El presidente ruso, Vladimir Putin, ha reconocido que fue él mismo quién dirigió al detalle la operación militar para la «reunificación» del país con Crimea, aunque también ha asegurado que contaba con sondeos que indicaban que la mayoría de la población de la península ucraniana quería integrarse con Rusia.
«Nuestra ventaja estuvo en que me dediqué en persona a este asunto. No porque lo hice mejor que nadie, sino porque cuando estas cosas las hacen los mandatarios, los ejecutores trabajan con más facilidad», dice Putin en un documental emitido hoy por la televisión estatal rusa Rossia sobre la «reunificación de Crimea con Rusia», considerada una anexión por Ucrania y países de Occidente.
Agrega que bajo el mando del comandante supremo de las Fuerzas Armadas, los militares «perciben, entienden y saben que cumplen órdenes».
El presidente ruso afirma que ordenó la anexión de Crimea horas después de que el Parlamento ucraniano depusiera de su cargo a Yanukóvich, una semana antes de que las autoridades regionales de la península se rebelaran contra Kiev y convocaran el referéndum independentista.
Asegura que tomó la decisión durante la operación de las fuerzas especiales rusas para sacar a Yanukóvich de Donetsk, su ciudad natal adonde huyó de Kiev en la madrugada del 22 de febrero de 2014.
«Estábamos preparados para sacarlo del mismo Donetsk, por tierra, mar y aire. En la noche del 22 al 23 de febrero, cuando acabamos cerca de las 7 de la mañana, dije a los colegas que debemos empezar a trabajar en recuperar Crimea para Rusia», reconoce Putin.
Desarme
Al mismo tiempo, señala que Rusia nunca tuvo intenciones de anexionarse Crimea antes del vuelco de poder en Kiev, pero decidió «garantizar a la población de Crimea la celebración de un referéndum», para lo que entendió necesario «desarmar a las unidades militares del Ejercito ucraniano y a las fuerzas del orden».
Y para poder bloquear y desarmar a 20.000 efectivos ucranianos, «ordené al Ministerio de Defensa enviar allí fuerzas especiales de inteligencia militar, infantería marina y paracaidistas, bajo la apariencia de unidades destinadas a reforzar la seguridad de nuestras instalaciones» militares en Crimea, reconoce Putin.
«Los militares ucranianos se vieron en una situación muy complicada. No querían el derramamiento de sangre, ni tampoco servir a los usurpadores del poder, a los nacionalistas», apunta el jefe del Kremlin en alusión a las nuevas autoridades ucranianas que derrocaron a Yanukóvich.
Hace mañana justo un año, el 16 de marzo de 2014, Crimea celebró un referéndum no reconocido por Kiev ni por la comunidad internacional en el que casi un 97 % de los votantes dijo sí a la reunificación con Rusia.
Sólo dos días después, el 18 de marzo, Rusia consumó la anexión de territorio ucraniano en un solemne acto en el Kremlin, en el que Putin y los líderes de la península firmaron el tratado bilateral por el que la república de Crimea y la ciudad de Sebastópol se convirtieron en dos nuevos miembros de la Federación Rusa.
El presidente ruso siempre ha defendido que Crimea es un territorio históricamente ruso que fue injustamente integrado en Ucrania en 1954, cuando ambos países formaban parte de la Unión Soviética.
Estados Unidos ha impuesto nuevas sanciones a varios individuos y entidades que han apoyado a los separatistas pro rusos que tratan de desestabilizar el oriente de Ucrania.
Las penalidades van contra 14 ucranianos y rusos, entre ellos el ex primer ministro ucraniano y otros dos altos ex funcionarios que trabajaron con el derrocado presidente ucraniano Víktor Yanukóvich.
Estados Unidos también ha bloqueado los activos de un banco que opera en Crimea, la estratégicamente importante península que Rusia se anexó de manos de Ucrania. La Unión Juvenil Euroasiática, que según Estados Unidos ha estado activa en reclutar a individuos con experiencia militar y de combate para luchar en Ucrania, también fue sancionada.
