en cuatro puntos.
Maduro indicó, durante la sesión plenaria de la VII Cumbre de las Américas que se celebra en Panamá con la participación de delegaciones de los 35 países del continente, que tendía «la mano» a Obama, pero que primero EE.UU. debía «reconocer la independencia y soberanía» de Venezuela.
«Si no reconocen nuestra revolución seguirán estrellándose en el mismo muro de aislacionismo», dijo el sucesor del fallecido Hugo Chávez asegurando que las élites de EE.UU. creyeron que con la muerte del anterior presidente venezolano «la revolución bolivariana se acababa».
Como segunda condición para establecer el diálogo, Maduro instó a Obama a «derrocar» el decreto con el que EE.UU. considera a Venezuela una «amenaza».
Según Maduro, el decreto es «desproporcionado, irracional» y «hay que buscar los caminos diplomáticos, jurídicos» para eliminarlo porque «nuestros hijos no estarán tranquilos hasta que EE.UU. derogue ese decreto».
«Este decreto es muy peligroso (…) no es solamente la sanción de siete venezolanos honorables. Todo lo que dicen sobre ellos es mentira, es falso. Este decreto se mete en la vida interna de Venezuela», lamentó.
«Yo me encabrono cuando alguien habla de Venezuela porque yo no hablo de ningún país. Cada quien dirige su país con los métodos de su Constitución. Nadie debe meterse con venezuela», insistió.
Maduro exigió además que EE.UU. desmonte «la maquinaria militar» que aseguró tiene establecida en su embajada en Caracas «donde se han preparado golpes de estado».
«¿Qué hago?», se preguntó Maduro refiriéndose a que según él EE.UU. conspira contra el Gobierno chavista desde el propio territorio venezolano. «¿Me hago el loco, miro para el lado?», añadió.
Por último, Maduro condicionó el diálogo con Obama a que EE.UU. tome «medidas legales para detener la conspiración» en su contra «desde Miami, desde Florida», desde donde se habría planificado su propio asesinato y donde «hay gente», periodistas, que se dedican a «analizar cuál es el mejor fusil para asesinarme».
Maduro subrayó que quiere «conversar» con EE.UU., que quiere «paz» y una relación civilizada «que de verdad nos permita avanzar», pero que «Venezuela está bajo una agresión, bajo una amenaza».
«América Latina entró en una nueva época (…) no es una época de cambios, es un cambio de época», afirmó Maduro.
«Asumamos el reto de construir relaciones de respeto, de construcción de la felicidad de nuestro pueblos, de democracia verdadera», propuso Maduro.
Entrega de carta
El presidente venezolano aseguró que entre 1994 y 2005 se perdió la «guerra contra el neocolonialismo y neoliberalismo», pero que a partir de 2005 los pueblos de América sí han conseguido avanzar gracias a iniciativas como Petrocaribe, que «es garantía de prosperidad».
Maduro confirmó que entregaría a la delegación estadounidense en la Cumbre una carta de la Asociación de Familiares y Víctimas de la Invasión a Panamá del 20 de diciembre de 1989 en la que se exhorta a EE.UU. a que pida perdón por aquella intervención militar que dijo dejó 4.000 muertos.
El mandatario de Venezuela aseguró que antes de la invasión de Panamá, EE.UU. decretó al país centroamericano como una amenaza para la seguridad de los estadounidenses, lo que fue «un decreto de la misma proporción» que recientemente se dedicó a la nación suramericana.
«La historia no puede ser tapada. Entregaré esta carta que me han entregado entre lágrimas y cantos», dijo Maduro.
Aseguró que la mayoría de los estadounidenses «quieren la paz», «quieren dejar de ser imperio», pero los intereses de los lobbies en Washington se lo impiden.
«Usted es presidente», le dijo a Obama, «EE.UU. quiere dejar de ser imperio», reiteró. (I)
El presidente de Cuba, Raúl Castro, al intervenir por primera vez en una Cumbre de las Américas, hizo este sábado un relato histórico de «agresiones imperialistas» a América Latina, pero exculpó de ellas al mandatario estadounidense, Barack Obama.
En un discurso que duró 42 minutos exactos, Castro abundó en su relato sobre las «guerras, conquistas e intervenciones» de EE.UU., al que se refirió como «fuerza hegemónica que despojó de territorios a toda nuestra América y se extendió hasta el río Bravo».
En ese mismo marco, recordó que a fines del siglo XIX el Congreso de Estados Unidos autorizó «intervenir militarmente en Cuba» y que ello dio paso «a la instalación de una base en Guantánamo, que hasta hoy ocupa nuestro territorio».
En esa línea histórica, llegó al Siglo XX, cuando afirmó que «predominó hacia América Latina la política de las cañoneras» y hubo «sucesivas intervenciones para derrocar regímenes democráticos» en América Latina, donde «fueron instaladas dictaduras en veinte países y doce de ellas en forma simultánea».
Siempre en clara referencia a Estados Unidos, aseguró que «sólo en Suramérica fueron asesinados cientos de miles de personas» y citó como caso más «brutal» el golpe de Estado de 1973 contra el presidente chileno Salvador Allende, cuyo ejemplo es «imperecedero», dijo.
Cuando concluía el repaso histórico, Castro decidió ofrecerle «disculpas» a Obama.
«La pasión me sale por los poros cuando de la revolución se trata, pero le pido disculpas al presidente Obama porque él no tiene nada que ver con todo esto», declaró para recibir otra ovación.
