Las bebidas azucaradas y alcohólicas son parte de nuestro día a día, basta con abrir cualquier refrigerador mexicano para seguramente encontrar una u otra botella de estos sabores refrescantes que tan bien se han adaptado a los tacos, botanas, guacamoles y cientos de guisados.
Sin embargo, excederse con ‘chesco’ o ‘chela’ puede traer efectos secundarios a largo plazo en tu cuerpo, algunos más visibles e inmediatos, como aumento de peso, o bien, otros que suceden silenciosamente en nuestro interior, desde daños a los riñones o al hígado.
¿Qué bebidas dañan al hígado?
El hígado es el órgano interno más grande en tu cuerpo, tiene forma de balón de futbol y es uno de los más importantes, destaca National Institutes of Health (NIH), ya que tiene entre sus funciones esenciales eliminar toxinas o ayudar al cuerpo a digerir alimentos (todo lo que se absorbe por el tracto gastrointestinal se filtra aquí).
Esta parte del organismo es la que elimina los desechos de la sangre y se encarga de descomponer medicamentos, drogas y alcohol, así como almacenar nutrientes, es por ello que lo que comes y bebes impacta en su bienestar.
Las enfermedades hepáticas pueden afectar la calidad de vida, algunas desaparecen solas y otras pueden durar años y ser mortales; suelen ser causadas por herencia genética, un virus, obesidad y usualmente se difunde que por el consumo de alcohol, aunque el refresco también ‘mete su cuchara’ en efectos negativos.
¿Cuál es el efecto del agua con limón en los riñones?
¿Por qué la cerveza podría dañar al hígado?
No es tal cual la cerveza, es el consumo excesivo de alcohol, lo cual se asocia con diversos padecimientos del cuerpo, entre los cuales destaca el hígado.
La cantidad es clave, según Healthline, beber con moderación podría causar cierto grado de hígado graso, pero grandes cantidades en un periodo prolongado incrementa el riesgo de padecer una enfermedad hepática más grave.
Esto podrías no verlo de inmediato, puede ir escalando así, según Johns Hopkins Medicine:
- Hígado graso: acumulación de grasa en las células hepáticas.
- Hepatitis alcohólica: inflamación aguda que causa que mueran las células hepáticas y generen cicatrices.
- Cirrosis: es la fase final, sucede cuando el tejido cicatrizal abunda en lugar del sano y la sangre no fluye bien a través del hígado. Puede ser mortal.
¿Pero a qué nos referimos con exceso?
Según el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIAAA), si consideramos una cerveza estándar de 355 mililitros, demasiado es:
- Mujeres: 4 o más bebidas cualquier día u 8 o más a la semana.
- Hombres: 5 o más bebidas cualquier día o 15 o más a la semana.
El médico Rockford Yapp reitera a Eat this, not that que así beban poco, las personas pueden desarrollar cierto grado de hígado graso, pero el daño es reversible si se deja de beber.
¿Por qué el refresco podría dañar el hígado?
Los refrescos son bebidas azucaradas que se componen esencialmente por azúcar añadido o edulcorantes como jarabe de maíz de alta fructosa, sacarosa, concentrados de zumo de frutas y demás.
En un artículo de Eat this, not that, el médico Waqas Mahmood afirmó que, entre todos los alimentos azucarados, los refrescos son los peores para el hígado. Esto es lo que ocasiona en este órgano:
- Acumulación de grasa: Healthline explica que la alta cantidad de azúcar y jarabe de maíz en un refresco se descomponen en el cuerpo en glucosa (que se metaboliza en todas las células) y fructosa (la cual solo puede procesarse en el hígado, al ser demasiada lo sobrecarga y se acumula como grasa).
- Hígado graso no alcohólico: cuando esas personas que consumen demasiadas bebidas azucaradas acumulan mucha grasa en las células del hígado, esto se convierte en un padecimiento llamado hígado graso no alcohólico.
- Inflamación del hígado: quienes tienen hígado graso no alcohólico pueden desarrollar una forma más agresiva llamada inflamación del hígado, que puede avanzar a cirrosis e insuficiencia hepática, al igual que con el alcohol, según Mayo Clinic.
- Resistencia a la insulina: consumir ‘chesco’ muy seguido incrementa el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y más tarde diabetes.
- Mayor riesgo de cáncer de hígado: algunos estudios han encontrado que beber una o más raciones de bebidas azucaradas diario podría incrementar el riesgo de cáncer en el órgano.
¿Qué es peor para el hígado: cerveza o refresco?
Para la salud en general, beber con moderación cerveza no es tan dañino como el refresco, pero aun sin excederte podría causar cierto grado de hígado graso. Sin embargo, beber demasiado de forma cotidiana de cualquiera de estas dos bebidas va a dañar tu hígado y hasta podría terminar como cirrosis si se agrava.
La cerveza ha sido estudiada por posibles beneficios: es una fuente de algunas minerales y vitaminas, un consumo moderado se ha relacionado con efectos como reducir el riesgo de problemas al corazón, mejorar los niveles de azúcar en la sangre o mejora en la densidad de los huesos, pero falta más investigación.
En contraste, el refresco no tiene prácticamente ningún nutriente y sí demasiadas calorías e ingredientes añadidos que podrían ser muy dañinos si los consumes demasiado, como el ácido fosfórico del ‘chesco’ de cola. Además, no existen recomendaciones de cantidades consideradas saludables para bebidas azucaradas.
Harvard T.H. Chan School of Public Health tiene un listado de bebidas más o menos saludables con recomendaciones de consumo, en las cuales se puede ver que si no te excedes la cerveza podría tener una ligera ventaja:
- Saludables: agua, café y té son las únicas aptas para la alimentación diaria. El agua es indispensable, mientras que las otras dos son benéficas para la mayoría en cantidades no excesivas.
- Limitarse o consumirse con moderación: jugos, leche, alcohol (excepto para ciertos grupos que deben evitarlo).
- Evitar: bebidas azucaradas como los refrescos, deportivas y energéticas.