El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, declaró este sábado tres días de luto nacional tras la matanza del pasado jueves en la Universidad de Garissa en la que murieron 148 personas y pidió a los ciudadanos que permanezcan unidos.
En un discurso televisado, el primero desde que finalizó la operación de asalto, el presidente keniano condenó el ataque, que calificó de «bárbaro», y prometió «hacer todo lo posible para defender nuestro estilo de vida».
Kenyatta aseguró que las fuerzas de seguridad están haciendo todo lo que está en su mano para capturar al cerebro del ataque, Mohamed Kuno, que el Gobierno keniano ha identificado como el líder de Al Shabab en la región somalí de Juba, fronteriza con las zonas más afectadas por los ataques del grupo islamista.
El ataque contra la Universidad de Garissa, el peor desde el atentado contra la embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998 que causó 213 muertos, ha vuelto a poner de manifiesto la división que existe en Kenia entre cristianos y musulmanes, pues estos últimos se consideran marginados por el Gobierno central.
A este respecto, Kenyatta pidió a la comunidad musulmana que colabore con las fuerzas de seguridad para combatir a los radicales que utilizan el islam para conseguir sus propios objetivos.
El presidente keniano también lamentó que las operaciones antiterroristas son muy complejas porque «los que planifican y financian esta brutalidad están muy arraigados en nuestras comunidades».
En los dos últimos años Al Shabab ha perpetrado numerosas masacres en territorio keniano, entre las que destacan las del centro comercial Westgate de Nairobi (2013), las de Mpeketoni, Gamba y Mandera (2014) y la más reciente en Garissa (2015), que han causado más de 350 muertos en total.
En 2011 el Ejército de Kenia invadió el sur de Somalia en respuesta a varios secuestros de turistas y extranjeros que el grupo islamista había llevado a cabo en el noreste del país, una acción que Al Shabab consideró como una declaración de guerra.(I)
La presidenta argentina, Cristina Fernández, comenzó ayer su discurso de apertura del curso político, su último mensaje ante el Congreso, asegurando que los gobiernos kirchneristas han “desendeudado definitivamente” al país.
En su último discurso en la tradicional apertura de sesiones en el Congreso y acompañada por decenas de miles de simpatizantes, la mandataria añadió que ya “nunca más” habrá gobiernos “que tengan que tomar deuda para pagar deuda”. “Si nos endeudamos que sea para obras de infraestructura y proyectos de crecimiento para el país”, dijo.
A menos de ocho meses de las elecciones presidenciales, el 25 de octubre, Fernández llegó al Congreso recorriendo casi dos kilómetros desde la Casa de gobierno (centro de Buenos Aires) y saludó desde un auto oficial a miles de seguidores.
La presidenta de 62 años habló durante tres horas y 45 minutos, enfatizó en los logros en planes sociales, defendió los millonarios acuerdos comerciales con China, cuestionó el poder Judicial y anunció un proyecto para estatizar los ferrocarriles.
La presidenta Fernández destacó que la reducción en la deuda fue lograda “manteniendo y aumentando el nivel de reservas del país en más del 12 %. Todo en el marco de una fuerte ofensiva internacional sobre nuestro gobierno”.
En su discurso la presidenta calificó de “vergüenza” la denuncia que el fiscal fallecido Alberto Nisman hizo en su contra como supuesta encubridora de los iraníes acusados del atentado contra la mutual judía AMIA registrado en 1994. Señaló que pedirá a Israel que el embajador en Argentina cuando fue cometido el atentado comparezca tras afirmar que “la gran mayoría de los culpables” del ataque habían sido eliminados. (I)
Dinamarca continúa en estado de alerta tras abatir e identificar ayer a un joven de 22 años como autor de los atentados de este fin de semana en Copenhague, en los que murieron dos personas y que podrían tener inspiración yihadista.
La Policía no tiene certeza de los motivos del sospechoso, un joven nacido en Dinamarca, con historial de violaciones de las leyes de armas.
Las autoridades danesas admitieron que el joven estaba bajo el radar del servicio de inteligencia (PET), lo que respalda la teoría del extremismo islámico y la elección de escenarios: un centro cultural donde había un debate con un artista sueco amenazado por fundamentalistas y una sinagoga.