«Todos (los presidentes de EEUU anteriores) tienen deudas con nosotros, pero no el presidente Obama», que «es un hombre honesto» y con una «forma de ser que obedece a su origen humilde», dijo.
Castro también valoró como «un paso muy positivo» la decisión de Obama de quitar a Cuba de la lista de países que, según Estados Unidos, son patrocinadores del terrorismo y comentó con ironía esa acusación que la Casa Blanca mantiene desde hace décadas.
«Dicen que somos terroristas. Y sí hemos hecho algunos actos de solidaridad con muchos pueblos que pueden considerarse terroristas» en el «imperialismo», declaró, para aclarar que se refería a misiones humanitarias en diferentes países en vías de desarrollo.
Tras valorar el «esfuerzo» que lleva adelante con Obama para establecer relaciones «normales», Castro instó a los países de América Latina a que apoyen al presidente de Estados Unidos en «su intención de liquidar el bloqueo» a la isla.
«El presidente Obama nació bajo la política del bloqueo a Cuba, tampoco tiene culpa de eso», pero «ese y otros elementos deberán resolverse en el proceso de normalización de relaciones», indicó.
Pedido a Obama
Castro también le dejó a Obama una firme exigencia en relación a Venezuela, un país del que sostuvo que «no es ni puede ser una amenaza contra la seguridad de Estados Unidos».
Consideró «positivo que el presidente Obama lo haya reconocido», pero exigió que «sean derogadas» las sanciones aplicadas a Venezuela y manifestó «todo el apoyo de Cuba al Gobierno legítimo y a la unión cívico milita que encabeza el presidente Nicolás Maduro».
Al hablar de Venezuela, Castro llegó a encresparse al afirmar que los cubanos con quienes «mejor conocen» el proceso de «agresión» que «sufre» el Gobierno bolivariano.
«Lo sabemos porque (los venezolanos) están pasando por el mismo camino por el que pasamos nosotros y están pasando por las mismas agresiones por las que pasamos nosotros», declaró al tiempo que daba un fuerte golpe en la mesa.
Castro también aludió indirectamente a Estados Unidos en relación a otros asuntos, como cuando declaró el apoyo cubano a la soberanía argentina sobre las islas Malvinas y a la «defensa de la soberanía financiera de ese país» frente a los llamados «fondos buitre».
Asimismo, manifestó el respaldo de Cuba y de «todos los pueblos latinoamericanos al empeño del pueblo latinoamericano de Puerto Rico por alcanzar la independencia».
En otra alusión directa a Estados Unidos, Castro también afirmó que «no se puede aceptar que menos de una docena de imperios, sobre todo norteamericanos, determinen lo que se ve o se lee en el planeta» y consideró «inaceptable que se empleen herramientas informáticas para agredir o espiar a otros Estados».
Cuando concluía su intervención, Castro le tendió una mano a Obama, a quien le dijo directamente que «quienes estamos aquí tenemos la oportunidad de aprender a respetar las tolerancias y a convivir en paz, como buenos vecinos». (I)
Los líderes de Estados Unidos y Cuba sostuvieron la tarde de este sábado su primera reunión formal en más de medio siglo para allanar el camino para una normalización de relaciones, y que pareció impensable para cubanos y estadounidenses de varias generaciones.
En una pequeña sala de conferencias en el centro de convenciones de Panamá donde se celebra la Cumbre de las Américas, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro se sentaron uno al lado del otro en un intento por impulsar un esfuerzo que lleva varios meses para reanudar las relaciones diplomáticas. Obama dijo que quería «pasar la página» en referencia a las viejas divisiones, aunque reconoció que aún existen diferencias significativas entre ambos países.
«Esta es obviamente una reunión histórica», dijo Obama poco después del encuentro. «Creo que era hora de probar algo nuevo, que era importante para nosotros acercarnos al gobierno cubano».
«Y más importante, al pueblo cubano», dijo el presidente.
Castro dijo al mandatario estadounidense que estaba listo para discutir asuntos sensibles, como los derechos humanos y la libertad de prensa, y afirmó: «todo puede discutirse». Pero añadió que los dos países han «acordado disentir».
«Estamos dispuestos a avanzar en la forma en que el presidente ha descrito», dijo Castro.
El histórico encuentro se celebró al margen de la Cumbre de las Américas, a la que Cuba asistió este año por primera vez. Aunque la reunión no se anunció oficialmente, asistentes de la Casa Blanca habían sugerido que los dos líderes estaban buscando una oportunidad para reunirse en Panamá para discutir los esfuerzos por abrir embajadas en La Habana y Washington, entre otros temas.
En breves palabras a los reporteros al comienzo de la reunión, Obama reconoció que Cuba también seguiría plantando preocupaciones sobre políticas estadounidenses.
(I)
Raúl Castro participó este sábado en la sesión plenaria de la VII Cumbre de las Américas, en Panamá.
En una pequeña sala dentro del centro de convenciones. La primera reunión con los líderes cara a cara en más de 50 años.
A través de una carta, el pontífice pidió que el encuentro afronte «con realismo» los problemas del continente.
Encuentro entre los presidentes de Estados Unidos y Cuba se roba la atención de la Cumbre de las Américas.
Ambos mandatarios se encuentran desde ayer en en Ciudad de Panamá para asistir a la Cumbre de las Américas.