‘El séptimo Rafael’ también se presentó en Guayaquil
‘El séptimo Rafael’ también se presentó en Guayaquil
Experiencias, infidencias y aclaraciones fueron parte de un encuentro en el que el protagonista fue El séptimo Rafael, un libro en el que Mónica Almeida y Ana Karina López retratan de manera periodística al expresidente de la República, Rafael Correa Delgado.
El conversatorio con las autoras de esta obra, que en 250 páginas aborda cómo fue la vida de Correa hasta el 2009, se inició un poco más de las 18:30. El escenario, que contó con sala llena, fue la Librería Española, ubicada en Entre Ríos (av. Samborondón). Allí las periodistas de amplia trayectoria se sentaron junto con otra colega, Gariela Sierra y empezaron el análisis de este libro.
Una de las primeras preguntas que Sierra le hizo a las autoras giró en torno a cómo fue el proceso para desarrollar El séptimo Rafael. A lo que Almeida respondió que fue una experiencia que les tomó mucho esfuerzo, mucha dedicación. Fueron horas, días, años de investigación.
El primer nicho de las periodistas fue Quito. «Decidimos que íbamos a arrancar por la historia de la Universidad San Francisco porque como estamos en Quito las dos, era como más fácil comenzar por ahí para después armar la parte de Guayaquil y donde teníamos que venir y sacar permiso acá y todo eso», comentó Almeida, quien como anécdota graciosa destacó que ella tenía la misión de apuntar las ideas que querían que se reflejaran en el libro, puesto que López tenía una «pésima letra».
En el encuentro se refirió además que cuando iniciaron con la investigación había quienes pensaban que estaban desarrollando un trabajo para algún medio de comunicación (Almeida es la jefa de la Redacción Quito de EL UNIVERSO y López ha escrito para la revista Vistazo, El Comercio y Hoy) y no creía que era un proyecto personal.
«Algunas gentes no nos creían y nos decían quién las está financiando, por qué ustedes se dedican a hacer esto. Había mucha desconfianza (…) al principio la gente que no te quería contar muchas cosas porque nosotras eramos insistentes en detalles de cómo (Correa) venía vestido, de cómo les daba clases, qué les daba y entonces había gente que le quedaba viendo a uno y diciendo por qué tanto detalle. Porque esto no era el trabajo rápido que uno hace para una revista o un periódico como que todo es para ayer», apuntó Almeida.
Durante el conversatorio la periodista contó que hubo entrevistas «muy chistosas». Recordó que una de esas que las periodistas hicieron duró tres horas. La primera hora «eran puras baguedades», pues la persona -que las autoras se comprometieron a guardar sus identidad- no había conocido en detalle a Correa. Comenta que aquella primera experiencia les sirvió como ejercicio periodístico y les recordó que en esta área es importante tener paciencia y saber escuchar.
Más adelante, López aclaró que este libro no se centraba en el personaje de Correa desde el punto de vista político, sino desde lo personal, de cómo el ser que algunos de los entrevistados describían como «un hombre bueno, el hombre excepcional que conocieron en su juventud» llegó a convertirse «en ese personaje violento que sale en la televisión».
«Fuimos desmitificando por ejemplo el tema de las becas. Nos dimos cuenta de que sí fue buen alumno, de que era una persona trabajadora, pero no todos sus estudios fueron becas por la excelencia que tanto proclama (…) entonces fue un poco desmitificar al personaje y a todas sus obsesiones por el reconocimiento, por la excelencia», dijo la autora de este libro, cuya presentación oficial se hizo la semana pasada en Quito.
Las autoras también hablaron sobre las entrevistas que no lograron entrar en este libro. Almeida y López decidieron no incluir ciertas versiones porque no pudieron ser corroboradas. En el libro solo constan 120 conversaciones con especialistas y personas que conocieron a Correa. «Hay una regla en periodismo que te dice que si tu tienes tres fuentes que te confirman que ha sucedido un hecho, ese hecho se da por cierto. Entonces tenemos muchas anécdotas, tenemos algunas cosas que no hemos podido comprobar y por eso no están», dijo Almeida, quien junto a su compañera de obra detallaron algunos de los viajes que realizaron para buscar información para El séptimo Rafael. Fueron incluso a Zumbahua (Cotopaxi), donde Correa hizo sus misiones en la juventud.
Un poco más de media hora duró el encuentro con las autoras y del que los asistentes salieron satisfechos y elogiando el trabajo de las periodistas. Al termino de la cita las autoras firmaron los ejemplares que el público podía adquirir en la librería por $ 17. Almeida y López se mostraban sonrientes con los lectores, mientras entablaban conversación con ellos.