“No podemos decir nada concreto sobre el motivo. Posiblemente el hombre actuó inspirado por los ataques de París y los de organizaciones extremistas”, dijo ayer el jefe del PET, Jens Madsen, en alusión al atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, el 7 de enero. Las autoridades danesas no han facilitado el nombre del sospechoso pero, según la televisión pública DR, se llamaba Omar El Husein y había salido de la cárcel hace un par de semanas, tras cumplir parte de una condena de dos años por un ataque con cuchillo en un tren, el 2013.
“Ecuador rechaza y repudia estos actos abominables que solo causan víctimas inocentes, daños materiales y generan conmoción interna”, señaló ayer la Cancillería ecuatoriana en un comunicado. Mientras que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, exhortó a una “inmigración masiva” de judíos europeos a Israel tras el tiroteo. (I)
La exmujer del fiscal argentino Alberto Nisman, la jueza Sandra Arroyo, aseguró que se han dado a conocer demasiadas medidas en torno a la investigación de esta muerte que van a “terminar malogrando” el esclarecimiento de la causa.
La querellante dijo que va a ser más prudente y criticó la toma de decisiones que “nunca” le fueron notificadas.
Numerosas organizaciones, políticos opositores e intelectuales reclamaron que la causa por la muerte del fiscal sea controlada por la Corte Suprema, en un aviso publicado el domingo en diarios argentinos.
En esta semana se espera que preste testimonio el exagente de inteligencia Antonio Stiuso, estrecho colaborador de Nisman en la investigación sobre el atentado contra AMIA. Además, de un nuevo peritaje, luego de que el primero no revelara muestras de pólvora en los dedos de la víctima.
Los fiscales convocaron a una “marcha del silencio” este 18 por el mes de la muerte de Nisman, que es apoyada por la oposición. El gobierno rechazó el anuncio y lo calificó de “oportunismo político”. (I)
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, refutó este viernes desde su cuenta de Twitter las críticas expresadas en su país hacia el papa Francisco, por señalar que la libertad de expresión tiene límites.
Correa se refirió así a los que llamó «recaderos del poder mediático», a quienes no identificó, que han rechazado unas declaraciones en las que el papa señaló que la libertad de expresión tiene sus límites y que no se puede provocar ni ofender a la religión.
El pontífice lanzó la pasada semana esta reflexión acerca del atentado contra el semanario satírico ‘Charlie Hebdo‘ en París, aunque sin citarlo.
Francisco dijo que tanto la libertad de expresión como la libertad religiosa «son derechos humanos fundamentales» y precisó: «Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener esta libertad, pero sin ofender».
El gobernante ecuatoriano calificó de disparatadas las críticas que suscitaron en Ecuador estas consideraciones del papa.
«El papa nos ha fallado, dicen los recaderos del poder mediático, porque Francisco dijo que la libertad de expresión tiene límites…», tuiteó el mandatario, quien es crítico con la que llama «prensa mercantilista» de Ecuador.
Y agregó: «La libertad de expresión es un derecho absoluto, sostienen. Vaya disparate! Ni siquiera leen la Constitución, art. 11, num. 6.».
Atentado
Ese punto de la Constitución ecuatoriana declara que «todos los principios y los derechos son inalienables, irrenunciables, indivisibles, interdependientes y de igual jerarquía».
Correa expresó el 11 de enero, en declaraciones, la solidaridad ecuatoriana con el pueblo francés por el atentado, pero criticó que la masacre se oriente, por parte de cierta prensa, exclusivamente a un debate sobre la libertad de expresión.
«Ese es un error», dijo entonces, al comentar que en el acto de solidaridad con Francia en Quito se presentó un caricaturista criollo «haciendo política, con un letrero acusando al Gobierno», pese a que se ha dicho que «no hay libertad de expresión en este país. Eso es la hipocresía», añadió Correa.
Según él, hay periodistas con visiones políticas de oposición que utilizan la conmoción generada por el ataque a la revista francesa para defender «sus intereses particulares».
«Para esta gente la libertad es la no intervención», mientras para quienes defienden los valores de la República «la libertad es la no dominación», afirmó Correa.
Según el mandatario, «hay que tener reglas» y «toda libertad debe tener límites», aunque en sus declaraciones de ese día insistió en que «ese no es el debate» pues, «independientemente de lo que publicaba Charlie Hebdo, no se pueden aceptar asesinatos, muertes a mansalva».
El pasado 7 de enero, hombres encapuchados y armados con fusiles kalashnikov atentaron contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo en París, un hecho que dejó 12 muertos.
La publicación ya había recibido amenazas por divulgar caricaturas de Mahoma.