El presidente Barack Obama y líderes occidentales han usado las sanciones como su principal forma de presionar a Rusia por sus actividades amenazadoras en Ucrania. (I)
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, describió la reunión secreta que mantuvo con funcionarios el año pasado cuando Moscú decidió que anexionaría Crimea, una región antes ucraniana ubicada en el mar Negro que el Kremlin sumó a su territorio el pasado marzo.
En el avance de un documental que la televisión estatal rusa emitió el domingo por la noche, Putin dijo que se reunió con funcionarios de seguridad en febrero para hacer planes para ayudar a salvar al entonces presidente ucraniano Viktor Yanukóvich, que dejó el poder tras meses de protestas pro europeas en la capital ucraniana.
Putin dijo que tras ese encuentro dijo a los jefes de seguridad que tendrían «la obligación de empezar a trabajar para devolver Crimea a Rusia».
En un principio el Kremlin negó que haber enviado tropas a Crimea, pero Putin anunció más tarde en la televisión estatal que se habían desplegado soldados rusos en la zona.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó este viernes la firma de un acuerdo de alianza e integración con la república separatista georgiana de Osetia del Sur, cuya independencia fue reconocida por el Kremlin en agosto de 2008.
Según informo el Kremlin en un comunicado, Putin aceptó la propuesta del Gobierno ruso de firmar con Osetia del Sur un acuerdo similar al suscrito el pasado año con la también separatista región georgiana de Abjasia (mar Negro).
El acuerdo busca profundizar gradualmente la cooperación entre Rusia y Osetia del Sur en los ámbitos social, económico y humanitario, y también en materia de política exterior, seguridad y defensa.
El Gobierno ruso tiene previsto vincular en un futuro a ese documento acuerdos de cooperación en sectores específicos, según informan medios locales.
En noviembre de 2014 Putin firmó un acuerdo de alianza y asociación estratégica con Abjasia pese a las fuertes críticas de Georgia, que tachó el documento de «ilegal» y «un paso más hacia la anexión».
Rusia dispone de bases militares tanto en Osetia del Sur como Abjasia, regiones que Tiflis considera «territorios ocupados» por las tropas rusas.
Precisamente, el Ejército ruso inició ayer maniobras militares de defensa antiaérea en ambas regiones, al igual que en la península de Crimea, anexionada hace un año por Rusia, tras un referéndum en el que esa opción resultó abrumadoramente mayoritaria.
Georgia, que rompió relaciones diplomáticas con Rusia tras la guerra ruso-georgiana por el control de Osetia del Sur de agosto de 2008, inició a finales de 2013 un proceso de normalización con su vecino del norte.
El presidente ruso se reunió con líderes de Ucrania, Alemanaia y Francia. El cese entrará en vigor el 15 de febrero.
El Gobierno ucraniano anunció hoy que prohibirá la entrada en territorio nacional a los ciudadanos rusos si no presentan pasaporte, cuando ahora es suficiente con un documento que acredite su identidad.
Los rusos que deseen entrar, salir, efectuar tránsitos o viajar por Ucrania deberán presentar el pasaporte, mientras para los menores de 14 años será suficiente con un certificado de nacimiento, informó el Gobierno en su página web.
Hasta la anexión rusa de Crimea en marzo de 2014, millones de rusos viajaban anualmente a Ucrania, en especial a esa península, a Kiev y a la costa del mar Negro sin necesidad de presentar pasaporte o solicitar un visado.
Desde el estallido del conflicto en el Este de Ucrania en abril pasado, Kiev acusa a Moscú de enviar a través de la frontera a miles de soldados y voluntarios para sumarse a las filas de las milicias prorrusas.
Recientemente, la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania declaró «Estado agresor» a Rusia, país al que acusó de «poner en peligro la seguridad y la paz internacionales» al respaldar «el terrorismo y bloquear la labor del Consejo de Seguridad de la ONU».
Las fuerzas gubernamentales y las milicias rebeldes reanudaron en la segunda semana de enero las acciones militares a gran escala tras casi un mes de frágil tregua.
Desde entonces, los insurgentes han reconquistado unos 500 kilómetros cuadrados de territorio en las regiones de Donetsk y Lugansk. (I)