Silicon Valley: sin buen gusto no hay negocio

En tiempos en los que el diseño en el mundo de la informática era un factor poco importante y subordinado a la efectividad de la máquina, a principios de la década de los ochenta empezó el cambio: la llegada de las computadoras personales a los escritorios de gente común y corriente demostró que la estética y manejabilidad marcaban enormes diferencias.

Fue Apple la empresa que más apostó al diseño. Y con ella estaba David Kelley para dejar clara la primera gran lección: la innovación debe tener buen gusto. Por eso Silicon Valley ya no es solo tierra de ingenieros y actualmente es la gran capital del diseño. Efecto Naím viajó a Silicon Valley.

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